“La Divina Comedia”

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1. Introducción

Para comenzar, desde que tenemos uso de razón se nos ha enseñado a respetar la religión, a comportarnos de acuerdo con los parámetros católicos y así diferenciar el bien del mal, algo esencial para la vida diaria. Incluso se nos han dado manuales, como la Biblia y además nos han asustado con antiguas escrituras como “La Divina Comedia” de Dante Alighieri.

1. Tesis

Puede sostenerse que, generación tras generación, han vivido controladas por ciertas normas de “comportamiento”, en su mayoría, impuestas por la religión y el conservadurismo. Pero, ¿qué pasa cuando una de esas reglas sagradas es quebrada por un alto porcentaje de la sociedad y no se considera una acción grave, excepto cuando eres víctima del pecador? Con esto me estoy refiriendo a “La Lujuria”, uno de los peores pecados que un hijo de Dios puede cometer ante  la visión de Dante, quien nos relata el castigo que nos espera en el infierno si es que cometemos tal pecado en nuestra vida terrenal.

1. Desarrollo

Sin embargo, estamos viviendo en una sociedad que no teme “pecar” y que cada vez es más escéptica frente a las supuestas represalias que se relatan en “La Divina Comedia”. A medida que la sociedad evoluciona y se fusiona con la tecnología y nuevos conocimientos sobre la humanidad en todo su ser, se desacredita que la lujuria sea un pecado, tal como lo propone la religión católica, puesto que el significado que se le entrega a estas pasiones fue inculcado por la Iglesia y no por el mesías (Jesús), con el propósito de consagrar las relaciones sexuales dentro del matrimonio y no fuera de la unión sagrada. Sin embargo, el sexo es un tema cada vez más presente y que está lejos de convertirse en un pecado, ya que se propone que es algo natural y necesario en el ser humano.

Infierno

Canto V

Este canto narra cuando Dante ya ha pasado el primer círculo del infierno, el limbo. Dante y su maestro Virgilio bajaron al segundo círculo del infierno, el lugar de los lujuriosos.

“Allí, Minos horrible, gruñe airado, examina las culpas a la entrada; juzga y manda, según ciñe el pecado.” Minos, antiguo rey de Creta fue quien los recibió, siendo no muy grata su visita. Posteriormente les da libre vía hacia la oscuridad. Gritos lastimosos y desolación escucharon al entrar, mientras vientos envolvían el espacio, en medio, un huracán mantenía a los espíritus en el aire, volteándolos y dejándolos caer al suelo, para luego volver al torbellino. Ese era su eterno castigo. “Eran los condenados a tormentos, los pecadores de la carne presa, que a instintos abajaron pensamientos”.

Los fuertes vientos que lleva a las almas representan el castigo por la agitación de sus pasiones, por no controlar sus deseos sexuales y sobrepasar lo carnal.

Las almas no paraban de girar entre los vientos, estaban condenadas a sufrir sin esperanza ni descanso alguno. Dante preguntó: “¿quiénes son?”, a lo que Virgilio contestó: “La primera que ves en este infiero, emperatriz fue, de naciones de muchas lenguas, con poder supremo: rota fue de lujuria y sus pasiones en leyes convirtió y así lo afrenta, quiso en vida borrar de sus acciones: la Semíramis fue, de quien se cuenta, dio de mamar a Niño y fue su esposa, donde hoy el trono de Soldán se asienta. La otra que ves se suicidó, amorosa, infiel a las cenizas de Siqueo: la otra es Cleopatra, reina lujuriosa”.

Fue como el maestro dio a conocer a Dante, figuras históricas que habían sido pecadores, también reconociendo a Helena, que por ella se inició la guerra de Troya, dejando a víctimas de sus amores.

El corazón de Dante se apiada. Pide hablar con las almas.

Se acerca Paolo y Francesca a contarle su historia. Es la pareja de una triste aventura sentimental ocurrida en Rávena, una ciudad al norte de Italia.  Francesca contrajo matrimonio en 1275 con Gianciotto Malatesta de Rímini, unión favorable políticamente, pero ella se sintió atraída por el hermano menor Paolo Malatesta, cometiendo adulterio mientras compartían una lectura juntos, cuando sus besos los unieron a los dolores. Tiempo después son descubiertos por el marido y éste asesina a la pareja alrededor del 1283 – 1285.

Dante concluye muy bien que este círculo era el del amor, en el doble sentido de la dulzura y el pecado, donde el humano es tan débil en cuestiones de amor y es virtuoso quien no se deja arrebatar por estos impulsos, condenados por la religión.

Dante condena a la sociedad diciendo que, dependiendo de tu comportamiento en la vida terrestre, serás juzgado por la divinidad.

A pesar de tan aterrador relato, la sociedad actual no teme ser castigada en la “otra vida”, puesto que la religión y la credibilidad de la Iglesia ha ido decayendo por diversos factores, principalmente por la rigurosa opresión que existía por parte de la institución católica en la vida de las personas y que actualmente las normas de la religión cristiana no son consideradas para el diario vivir.

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