LA REALIDAD POLITICA DE COLOMBIA

Colombia: realidad política y social

Colombia es un estado social de derecho donde todas las personas que habitan en este territorio hacen parte de una nación fundamentada bajo el principio del respeto de la dignidad humana, entendido ello como la característica esencial, para que las leyes que se proclaman velen por el cumplimiento de los derechos y deberes de todo un pueblo. Eso quieren la mayoría de personas que fuese el derrotero de un país de progreso, unidad y coherencia; sólo el anhelado encuentro entre las diferencias sociales, religiosas y de pensamiento tendrían un mejor panorama que respondiera activa y efectivamente a las necesidades más apremiantes.

Es responsabilidad de las personas que se dedican a la política tener presente que su objetivo es dirigir la acción del estado en beneficio de la sociedad, para ello cuentan con los recursos humanos y económicos de un sistema democrático, donde los preceptos del orden público y la seguridad de los ciudadanos esta a cargo de la policía. Es así como la justicia cobra vida en la persona de quienes el pueblo elige para que e un período determinado administren un país, gobernación o alcaldía; presuponer que todo será en términos de equidad, oportunidad y participación de los colombianos, es pensar que no sólo es un ideal, sino un compromiso de cada ser humano con su entorno social.

Ser colombiano en la situación actual de tanto desequilibrio económico, político y social, convierte a todo colombiano en cómplice de la indiferencia social. Por eso las injusticias que se presentan en familias, empresas y todo tipo de comunidades son el fiel reflejo de un desorden que alcanza las necesidades básicas de un país y llegan hasta las últimas consecuencias de inseguridad y violencia a través de la protesta. La respuesta a estas diferencias por parte del gobierno es utilizar su “cepo” más inmediato: una fuerza pública, colombianos también, que tienen el deber de preservar la seguridad y los intereses particulares de unos pocos, para poder tomar represarías e imponer el castigo que determine el ente jurídico, además de penalizar los desmanes de un pueblo, que llevado por la euforia se levanta contra sus gobernantes.

Con la clase de antecedentes de crimen y castigo en Colombia se puede llegar a pensar que es un país donde no hay espacio para encontrar culpables, responsables, e incluso para determinar un castigo, severo, para quienes atropellan y quebrantan el bienestar social. Aunque para un ciudadano del común, prevalecen más sus deberes que sus derechos. Entonces el ladrón de tanta conciencia social dónde puede encontrarse y quien habrá de juzgarle?. Es inquietante pero Colombia ha perdido tanto por una guerra injusta, por una burocracia imperante. Cual quiera que sea el futuro de este sin sentido, cabe preguntar: ¿Qué están dispuestos a hacer los

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