La conquista: evangelización de las poblaciones nativas. Introducción

La conquista: evangelización de las poblaciones nativas.

Introducción

En el presente trabajo abordaré el tema de la conquista espiritual, que es una de las principales ideas en cada uno de los textos de los cuales se hablara más adelante y el cómo es que este asunto religioso fue avanzando y los pueblos indígenas con ello.

Claro está que no debemos de dislocar los intereses de la corona, el poder, los intereses religiosos y los de la lengua, ya que uno sin el otro no podrían hacer posible una conquista como la que se dio en la Nueva España.

Recordemos un poco cómo eran la mayoría de las culturas prehispánicas en México que florecieron y llegaron a su cúspide: establecieron variadas características culturales como la formación de asentamientos urbanos permanentes, beneficiación de la agricultura, arquitectura y además la formación de complejas jerarquías sociales.

Toda esta evangelización en México va ligada a la forma en la que se propiciaron las constantes guerras, las herramientas utilizadas por los españoles para evangelizar, las dificultades de los colonizadores para integrar su pensamiento y despojar el que no conocían y la finalización que todo esto tuvo y llegó a un punto de hibridez en el que se conjugaron las dos religiones; ya se podría hablar de una religión establecida para los indígenas por parte de la corona.

Situémonos en el año 1519 que es cuando llega Hernán Cortés a México, Cristóbal Colón fue el primero, pero con Hernán se observa de una manera más contundente toda la expansión religiosa que se tuvo y que de hecho atiza de una manera impactante, y en otras perspectivas hasta escéptica.

Al arribar los españoles desde la costa empieza el desencadenamiento de sucesos que han marcado a México y que perduran hasta nuestros días, como lo es la implantación de toda su forma de vida en el sentido de una particular cosmovisión o concepción del mundo, quizá poco menos que una ideología.

En la Segunda Carta de Relación de Hernán Cortés es tan palpable y directa la coyuntura del estar frente a frente con una cultura tan diferente a la suya. Miran su forma de vida, sus costumbres, su forma de alabar a los dioses, y extrañados por ello, se niegan y derrocan todo, sin siquiera importarles.

Se presentan los diferentes grupos sociales, las comunidades que tenían sus propios rituales destinados a venerar a sus dioses o a propiciar la culminación de sus actividades, por ejemplo, en la narración de esta Segunda Carta, se nos muestra una escena en la que cada que los españoles tocan tierra en un pueblo diferente, es tierra en la que destruyen lo más preciado que los indígenas tienen: sus dioses.

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