La Felicidad y el consumismo

La Felicidad y el consumismo

Recuerdo que cuando era menor, crecí viendo a mi padre pocas horas a la semana, algunas veces más que otras, pero la mayor parte del tiempo era así. Él tenía que trabajar, lo que consumía casi todo su tiempo.

Este hecho es una realidad en casi toda la población adulta: trabajar la mayor parte de la vida para vivir mejor, lo que se traduce en obtener bienes materiales que faciliten o mejoren las condiciones de vida. Es así como la sociedad define la autorrealización, una manera de superarse a costa de años de trabajo, décadas. El caer en este círculo de trabajar sin fin para una mejor vida, ¿esto puede tener relación con lo que comenta Byung-Chul Han, en su fragmento “La sociedad del cansancio”?

Es complicado afirmar si vivimos en un círculo creado para beneficio de terceros o solo es la manera en la cual se maneja la sociedad, pero sin duda este estilo de vida nos lleva a alejarnos de nuestra familia con el fin de conseguir mejores oportunidades laborales, la sociedad nos dicta lo más importante sin derecho de decidir.

Pero esto no es comparable con el consumismo que busca satisfacer una falta de autovaloración propia y un vacío que se llena únicamente con cosas materiales, podría considerarse una consecuencia del mundo laboral actual, una soledad silenciosa a la cual se nos acorrala, por ende, nos lleva a crear una vida de apariencias donde el valor de las personas puede definirse en base a sus logros materiales.

Darnos cuenta de que el consumismo tiene como fin llenar un vacío y sentir felicidad espontánea no puede ser más dañino para nuestra salud mental y monetaria.

El problema del consumismo no son únicamente las personas que tienen esta adicción, también juegan un papel importante quienes deciden que trato dar por cómo se ven las personas, un individualismo y falta de empatía preocupante en quienes integramos esta sociedad.

El elegir nuestra vida en base a mejores oportunidades laborales son decisiones que no podemos evadir, pero muchas veces estas nos acorralan a vivir lejos de la familia, de personas importantes, y al estar inmersos en este círculo de trabajo; se dan las consecuencias mencionadas con anterioridad.

El elegir nuestra vida en base a mejores oportunidades laborales son decisiones que no se pueden evadir, pero aquello nos lleva a vivir lejos de personas importantes, este desapego puede llevar a las consecuencias mencionadas anteriormente.

Desde luego, esto puede considerarse un problema social; este individualismo y falta de empatía cobra factura con las actitudes y problemas sociales que se viven hoy en día. No se puede escapar del mundo laboral, pero la moral y ética con la que se manejan las personas puede mejorar la causa real detrás del consumismo.

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