La Reforma Energética

La reforma en sí misma no puede ser sustentable porque promueve el uso de hidrocarburos. Sin embargo México no puede seguir viendo en los hidrocarburos, que muestran una alta inestabilidad en los precios y altos riesgos por los impactos ambientales asociados a los mismos, la oportunidad para el desarrollo y la competitividad presente y futura del país. La seguridad y la sostenibilidad energéticas serán una realidad sólo si apostamos a las energías renovables.

Ciertamente, estos cambios son necesarios. México no se ha subido al tren de la revolución energética del siglo XXI: cuenta con una capacidad de apenas 2.4 GW de energías renovables no hídricas, mientras India tiene una 10 veces más grande, y China, una 40 veces mayor. Este último, líder global en energías verdes, acaba de anunciar una inversión de 260,000 millones de dólares en este sector.

Una buena noticia es la inclusión de la sustentabilidad y la protección al medio ambiente como uno de los ejes estratégicos de la reforma energética. Este eje está orientado a acelerar la sustitución de generación de electricidad con combustible y diésel por energías limpias y gas natural. Obliga a la CFE a competir con terceros al permitir que las empresas privadas liciten para tener acceso a la red eléctrica; crea un organismo público que distribuya la electricidad “de manera imparcial e independiente y con tarifas de porteo transparentes” para reducir costos, e introduce leyes que impongan “obligaciones en materia de energías limpias, competencia y servicio público y universal”.

Lo que no queda claro es cómo se lograrán simultáneamente los objetivos en apariencia contradictorios de impulsar una política industrial basada en el abaratamiento del costo de la energía y la protección al medio ambiente, cuando más de 85% de la energía en México proviene de fuentes fósiles. Energías fósiles más baratas, con una creciente demanda energética, potencialmente, llevarán a un aumento de las emisiones de CO2, lo cual contradice los objetivos de la Ley General de Cambio Climático que ya está siendo implementada.

El desarrollo sustentable seria utilizar gas natural puesto que este no emite tanto CO2 como el como el petróleo y sus derivados y que, con la generación de electricidad con gas, se ganará tiempo para que maduren las energías renovables. El riesgo es que, una vez hechas las inversiones de infraestructura, sobre todo para el transporte del gas, queden pocos incentivos para desarrollar las energías renovables, al menos, en una escala puede compensar por las emisiones asociadas a un mayor consumo de energías fósiles más baratas.

ENERGIA EOLICA

Nuestro territorio cuenta con zonas donde las condiciones de viento harían rentable contar con aerogeneradores.

ENERGÍA SOLAR O LUMINOSA

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