Inseguridad Ciudadana
sheylitalove13 de Octubre de 2013
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INTRODUCCIÓN
La inseguridad es un problema que ha sido vista desde los inicios de la existencia humana, un problema del cual todos intentan librar responsabilidad.
la violencia y la delincuencia son los principales motores que promueven la inseguridad en las calles, en muchas partes del mundo la violencia urbana y sus diversas manifestaciones han emergido como una grave problemática en las ciudades del país, instalándose en el centro de la agenda pública local, siendo estas las principales causas del deterioro económico- social.
La inseguridad ciudadana es uno de los problemas más difíciles de controlar por las autoridades, las cuales, no se abastecen para cubrir todas las zonas afectadas por esta corriente destructiva que año a año va cobrando más víctimas alrededor del mundo, siendo américa uno de los mas afectados con la ola delincuencial en las calles, de las cuales se saca un promedio aproximado de 50 accidentes provocados por conductores alcoholizados, 200 victimas de robo y mas de 10000 denuncias y arrestos por día, superando la valla establecida en el siglo pasado; con un aumento del más del 50% en los últimos años .
En el Perú, los índices de inseguridad ciudadana aumento en un gran porcentaje , siendo lima, la capital del Perú, uno de los puntos con más altos índices de inseguridad, la cual no debería ser así, ya que, por ser el centro de llegada de los principales turistas extranjeros debería presentar mayor seguridad para estos, ya que, el Perú se beneficia económicamente con la visita de turistas a nuestro país, corriendo peligro de disminuir la tasa de visitas, por el aumento de la delincuencia, los asaltos a mano armada, secuestros al paso, conductores negligentes, vagabundos (enfermos mentales, niños abandonados, drogadictos, etc…)
CONCEPTOS DE INSEGURIDAD CIUDADANA.
1. CONCEPTOS BASICOS:
INSEGURIDAD:
El diccionario de la Real Academia Española (RAE), define a la inseguridad como la falta de seguridad. Este concepto, que deriva del latín securĭtas, hace referencia a aquello que está exento de peligro, daño o riesgo, o que es cierto, firme e indubitable.
Más exactamente podemos determinar que este vocablo, partiendo de su origen etimológico latino, está conformado por la unión de varias partes: el prefijo –in que es equivalente a negación, el vocablo sé que puede traducirse como “separar”, curus que es sinónimo de “cuidado” y finalmente el sufijo –dad que equivale a “cualidad”.
Por lo tanto, la inseguridad implica la existencia de un peligro o de un riesgo (por ejemplo, “en este barrio hay mucha inseguridad, ya me asaltaron tres veces”), o refleja una cierta duda sobre un asunto determinado (“Trabajar con esta máquina me da inseguridad, no sé cómo funciona”).
INSEGURIDAD CIUDADANA.
La Percepción de inseguridad ciudadana es una sensación de carácter psicológico vinculada a un sentimiento de vulnerabilidad ante la posibilidad de ser víctima de un acto delincuencial. La persona no ha sido directamente victimado, sino que lo cree por contagio colectivo.
Entre los peruanos, especialmente entre los limeños, existe una altísima percepción de inseguridad causada principalmente por la delincuencia común, la gente se siente desprotegida, y percibe a la delincuencia en constante crecimiento y como una amenaza para su vida cotidiana. La empresa encuestadora Apoyo, Opinión y Mercado SA realizó una encuesta sobre la percepción de inseguridad de los limeños, obteniendo como resultado que el 87% de los limeños se siente inseguro. Además, la percepción de inseguridad ciudadana se caracteriza por distorsionar la información real. La Universidad de Lima, también realizó otra encuesta, obteniendo como resultado que el 88% de los limeños consideraba que en Lima había aumentado la delincuencia, y contradictoriamente el 64% refirió que no había sido víctima de robo en ese periodo.
La Inseguridad Ciudadana. Percepción social
La inseguridad ciudadana está presente en el imaginario social de los habitantes de Centroamérica como la principal amenaza. El surgimiento de otras nuevas amenazas es lo que podría explicar el cambio que el concepto experimenta con relativa frecuencia. Las nuevas amenazas a la seguridad parecen estar relacionadas con la mayor dependencia que las sociedades tienen de la tecnología; los delitos que se cometen mediante la utilización de Internet son un ejemplo. Este tipo de acciones delictivas pueden amenazar la seguridad de un Estado si ciertas bases de datos pueden ser accedidas, por ejemplo, se incita al terrorismo o a la comisión de otras acciones de similar peligrosidad. Con alguna frecuencia surgen amenazas de desastres informáticos semejantes a las difundidas con motivo del cambio de siglo.
Las nuevas amenazas, como el crimen organizado transnacionalmente, dentro del cual cabe el narcotráfico, el lavado de dinero, el trasiego de automóviles robados, armamentos y personas, y el consiguiente riesgo de corrupción de funcionarios públicos y privados y de los sistemas político y jurídico, configuran fuentes de inseguridad con capacidad de evolucionar hacia formas cada vez más sofisticadas, que hacen más complejas las estrategias de la acción policial y la prevención. Estos hechos constituyen amenazas contra la seguridad de las personas en la medida en que implican una alteración violenta de su patrón de vida y suponen cierta pérdida de libertad. Al igual que otros muy diversos eventos que enfrenta la ciudadanía, tienen un claro potencial transformador, por lo que no resulta fácil establecer un criterio para ordenar las amenazas a la seguridad. En Costa Rica, el análisis sobre la evolución social del país en el período 1980-1998, realizado por el Ministerio de Planificación y Política Económica (MIDEPLAN, 1998), incluyó el tema de la seguridad ciudadana junto a los de educación, salud, vivienda, cultura, empleo, pobreza, familia e infancia y grupos especiales. Dicho análisis justifica las manifestaciones sobre la situación de inseguridad ciudadana en hechos como la delincuencia la criminalidad, aumento del narcotráfico, incremento de la violencia, carencia de recursos y de capacitación, mal equipamiento en los cuerpos de seguridad y vigilancia, limitado control de armas, problemas en la administración de la justicia y exceso de población penitenciaria. Informa que, desde el Estado, algunas acciones para enfrentar la situación han sido la aprobación de la Ley General de la Policía, la creación de la carrera policial, la ejecución de Programas de Seguridad Comunitaria, la reestructuración del Ministerio de Justicia y Gracia y la modernización del Sistema de Justicia. También en el ámbito nacional, los resultados de la encuesta de Rosero y Vargas (2004) aportan una serie de elementos significativos sobre la manera en que los individuos perciben la seguridad-inseguridad, tanto con respecto al medio nacional como a su entorno inmediato. La percepción de la delincuencia como amenaza para el país es mencionada por un 95% de las personas, en tanto que la percepción de seguridad de sus propias localidades es destacada por más de un 60% de los entrevistados. Siete de cada diez personas indican que la existencia de pandillas no afecta a su propio barrio o comunidad, en tanto que un grupo ligeramente menor menciona no evitar nunca, o rara vez, el tránsito por zonas peligrosas. En comparación con países latinoamericanos más violentos (Colombia, México, Guatemala), la percepción de la delincuencia en Costa Rica como una amenaza nacional es más elevada. Esta percepción, cuya intensidad es casi unánime en la población, contrasta con la confianza que tiene, al mismo tiempo, en las instituciones que protegen los derechos. En efecto, esta confianza en instituciones como los tribunales y el sistema de justicia en general, y las entidades policiales, es mayor en el país. Pero se ve afectada, obviamente, cuando la persona entrevistada fue víctima de una acción delictiva, aunque en general esta confianza hacia los entes de protección de los derechos fue mayor cuanto mayor fue al apoyo a la democracia. De esta manera, aquellas personas con un bajo apoyo a la democracia también presentaron un bajo apoyo a las instituciones que protegen los derechos. Asimismo, se establece un marcado contraste entre este nivel de confianza y la percepción de inseguridad ciudadana en los habitantes de un país en el cual las tasas de criminalidad resultan menores que en otros, según se indicó previamente, lo que a juicio de Rosero y Vargas (2004) estaría sugiriendo cierta pérdida de la libertad personal, en virtud de que los individuos dejarían de realizar determinadas actividades por el miedo a verse afectados por actos que violenten su integridad. Una encuesta del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana de Quito (2003) reveló que el nivel de victimización para algún delito oscilaba alrededor del 17%. Pese a esta proporción de victimización, y a la existencia de la no denuncia, la percepción de las personas que afirman sentirse inseguras es ligeramente superior al 70%, y entre un 32% y un 40% de la población mayor de 15 años durante el año de la encuesta sufrió algún robo o asalto. La situación de consumo de drogas constituye un elemento significativo en este estudio; acompaña la realización de los delitos y tiene un peso importante en las distintas modalidades empleadas.
En España, la empresa Gallup ha realizado encuestas desde hace varios años sobre el tema de las percepciones del público alrededor de tópicos socialmente relevantes. En la del año 2003 (Gallup, 2003) destaca el terrorismo
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