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LA HISTORIA, EVOLUCIÓN Y ACTUALIDAD

manuel4723Ensayo24 de Mayo de 2018

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MANUEL FERNANDO GONZÁLEZ VILLAMIL

RAMO:

INTODUCCIÓN A LA CIENCIA POLITICA

ENSAYO SOBRE:

LA HISTORIA, EVOLUCIÓN Y ACTUALIDAD

DE LA CIENCIA POLITICA

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En tiempos contemporáneos donde hay una profunda crisis de la política, puesto de que la sociedad es reticente ante sus gobernantes y formas de democracia, surge para algunas personas el interrogante; ¿si el poder económico se antepone ante el poder político corrompiendo las instituciones, o el poder político se antepone ante el poder económico representando fielmente a sus electores?

Es un gran interrogante que para algunos es evidente y para otros resulta que tiene sus matices; este escrito tiene la intención de describir la historia, la evolución y la actualidad de la ciencia política. Que permita llegar a diversos resultados que muy seguramente serán debatibles, puesto que cuando se discute problemas de esta ciencia, cada individuo tiene sus propias posiciones.

Para empezar, se va a mencionar como surge la ciencia política, sus sucesos históricos más trascendentales que han tenido un impacto, que de una u otra forma son fruto de los ideales políticos actuales. Pero con el fin, de que el lector dimensione que el poder democrático actual lo ostentan unos grupos diminutos, es decir, unas elites que no tienen posturas ideológicas sino intereses, de hecho esto no es nuevo, como se va dilucidar a continuación a lo largo de la historia de la humanidad siempre ha sido así, unos pocos  gobernando a muchos con una agenda netamente de conveniencias económicas.

Para conocer como empieza la humanidad a organizarse y buscar forma de ejercer poder es necesario conocer que, el hombre es un ser social por naturaleza: la necesidad de interactuar con los demás hace de que dependa de una forma de organización.

Desde que el hombre existe hace miles y miles de años se tiene conocimiento de que ha coexistido en sociedad, así sea esta de una forma primitiva. La primera sociedad en donde se evidencia la potestas (capacidad para hacerse obedecer), y la autoritas (derecho para exigir obediencia) es la familia.

Estas señaladas familias no necesariamente tenían una conformación típica de un padre, una madre y unos hijos; sin embargo, en ese momento se convirtió en la médula de la sociedad, siendo este el punto en el que aparece la necesidad de encargar a una persona de dirigir y organizar a las otras; es decir, la necesidad de crear un gobierno.

Con el paso del tiempo, las familias se agruparon para ayudarse mutuamente en la recolección de alimentos y en la defensa de otras familias; a esto se le llamó tribu, en la cual era necesario escoger a alguien que se hiciese cargo del gobierno (esta persona habitualmente era escogida entre los más sabios, los más viejos o los más fuertes).

A lo largo del tiempo las sociedades han sido gobernadas no por los más sabios que buscan la libertad, la igualdad y los derechos inalienables de los pueblos, sino por los más fuertes que buscan única y exclusivamente intereses particulares.

Las Tribus, con el paso del tiempo, fueron creciendo en población, de modo que algunas se unieron con otras para gobernar tribus más pequeñas y débiles; de este modo, el gobernar a toda la sociedad se hizo cada vez más difícil, ya que, a la muerte del gobernante, se desencadenaban guerras para definir su sucesor.

Debido a lo anterior es que comienzan a aparecer las dinastías y los linajes, con los cuales el jefe del clan, antes de morir, podía designar a quien había de reemplazarlo en el mando (en la mayoría de las ocasiones el elegido era el primogénito del gobernante).

Hace más de 9.000 años, que se tiene conocimientos de la agrupación de ciudades aunque este dato podría ser mayor. Es así que, con el desarrollo natural que iban teniendo los pueblos, las dinastías fueron remplazadas por monarquías otorgándole poder a un rey, en este periodo el pueblo era considerado súbdito y con la obligación de pagar tributo al monarca. Estas sociedades eran llamadas Estados, los cuales, al expandir su poderío a otras regiones, se convirtieron en imperios.

En Grecia, la política tuvo una gran transformación, pues fue allí donde nació la democracia, lo que implicaba que el gobierno no era ejercido por un rey o jefe sino por un consejo que era elegido entre los ciudadanos. Siglos después, los romanos invadieron Grecia, y a pesar de que trataron de establecer la democracia como forma de gobierno, esta terminó declinando en dictaduras.

Después de la caída de los imperios Romano y Griego, la democracia fue olvidada, y las personas con poder político y militar conformaron una nueva clase: la nobleza. Estas personas eran dueñas de grandes territorios en los cuales el resto de la población era sierva y se encargaba exclusivamente de trabajar la tierra.

Este periodo duro casi 1.000 años, hasta que en los siglos XV, XVI y XVII nace una nueva clase: la burguesía, la cual no estaba de acuerdo con el poderío de la nobleza y reclamaba un derecho de oportunidades para todos los hombres. Esta inconformidad dio lugar a la Revolución francesa, la cual impuso de nuevo la democracia en el mundo Occidental.

En este periodo tan trascendental nace la ideología de derecha e izquierda. Tras la toma de la Bastilla, se conforma en Francia la Asamblea Nacional Constituyente, la cual tiene como uno de los objetivos la redacción de una Constitución y por supuesto la decisión del futuro político del país.

En ella se reúnen diputados divididos espacialmente en 3 zonas en función de su ideología. Ese primer día, a la derecha del presidente se situó el grupo de la Gironda (Los Girondinos) y a la izquierda el grupo de la Montaña (Jacobinos). En el centro se mantuvieron las personas indecisas o no partidistas aún, llamándose a ese grupo La Marisma o el Llano.

Los Girondinos apostaban por una monarquía parlamentaria y derecho de sufragio no universal (eliminando el derecho a las clases no propietarias); tenían el apoyo de una parte de la nobleza, de la burguesía y de los propietarios. Los Jacobinos en cambio eran partidarios de una república y de un sufragio universal, y por tal emotivo tenían a favor las clases populares.

Es por esa razón que desde esas fechas, todo aquel que tuviera ideas moderadas eran tildados de “la derecha” por su posición en la Asamblea mientras que los más progresistas eran “los de la izquierda”. Perdurando, a grandes rasgos, este significado hasta nuestros días.

Después de la Revolución francesa surge en Inglaterra la Revolución Industrial provocando cambios muy profundos en la organización de la economía. Por una parte, surgió la industria mecanizada que, si bien en la actualidad nos parece antigua, en su momento supuso una innovación de gran magnitud frente a los viejos modos de producir.

La nueva industria reclamaba una unidad de producción especial, la fábrica, alrededor de la cual brotaron nuevos grupos sociales, como el de los obreros industriales. También se transformó el resto de la vida económica con la aparición de los mercados nacionales de capitales. A raíz de estos cambios, también se modificaron, en un proceso más largo, el mundo de la política y el estado. Este periodo ha sido la base del actual mundo de la producción, que hoy se está modificando con la aplicación de la informática y de la robotización.

Posteriormente de esta era comienzan los países a preocuparse por el poderío económico, lo cual, es un caldo de cultivo para propiciar guerras, puesto de que en ese entonces e incluso ahora los países apelan por colonizar a otros, para así, beneficiarse de los recursos y ventajas competitivas que las naciones colonizadas poseen.

Es entonces que en el siglo XX surge la Primera Guerra Mundial, entre las potencias imperialistas que deseaban controlar las mejores colonias y semicolonias del planeta. Los países en conflicto estaban agrupados en dos bloques: la Triple Alianza (Alemania, Imperio Austro-Hungaro, Italia) y la Triple Entente (Inglaterra, Francia y Rusia). Los resultados de esta guerra serían los siguientes: el poder económico deja de estar en manos de Europa y pasa a EE.UU. y Japón, que eran los principales acreedores. Gran Bretaña pierde su hegemonía y pasa a compartirla con EE.UU., que es el primer productor que nutre a los mercados europeos.

Igualmente esta guerra deja como consecuencia la firma del Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919. Que consistía en que las potencias vencedoras impusieron duras condiciones a los derrotados. Por ejemplo, Alemania tuvo que ceder Alsacia y Lorena a Francia, y el Imperio Austro-Húngaro se desintegró, dando origen a los estados de Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia.

Además, Alemania quedó obligada a pagar una millonaria indemnización a los vencedores, a limitar el número de sus soldados y a no fabricar ni importar armamento. Otro acuerdo importante fue la fundación de la Sociedad de Naciones, organismo internacional que debía garantizar una paz duradera, entidad que no pudo realizar su tarea puesto que años después comenzaría la II Guerra Mundial.

El tratado de Versalles fue objeto de múltiples críticas. Las frustraciones y los desequilibrios hicieron nacer el Nazismo. Pues desde el principio Hitler se opuso vehementemente al tratado de Versalles, puesto que le parecía inconcebible que Alemania le tocara asumir los costos económicos de esa fatídica guerra.

La guerra consolidó el crecimiento de dos grandes potencias: Estados Unidos y Japón cuyo comercio experimentó un aumento sin precedentes en detrimento de las potencias tradicionales de Europa, que perdieron sus mercados exteriores y vieron cómo su espacio económico se fragmentaba.
Estados Unidos prestó importantes cantidades de dinero a los aliados y les suministró abundante material bélico, bienes de equipo y víveres.

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