La ciencia social del ahora

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INTRODUCCIÓN:

Durante los siguientes párrafos hago expreso mi opinión por la lectura del capítulo titulado: ¿Qué tipo de ciencia social debemos construir ahora? (Wallerstein, 2006). Por Immanuel Wallerstein, en su libro titulado: Abrir las ciencias sociales. Dejo en claro que, soy mujer, soy estudiante, soy hija y tengo un enorme interés por el mundo que me rodea, por consiguiente, busco dejar mi opinión bastamente plasmada, de la forma más fuerte que consiga. Pienso que los valores imputados desde la raíz familiar son los más importantes, sea tomado desde un punto positivo, o por la misma destrucción del ser humano que los adquirió, sobra decir que tengo la experiencia a mi corta edad de afirmar con contundencia lo desagradable que me resulta la educación de muchos de los conocidos que tengo, y se de ante mano que si dedicaran su tiempo a cosas menos ordinarias tendrían una mejor percepción del mundo.

Pongo este punto de partida desde los valores, porque el capitulo va incipiente a hablar sobre la segregación, el dialogo, la comprensión, la fuerza y la violencia.

DESARROLLO:

La sociedad parece estar acostumbrada a la falta de educación y de respeto en estos días, y automáticamente se culpa una batalla por los recursos, donde es cierto que se requiere definir cuales son los principales problemas que han llevado a esta desconstrucción social, pero tampoco se deja una ventana diáfana para construir nuevas estructuras disciplinarias que encarrilen nuevamente a principios, a conocimientos amplios y a el saber del intelecto puro; tanto tiene que ver que los seres humanos ya no estemos conectados con la naturaleza, y no solo la naturaleza física, si no la naturaleza analítica que poseemos como humanos desarrollados a través de millones de años. Se que tener una vida universitaria puede ser para muchos una etapa de desdén y de hacer tonterías con el tiempo y la vida, pero las universidades no fueron creadas para albergar a un montón de personas que no tienen definido su propio  sistema integral de conocimientos, como ha sido dicho en el capítulo, la objetividad es el punto de debate real de la dimensión en que vivimos; donde el tiempo y el espacio son variables fuertes de análisis y donde toda una generación de personas no hacen más que lamentar, como ha escrito Nietzsche: De nadie estamos más lejos que de nosotros mismos.  

CONCLUSIÓN:

En definitiva, se deben crear bases intelectuales para que se puedan entonces reconstruir las disciplinas individuales. Como está escrito en el origen de la familia, la propiedad privada y el estado: ¨los intereses de la sociedad son superiores y anteriores en absoluto a los intereses individuales, y unos y otros deben concentrarse en una relación justa y armónica…La disolución de la sociedad se yergue amenazadora ante nosotros, como el término de una carrera histórica cuya meta es la fortuna, porque semejante carrera encierra los elementos de su propia ruina (Engels & Marx, 1979) .¨ Con esta frase tan simbólica, invito al lector a reflexionar sobre posibles soluciones individuales que consigan armonía dentro de una sociedad tan alusiva a lo que debería ser.

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