La Universidad En Cuba

La universidad en cuba:

Vengo de un lugar donde todo esta al revés, los picos de las pirámides se encajan en la tierra y los arboles crecen con las raíces hacia arriba. el funcionamiento de algunas cosas esta diseñado para ser analizado de una forma, en mi país se interpretan a revés y así es desde hace ya algunos años, desde que Fidel Castro decidió tomar el poder y torcer mentes débiles, o quizá solo "educarlas" en ser respetado, temido. La universidad en cuba solía ser una institución prestigiosa. Desgraciadamente solo las plantas silvestres crecen saludables en la ausencia de cuidado, una universidad es como uno de esos arboles que requieren atención, personas dispuestas a regarlas diariamente y personas que vengan y disfruten de su beneficiosa sombra. La universidad en cuba no es hoy lo que era antes, entonces, hablemos mejor de lo que fue ayer.

Parece que fue hace siglos cuando los profesores mejor preparados eran los únicos a los que se les permitía ensenar en una universidad. Eran sencillamente brillantes, dioses de la fisiología o de la anatomía, de la bioquímica misma, aunque ya desde aquellos tiempos se les veía asustados porque de alguna forma tenían que transmitir cuan fuerte era su convicción política. Maldita política que implantaba el miedo y que recordaba constantemente la fuerte presión social. Me acuerdo de aquel primer año en que todo era tan asombroso a mis ojos, todo era nuevo y desconocido y veía la carrera de medicina como un desafío. Mi facultad estaba repleta de estudiantes, muchos de ellos tan perdidos como yo, pero en cada semblante era capaz de reconocer esa misma alegría que me llenaba a mi, la alegría de saber cual será tu rumbo, o de al menos estar luchando por este. Llegue a dudar, por supuesto, que estuviera en el carril correcto, que mi destino, después de tantas madrugadas de estudio, desembocara en un mar de embarazadas preguntándome que tipo de dieta seguir o en orientarle a un adicto que parara de fumar. Comprendí que no había a que temerle y a cierto punto entendí que realmente era mi vocación ayudar a otros. Descubrí en mi, la pasión de ser medico cuando me pare en frente de una persona muerta, lista para observar mi primera autopsia, y después de reponerme a mis nauseas por el fuerte olor a formol, tuve la disposición y la necesidad de explorar. Era una persona muerta si, pero también eran átomos, células, órganos... Todo eso para conocer mas de cerca lo que es un cuerpo humano, para que a la hora de diagnosticar o de tocar un órgano de alguien vivo, no fuera mi primera vez.

Termine la universidad, me gradué y definitivamente fue un desafío. Ejercí como medico en cuba mas de dos décadas y me regocijo en el orgullo de haber podido ensenar también. Si, a lo largo de mi carrera he sido estudiante y profesora, y he entendido cuantas mímicas de conocimientos

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