La falta de humanidad genera más inhumanidad

La falta de humanidad genera más inhumanidad

"Solo quería que los dolores cesaran (la madre de Grenouille), acabar lo mas rápido posible con el repugnante parto. Era el quinto. Todos los había tenido en el puesto de pescado y las cinco criaturas habían nacido muertas o medio muertas (...) Todos se vuelven, descubren al recién nacido entre un enjambre de moscas, tripas y cabezas de pescado y lo levantan. Las autoridades lo entregan a una nodriza de oficio y apresan a la madre. Y como esta confiesa sin ambages que lo habría dejado morir, como por otra parte ya hiciera con los otros cuatro, la procesan, la condenan por infanticidio múltiple y dos semanas más tarde la decapitan en la Place de Grève".

La inhumanidad puede estar presente en cualquier acto llevado a cabo de manera consiente, cruel e inescrupulosamente.  A pesar de que las culturas alrededor del mundo pueden diferir en <> un acto inhumano, hay algunas situaciones que se consideran cruel en muchas sociedades desde hace varias décadas. Es por esto se han tomado ciertas medidas de protección en pos de las personas, se le ha dado un énfasis a especial a los Derechos de los niños. Ya que son seres indefensos que necesitan, mayormente durante las primeras etapas de sus vidas, especial cuidado para un óptimo desarrollo físico, emocional y social.

Hay personas que se comprometen realmente con este tipo de ideales, proteger a los infantes, pero también existen las personas que afirman preocuparse y proteger a los niños e incluso ejercer una profesión como defensores de sus derechos y cuidados, sin  embargo no tienen la menor culpabilidad al abandonarlos o dejarlos a su suerte, como fue el caso del joven Grenouille. Quien fue abandonado por su madre para posteriormente ser dejado al cuidado y, supuesta, protección de personas sin escrúpulos, a quienes ni siquiera les importaba si vivía o las condiciones en que lo hacía. Siendo estas personas una prueba de la falta de humanidad de las personas, que se remonta a muchos siglos, por no hablar de milenios, atrás. Así como la inhumanidad data de muchos siglos atrás, también lo hacen los castigos, ya sean penales o más bien espirituales, como el famoso <>. En el siguiente escrito describiremos como estos personajes crueles e inhumanos pagaron sus actos con una muerte que se ajustaba a las injusticias cometidas.

La obra "El perfume: historia de un asesino"  comienza a desarrollarse en la ciudad de Paris en 1738, en un periodo antecesor a la revolución francesa, caracterizado por una decadencia en el ámbito político  y social, las calles se encontraban presas de una inmundicia que caracterizaba al hombre de esa época. La sociedad se encontraba totalmente jerarquizada, lo cual no suponía ninguna diferencia sobre la decadencia que padecían, ya que hombres  y mujeres de las altas esferas sociales también presentaban enfermedades infecciosas que cubrían con  maquillaje y ropa elegante.  "Apestaban los ríos, apestaban las plazas, apestaban las iglesias y el hedor se respiraba por igual bajo los puentes y los palacios. El campesino apestaba como el clérigo, el oficial de artesano, como la esposa del maestro; apestaba la nobleza entera y, si, incluso el rey apestaba como un animal carnicero y la reina como una cabra vieja".  

Como se menciona en la primera cita, después que su madre lo abandonara a su suerte, Jean-Baptiste fue puesto a cargo de nodrizas de empleo, mujeres que alimentaban a lactantes a cambio de dinero. Estas mujeres a los pocos días de recibirlo rápidamente lo devolvían a las autoridades porque "era demasiado voraz, mamaba por dos, robando así la leche a otros lactantes y el sustento de las nodrizas, ya que alimentar a un lactante único no era rentable”, sin importarles si encontrarían a alguien que pudiera alimentarlo y cuidarlo. Tras varios cambios de nodriza el infante Grenouille llego al cuidado de Madame Gaillard, una amargada y calculadora mujer, que aún no contaba con los 30 años. Los maltratos físicos y psicológicos sufridos a lo largo de su infancia la habían convertido en ese tipo de mujer, carente de cualquier tipo de emoción. Pero con "un frio sentido del orden y de la justicia. No favorecía a ninguno de sus pupilos, pero tampoco perjudicaba a ninguno". Los cuidaba lo mejor que la carente situación económica de la época le permitía, pero a pesar de sus esfuerzos los niños sufrían todo tipo de carencias e incluso algunos morían por culpa de ellas. La mujer se contentaba con que a las demás madres adoptivas se les morían más niños que a ella, como si ello fuera menos terrible. A pesar de que les suministraba tres comidas al día a los niños, no se preocupaba mucho por su cuidado personal o emocional.

"Durante su infancia (Jean Baptiste) sobrevivió (...) una caída de seis metro en un pozo y la escaldadura del pecho con agua hirviendo. (...) una cantidad mínima de alimento  y de ropa bastaba para su cuerpo. (...) La seguridad del hogar, la entrega, la ternura, el amor --o como se le llamaran las cosas consideradas necesarias para un niño-- eran totalmente superfluas para el niño Grenouille. Casi afirmaríamos que él mismo las había convertido en superfluas desde el principio, a fin de sobrevivir".

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