La Democracia En Mexico Y La Sociedad
alitan98105 de Mayo de 2015
931 Palabras (4 Páginas)202 Visitas
LA SOCIEDAD Y LA DEMOCRACIA EN MEXICO
Los estudios sobre la sociedad civil y su participación en los procesos políticos en México han tenido un auge reciente, La participación de grupos organizados, conocidos como de la "sociedad civil", en México ha tenido un incremento en años recientes, pero no es endémica de nuestra generación, lo que sí es pertinente señalar, y que la autora fundamenta bien, es que la proliferación de organizaciones de la sociedad civil se inició en la década de 1990, concretamente en la segunda mitad. Es importante hablar también de que, en el análisis de Somohano, las consecuencias de los cambios gubernamentales en la década de 1980, que se acentuaron en los primeros años de la de 1990, abrieron una ventana de oportunidad a la participación de la sociedad civil, pues el gobierno federal, en algunos rubros de desarrollo social, se atrajo la colaboración directa de los demás órdenes de gobierno. Esas nuevas atribuciones que adquirieron los gobiernos estatales y, sobre todo, los municipales fue terreno fértil para el surgimiento de OSC.
se detiene en la naturaleza de las asociaciones que existían en México antes de la crisis de 1982, organizaciones primordialmente dedicadas a obras piadosas y lejanas a cualquier tipo de politización. Es importante que, deja claro que las organizaciones piadosas, fundamentalmente de tipo religioso, si bien fueron las pioneras de cierto nicho de participación social, han sufrido una transformación relevante, pues su naturaleza y el papel que desempeñan es mucho más complicado de explicar que antaño.
Descendiendo de lo abstracto a lo concreto, es evidente que la dirección política no democrática carece de fundamento racional. En el actual planteamiento maniqueista del mundo (supe simplificado) entre las llamadas democracias socialistas y las occidentales (olvidándonos de las dictaduras "simpáticas" a los occidentales), los gobiernos que se autotitulan de izquierda afirman ser auténticos representantes de los intereses de las clases trabajadoras, o del pueblo en general, lo cual puede corresponder con los hechos; el problema es que yo puedo preguntar el porqué de tal afirmación, por qué tal gobierno es el auténtico representante de los intereses de los trabajadores y no otro?, debemos creérselo a Él, simplemente porque nos lo dice?, y por qué no hemos de creer a los contrarios? En fin, la situación es suficientemente absurda (a pesar de la aceptación que en muchos pueda tener la súper simplificación sofística) como para no insistir en ella. Nadie tiene derecho a erigirse en representante de nadie, si no existe un mandato, claro y explícito, del supuesto representado. Y si un partido, o cualquier movimiento político, afirman actuar en nombre de cierta clase social, solo la voluntad libremente expresada de esa clase, o grupo social, puede validar tales afirmaciones. Lo contrario sería abrir la puerta a la tiranía, disfrazada con afirmaciones de una legitimidad que nunca se prueba. Claro que un partido puede ser otra cosa, y limitarse a la consecución de objetivos concretos, recurriendo a la imposición violenta. Como partidos, es decir, como organizaciones de acción política, pueden entenderse y admitirse, pero no como expresión de la verdad social, y carecen de legitimidad. Ningún partido que se reclame popular es aceptable si no se pasa la prueba de su carácter popular, a través de la votación, con todas las características de libertad. Por otro lado, la democracia liberal no es tampoco un sistema que permite el libre y autentico juego de las fuerzas sociales; pues siempre hay fuerzas que están tratando de alterar el proceso en beneficio propio, y el Estado, que es el único, autentico y legítimo representante de los intereses generales de la nación en su totalidad, debe intervenir para regular el proceso, impedir deformaciones y corregir las desigualdades del cuerpo
...