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La imaginacion sociologica. Ver lo general en lo particular

Aida AcevedoEnsayo17 de Febrero de 2019

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la imaginacion sociologica

capitulo # 1

Capítulo 1 imaginación sociológica

¿Qué es sociología?

Podemos comenzar diciendo que la sociología es el estudio sistemático de la sociedad humana. También podríamos decir que en lo más profundo de la sociología existe un especial punto de vista que la caracteriza. La sociología no consiste en recoger datos acerca de un tema social u otro. La sociología es mucho más que una lista de hechos y cifras. La sociología es, sobre todo, una toma de conciencia, una manera de pensar y de entender de una forma crítica los fenómenos sociales. Lleva un tiempo, a veces incluso años, hacer que esta forma de entender el mundo tome forma. Sin duda, tiene el potencial de cambiar su vida para siempre. No obstante, es necesario hacer una sana advertencia: la sociología puede transformar su vida… y dañarla. En contra de la opinión general, que defiende que la sociología es simplemente sentido común, ambos entran a menudo en conflicto. Una vez que la sociología se arraigue en su pensamiento, estará siempre ahí exigiéndole que «piense socialmente», cuestionando lo obvio y todo aquello que damos por hecho y convirtiendo lo familiar en desconocido. Esto es muy enriquecedor, incluso le hará sentirse poderoso, pero puede convertirlo en una persona muy crítica: dotada de pensamiento crítico. En esta sección, y a lo largo de todo el libro, nos preguntaremos qué es lo que distingue esta manera de ver las cosas.

A continuación vamos a mostrar algunas definiciones estándar que pueden resultar de utilidad.

Las siguientes definiciones pueden ayudarle en este propósito (aunque darán lugar a más preguntas de las que responden): Un sociólogo [...] es alguien preocupado por la comprensión de la sociedad de una manera disciplinada. La naturaleza de esta disciplina es científica.

(Peter Berger, Invitación a la sociología, 1963) Sociología es… en primer y principal lugar una manera de pensar en el mundo humano […] [Pregunta cómo] es que los humanos viven siempre (y no pueden evitarlo) en compañía, comunicación, intercambio y cooperación con otros seres humanos […] Sus preguntas hacen extraño lo familiar.

(Zygmunt Bauman, Thinking Sociologically, 1990: 8, 15) El «mundo humano» o el «mundo de los humanos» es el reino particular de la experiencia y la existencia humana […] y el tema que preocupa a la sociología.

(Richard Jenkins: Foundations of Sociology, 2002: 3) El término «sociología» tiene dos raíces (la latina socius, que significa «social», y la griega logos, que significa «estudio de») y literalmente significa «estudio de los procesos sociales». Basándonos en estos términos, la sociología se puede definir como el estudio de las bases de la afiliación social. Más técnicamente, la sociología es el estudio de la estructura de las relaciones sociales que se construyen a partir de la interacción social, pero ninguna definición es enteramente satisfactoria debido a la diversidad de perspectivas.

(Nicholas Abercrombie, Sociology: 232) Ciencia que trata de las condiciones de existencia y desenvolvimiento de las sociedades humanas. Diccionario de la Lengua Española, vigésima primera edición, 1992. Definida en los diccionarios como la ciencia o estudio de la sociedad.

El término «sociología»fue acuñado por Comte (1830), relacionando el latín socius (originalmente una persona, tribu o ciudad aliada de Roma, pero después una sociedad) con el griego logos (razón o conocimiento). El término se extendió rápidamente y ahora se emplea en prácticamente todas las lenguas para indicar cualquier estudio de la sociedad razonado y realizado de manera rigurosa.

(Michael Mann, Enciclopedia de Sociología, 1983) Ciencia social que se centra en el estudio de las instituciones sociales nacidas a partir de las transformaciones industriales de los pasados dos o tres siglos [...] (Implica) un carácter histórico, antropológico y crítico. (Anthony Giddens, Sociology: A Brief but Critical Introduccion, 2.a edición, 1989: 9 y 13)

Ver lo general en lo particular

El pequeño trabajo de Peter Berger Invitación a la Sociología (1963) ha animado a varias generaciones de estudiantes para que adquieran esta perspectiva. En él se propone que la perspectiva sociológica consiste en ver lo general en lo particular. Esto quiere decir que los sociólogos deben ser capaces de identificar las pautas de la vida social observando ejemplos específicos y concretos. En otras palabras, aunque reconocen que cada individuo es único, los sociólogos afirman que la sociedad actúa de manera diferente según varias categorías de personas (pongamos por caso, los niños comparados con los adultos, las mujeres frente a los hombres, los ricos a diferencia de los pobres). Empezamos a pensar sociológicamente cuando comenzamos a darnos cuenta de cómo las categorías generales en las que nos ha tocado vivir definen nuestras experiencias vitales particulares.

¿Cómo podemos estar seguros de que es la sociedad y no la biología la que define estas pautas que relacionamos con cada etapa de la vida de una persona? Investigando las sociedades del pasado y las sociedades actuales de otros lugares del mundo, comprobamos que no todas las sociedades definen las etapas de la vida de un individuo de la misma manera. En capítulos posteriores veremos que los nativos americanos hopi conceden a sus niños un sorprendente grado de independencia, y que en Abjazia (en la Federación Rusa) los ancianos son las personas más respetadas y valoradas socialmente. Un vistazo sociológico a nuestro alrededor nos revela el poder que ejerce la posición social.. Observar el mundo sociológicamente también nos hace ser conscientes de la importancia del género. Todas las sociedades otorgan un significado determinado (aunque a menudo diferente) a lo que implica ser hombre o mujer, asignando a unos y otras diferentes tipos de trabajos y responsabilidades familiares. Y, a medida que la sociedad cambia, también lo hacen estos significados. Hoy en día, a comienzos del siglo XXI, lo que hombres y mujeres pueden esperar de la vida es muy distinto de lo que podían esperar a principios del siglo XX o a comienzos del XIX. Las personas experimentan sobre sí mismas el funcionamiento de la sociedad cuando comprueban las ventajas y las oportunidades asociadas a ser hombre o mujer

Ver lo extraño en lo familiar

Especialmente al principio, utilizar la perspectiva sociológica es equivalente a ver lo extraño en lo familiar. Como Peter Berger (1963: 34) afirma en su Invitación a la sociología, «el primer enunciado de la sociología es este: las cosas no son lo que parecen». Por ejemplo, observar sociológicamente exige dejar a un lado la idea familiar de que la conducta humana depende únicamente de lo que las personas deciden hacer, y aceptar en su lugar la idea un poco extraña al principio de que la sociedad guía nuestros pensamientos y nuestros actos. Aprender a «ver» de qué manera nos afecta la sociedad exige cierta práctica. Si le preguntaran por qué eligió una facultad o universidad determinada, podría dar algunas de las siguientes razones: ●Quería estar cerca de casa.

●Esta universidad tenía el mejor polideportivo.

●Un grado en derecho en esta universidad asegura un buen trabajo.

●Mi pareja va a esta universidad.

●No me aceptaron en la universidad a la que quería ir en primer lugar.

 Estas respuestas dependen de las circunstancias personales de quien las expresa, pero, ¿es esta toda la verdad? La perspectiva sociológica aporta implicaciones más profundas que pueden resultar menos evidentes. Si pensamos sociológicamente acerca del hecho de recibir una formación universitaria, nos daremos cuenta de que, en la mayor parte del planeta y para la mayoría de las personas esta opción está, simplemente, fuera de su alcance. Es más, si hubiéramos vivido hace uno o dos siglos, la «elección» de ir a la universidad era una opción solo para una reducidísima elite. Pero, incluso aquí y ahora, un vistazo a los estudiantes de un aula universitaria sugiere que las fuerzas sociales aún tienen mucho que decir a la hora de si un individuo decide asistir o no a la universidad. Por lo general, los estudiantes universitarios son relativamente jóvenes (entre unos 18 y 24 años de edad).

 ¿Por qué? Porque en nuestra sociedad se asocia ir a la universidad con esta etapa de la vida de un individuo. Pero esto no tiene por qué ser así necesariamente, como lo atestigua el crecimiento del número de «estudiantes maduros». Por otro lado, realizar estudios universitarios implica asumir ciertos costes económicos, de modo que los estudiantes suelen pertenecer a familias con ingresos superiores a la media. Los jóvenes que tienen la suerte de pertenecer a familias que ejercen su actividad laboral en el sector servicios (clase media) tienen una probabilidad diez veces mayor de ir a la universidad que aquellos que pertenecen a familias de la clase obrera. También existen diferencias según la etnia y el género de los estudiantes. De modo que, en una primera aproximación, la sociología se propone mostrar las pautas y los procesos por los cuales la sociedad determina aquello que hacemos.

La perspectiva sociológica en la vida cotidiana

 La sociología y la marginalidad social El pensamiento sociológico es especialmente común entre los «marginados» sociales. Todos experimentamos cierto grado de marginalidad social en un momento u otro de nuestra vida. Sin embargo, para algunas categorías de personas sentirse marginados socialmente forma parte de sus vidas cotidianas. Cuanto más marginal sea la posición social de una persona mejor podrá reconocer hasta qué punto la sociedad puede condicionar su vida y, así, ver el mundo desde una perspectiva sociológica. No pasará mucho tiempo antes de que un turco que esté trabajando en Alemania, o un magrebí trabajando en España, aprenda en qué medida afecta su «raza» a su vida cotidiana. Pero los blancos, como son la mayoría dominante en estos países, piensan en la «raza» solo ocasionalmente y, a menudo, son de la opinión de que la raza afecta únicamente a las personas de color y en ningún caso a sí mismos. Lo mismo se puede decir de las mujeres, los gays y las lesbianas, las personas con discapacidades, las personas sin hogar y los ancianos. Aquellos más susceptibles de ser relegados a los márgenes de la sociedad suelen ser más conscientes de pautas sociales que otros dan por supuestas o nunca se cuestionan. Dicho de otro modo, para desarrollar una perspectiva sociológica es necesario dar un paso hacia atrás, despegarnos de nuestras rutinas cotidianas, y nuestras vidas con una nueva conciencia y curiosidad. La sociología nos conduce a cuestionarnos todo aquello que damos por supuesto. Ver el mundo con los ojos de aquellos que viven «al margen» puede ayudarnos a comprender más claramente la manera en que funciona el mundo. Y ello dará lugar a interesantes cuestiones acerca de cómo aparecen las marginaciones y las fronteras.

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