La Reforma De Uribe

LA REFORMA LABORAL DE URIBE,

¿UN FRACASO TOTAL?

Con la Ley 789, que se aprobó en diciembre de 2002, se buscaba reducirles los gastos a las empresas para que pudieran generar más empleos después de que entró en vigencia, es necesario analizarla y revisarla porque sí se redujo el costo de los empleados, pero no se aumentó el trabajo formal.

La estrategia estaba clara. El artículo 25 de esa norma amplió la jornada laboral diurna. Antes estaba desde las 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, entonces quien se quedara más tiempo haciendo su trabajo, recibía un pago por horas extras.

Con aquella ley, se amplió la jornada desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche. Así, quien trabaje, por decir algo, hasta las 8 de la noche, no recibe ningún dinero adicional.

El artículo 26 redujo el pago adicional de los domingos y festivos trabajados. El 28 rebajó las indemnizaciones por despidos sin justa causa. Y el 51, les permitió a los empresarios y empleadores acordar entre ambos el horario de trabajo durante la semana según las conveniencias de cada uno.

De acuerdo con esto, las empresas tendrían más plata para contratar a más empleados y flexibilidad en los horarios, para poder acomodar más turnos. Así, habría más cobertura en el empleo. Pero esto no fue así lo único que se logro es que los trabajadores que ya laboraban redujeran sus ingresos en cierta medida.

Esta ley lo que pretendía era que con un salario mínimo, un colombiano debería comer, pagar sus servicios básicos, su vestido, su educación y la de sus hijos. Muchos lograban hacerlo, pero con el dinero adicional que recibían de las horas extras de trabajo. Hoy, no les alcanza para nada, porque el costo de la vida crece más que el del sueldo. Mejor dicho cada día el costo de vida es tan alto que como diría mi abuelo “si seguimos así el desayuno será almuerzo y no alcanzara pa la comida”.

Sabemos que la reforma pretendía mejorar la difícil situación del mercado laboral antes de la reforma: una alta tasa de desempleo y un crecimiento de la informalidad. Por esta razón, se buscaban mecanismos para flexibilizar el empleo pero en últimas esta ley termino por favorecer a las grandes empresas que ahora se dedican a contratar empleados por periodos corto con sueldos miserables y sin ninguna garantía.

En conclusión los ahorros que se pretendían con las diferentes reformas producidas bajo el gobierno de Uribe no se han visto por ninguna parte, como tampoco la eficacia de las nuevas entidades. Es necesario decir adoleció de estudios previos que sustentaran las diferentes reformas. Lo que se dio fueron unas improvisaciones que fomentaron la desigualdad de los trabajadores colombianos y en vez de disminuir las cifras de desempleo las aumentó y la corrupción en las diferentes entidades del estado terminaron por

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