LA JUVENTUD EN MÉXICO
chayo74Trabajo26 de Febrero de 2019
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LA JUVENTUD EN MÉXICO
Fuentes:
Estadísticas del Día Internacional de la Juventud 2012 INEGI (documento sugerido en el programa de MEMS).
Estadísticas del Día Internacional de la Juventud 2017 INEGI (documento anexo para actualizar datos estadísticos).
Estadísticas del Día Internacional de la Juventud 2018 INEGI (documento anexo para actualizar datos estadísticos).
Revista NEWSWEEK. Coahuila. Noviembre 2018. Artículos: “Todos estamos en riesgo” y “Feminicidios: el extremo de la violencia misógina”.
DESARROLLO
Durante la juventud, el individuo se incorpora al mercado laboral, inicia su vida en pareja y forma su propia familia, entre otros aspectos que son propios del curso de vida y que en términos de política pública resultan ser todo un reto, ya que todos los jóvenes tienen el derecho a tener las oportunidades que garanticen su pleno desarrollo y mejoren su calidad de vida.
Los datos que se mencionan en relación a la juventud de nuestro país son los citados en el documento “ESTADÍSTICAS A PROPÓSITO DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA JUVENTUD”, proporcionados por el INEGI en el año 2012; así mismo se complementa con datos representados durante este año 2018.
En 2012 nuestro país contaba con 31 millones de jóvenes. En la actualidad, la población juvenil representa una cuarta parte de la población, es decir, en el país hay 38.6 millones de personas de entre 15 y 29 años de edad; de ellos, el 35.1% tiene entre 15 y 19 años de edad, 34.8% tiene de entre 20 a 24 años y 30.1% tiene de 25 a 29 años.
El 50.3% son mujeres y 49.7% hombres. Y el 64.9 son mayores de edad. En Coahuila se tiene con 924.254 de jóvenes siendo el 2.4 % en total.
Durante este periodo la Juventud “desea tener la oportunidad de hacer efectivas sus expectativas de vida; generar dichas oportunidades no sólo trae beneficios individuales, sino también trae consigo retribuciones sociales de gran trascendencia para el desarrollo del país”; así lo señala la ONU cuando argumenta que “los jóvenes son un factor determinante en el cambio social, el desarrollo económico y el progreso técnico de las sociedades en las que viven”. Si su contribución no se acompaña con una política pública que potencialice sus capacidades, entonces “los jóvenes están a menudo desprovistos de las herramientas necesarias para lograr una participación relevante en las decisiones que afectan sus vidas”.
Se desarrollan ámbitos y aspectos que hacen efectivos dichos logros en la Juventud de nuestro país, tales como educación, ocupación, seguridad ciudadana, salud, salud reproductiva, mortalidad, defunción violenta, defunción materna, discapacidad, violencia hacia la pareja, nupcialidad y hogares.
Educación
Uno de los aspectos que ayuda a potencializar el desarrollo de los jóvenes y de la sociedad en su conjunto es la educación “los países que ya han experimentado importantes y ejemplares procesos de desarrollo, han apostado todos, por la educación”.
Aunque resulta ser una piedra angular en el desarrollo de la población, en nuestro país residen jóvenes que no cuentan con escolaridad o que sólo tienen hasta tres años aprobados en educación primaria; a estos últimos se les considera analfabetas funcionales toda vez que tienen una alta probabilidad de convertirse en analfabetos por desuso.
No usar la lectoescritura en la vida cotidiana provoca que el ser humano “carezca del reconocimiento social que merece, presente baja autoestima y poca reflexión crítica; sea víctima de engaños‟ y tenga limitaciones a la hora de conocer y de acceder a los derechos individuales que la ley les otorga, entre otros aspectos que son esenciales para la dignidad humana”.
El 32.9% de la población joven cuenta con educación escolar, 10.1 millones de jóvenes asisten a la escuela actualmente.
Hay otra proporción de jóvenes que tiene entre cuatro y seis años aprobados en educación primaria; mientras que 36.5% cuenta con al menos un grado aprobado a nivel de secundaria. Ambos niveles educativos no trascienden en cambios que los lleve a mejorar su nivel de vida, así lo indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Cuando señala que “actualmente se requiere completar el ciclo medio (12 años de educación) para contar con 90% de probabilidades de no caer, o no seguir, en la pobreza”.
Sólo 35.7% de los adolescentes de 15 a 19 años cuenta con al menos un grado aprobado a nivel medio superior, de los cuales, 78.2% asisten a la escuela; mientras que en los jóvenes de 20 a 24 años, no sólo disminuye la proporción de aquellos que cuentan con el mismo nivel de escolaridad (27.3%), sino además, la mayoría de ellos no asiste a la escuela (82 por ciento).
Existe una multiplicidad de factores entorno a la deserción escolar a este nivel, en la Encuesta Nacional de Deserción en la Educación Media Superior 2011 se preguntó a los jóvenes sobre el principal motivo por el que abandonaron sus estudios a nivel medio superior y se les dio la opción de mencionar dos motivos adicionales en caso de haberlos:
1) La falta de dinero en el hogar para útiles, pasajes o inscripción es la principal razón declarada por el 36% de los desertores, e indicada entre las tres principales razones (50 por ciento).
2) Fue le disgustaba estudiar.
3) Consideraba más importante trabajar que estudiar.
Los ingresos de los hogares parece ser entonces, un factor importante en este problema, datos que proporciona la CEPAL indica que “80% de los jóvenes latinoamericanos pertenecientes a los quintiles de ingresos más altos concluyen su educación media; este porcentaje disminuye bruscamente hasta un 20% en el caso de los estudiantes procedentes de familias ubicadas en los quintiles de menor ingreso”.
En México, un acercamiento a este problema lo proporciona la Encuesta Nacional de CARACTERÍSTICAS EDUCATIVAS DE LA POBLACIÓN JOVEN: La educación formal, dentro del Sistema Educativo Nacional, ofrece a los adolescentes y jóvenes los conocimientos, habilidades y oportunidades para enfrentar de una mejor manera su vida y la realidad que los circunda, pero también ocupa un lugar central en la socialización e integración de la población.
En lo concerniente al nivel de escolaridad de los jóvenes de 15 a 29 años, 32.9% cuentan con educación media superior, mientras que 19.4% cuentan con educación superior.
Respecto de los adolescentes de 15 a 19 años, 52.8% reportan escolaridad de nivel básico: 9% con primaria (6.7% completa y 2.3% incompleta), mientras que el 43.7% tienen al menos un grado de secundaria.
Los esfuerzos por disminuir el rezago educativo son perceptibles, aunado al deseo de un mayor nivel escolar o al logro de una meta educativa ya que en jóvenes de 20 a 24 años, el porcentaje con educación superior es de 27.5% y para el grupo de 25 a 29 años, es de 27.8 por ciento.
Sin embargo, sobresale que para este último grupo de edad el 46.5% cuentan con secundaria o un nivel de escolaridad menor, debido a que, a esta edad, la mayor parte de la población ha concluido su instrucción formal.
Ocupación
Las condiciones económicas a nivel mundial dificultan aún más la entrada de los jóvenes al mercado laboral, así lo señala la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuando declara que “el debilitamiento de la recuperación mundial en 2012 y 2013 ha agravado la crisis del empleo juvenil, dificultando aún más el acceso al empleo para muchos desafortunados jóvenes que buscan trabajo, dificultándolo hasta tal punto, que muchos están renunciando a seguir buscando”.
En nuestro país, 16 millones de jóvenes de 15 a 29 años de edad son económicamente activos, pero 19.8% de jóvenes de 15 a 29 años no laboran por falta de experiencia.
La OIT identifica también un desajuste en las competencias laborales de los jóvenes y señala que “la sobreeducación y el exceso de competencias coexisten con la subeducación y la escasez de competencias, y cada vez más con el desgaste de la formación adquirida por causa del desempleo de larga duración”.
Otra forma de hacer operativo este problema es analizando el trabajo informal: 62.6% de los jóvenes cumplen esta condición y si bien su condición se hace más notoria cuando su escolaridad es baja (90.4% de los jóvenes ocupados con primaria incompleta y 85.2% con primaria completa son trabajadores informales) existe una importante proporción de jóvenes (44.2%) con estudios medio superior y superior que se ocupa de manera informal.
La ocupación informal incorpora “una vulnerabilidad laboral por carecer del reconocimiento formal de una relación de trabajo; aplica a los trabajadores subordinados remunerados (asalariados, por comisión, y/u honorarios) así como a los trabajadores familiares que participan en la actividad sin tener un acuerdo de remuneración monetaria.
Los trabajadores remunerados y los familiares no remunerados que, específicamente, trabajan en unidades económicas del Sector Informal, son vulnerables doblemente (por la naturaleza de la unidad económica que los emplea y por carecer de garantías laborales que puedan hacer efectivas) pero desde luego se les cuenta una sola vez”.
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