La mano oculta que mueve al Сongo

LA MANO OCULTA QUE MUEVE AL CONGO

I.- LA REFERENCIA CONTEXTUAL DEL CONFLICTO

Junto a la ambición de los grupos étnicos actuales –propiamente de sus líderes- la República Democrática del Congo – antes Zaire-, coexiste el resentimiento histórico del coloniaje belga y la confrontación de los hutus contra los tutsis que se asentaron en éste territorio y se han negado a abandonarlo.

Ya desde entonces, como ahora, el territorio sometido al Rey Leopoldo II de Bélgica, era objeto de grandes explotaciones de sus recursos naturales. Primero el marfil y el caucho, que a causa de ellos diversos autores referencian un número aproximado de muertes superior a cinco millones de seres humanos; fue la Conferencia de Berlín en 1885 la que otorgó al monarca la titularidad sobre el territorio congolense.

A partir de 1908, el gobierno belga a través de su Parlamento anexó el Congo a Bélgica; dividiendo la Colonia en 15 distritos administrativos bajo el control de un Gobernador General que era nombrado por el Consejo Colonial en Bruselas. Durante la Segunda Guerra Mundial el Congo Belga suministró a Estados Unidos de uranio; se explotaba también el oro y el cobre.

Es hasta 1952 cuando se manifiestan las incipientes insurrecciones; mismas que el Gobernador General hace del conocimiento del gobierno belga, previniéndoles sobre la posibilidad de perder el control sobre las riquezas de la Colonia.

Bajo la presión internacional, Bélgica se ve obligada a transformar el Congo Belga en estado libre y soberano, pues había suscrito la Carta de la Naciones Unidas que en su artículo 73 preveía la autodeterminación de los pueblos. En Bruselas se fijó como fecha para otorgar la independencia el día 30 de junio de 1960. Previo al día señalado los servicios de inteligencia belga desarticularon un intento de proclamación de independencia de una de las provincias denominada Katanga.

El 30 de junio de 1960 se proclamó el nacimiento de la República del Congo, fue electo por el parlamento como Presidente Josehp Kasa- Vubu y designado como Primer Ministro Patrice Lumumba.

A los pocos días de su nacimiento como Estado -5 de julio de 1960-, la República del Congo (Belga por supuesto, pues estaba también la República del Congo Francesa) sufre la primera violación a su soberanía nacional, al propiciarse una intervención militar por parte de Bélgica, derivada de los ataques que se dieron en contra de oficiales belgas e intereses europeos por parte de la Fuerza Pública congolense. Intervinieron fuerzas de las Naciones Unidas para apaciguar los desmanes y abusos que se generaron.

Seis días después – 11 de julio de 1960- Moise Tshombe declara la independencia de Katanga y se autoproclamó Presidente del nuevo Estado; las causas que originaron esta secesión fueron la enemistad de Tshombe contra Patrice Lubumba, y el creer que este último podría nacionalizar las minas del país. Tshombe mantenía buenas relaciones con los industriales mineros y Katanga era el territorio más importante para la extracción de los minerales, al grado de que sin esta región, el Congo moriría económicamente. En relación con este proceso separatista de Katanga y Kasai del Sur, los enviados militares de la ONU se abstuvieron de involucrarse en el conflicto.

A los 67 días de haber tomado el poder como Primer Ministro, Patrice Lubumba, fue cesado por el Presidente Joseph Kasa-Vubu; ordenando que aquel quedara bajo arrestado domiciliario en la casa del Primer Ministro. Lubumba intentó huir y fue capturado por el Jefe del Ejército Joseph Mobutu, quien por instrucciones del alto mando del Ejército en Nueva York, lo entregó a su peor enemigo Moise Tshombe, quien lo fusiló, descuartizó, sumergió en ácido y lo incineró. Los motivos que generaron el cese del Primer Ministro, su persecución, maltrato y humillación públicos, fue el error de haber acudido a solicitar el apoyo de la URSS para apaciguar el motín de la fuerza negra contra los blancos europeos, pues Estados Unidos se había negado a recibirlo. Rusia en cambio le proporcionó todo el apoyo.

Joseph Mobutu, se convirtió en el principal aliado de Estados Unidos, Bélgica y Francia para combatir al comunismo, de tal forma que en 1965 a través de un golpe de estado –apoyado por los países occidentales- se convirtió en el principal dictador, prohibiendo la existencia de los partidos políticos. Ese mismo año, Ernesto “El Che Guevara” llegó al Congo y estableció relaciones con Laurent- Desiré Kabila, quien 30 años después tomaría el poder derrocando a Mobutu.

Mobutu en 1971 denominó al país como Zaire; y renombró a ciudades y pueblos con nombres étnicos, tratando de borrar todo tipo de vestigio colonial; correspondió a Kabila renombrarle República Democrática del Congo.

Treinta años de dictadura violenta y corrupta caracterizan al gobierno de Joseph Mobutu; en octubre de 1996, lo derroca un movimiento militar encabezado por Kabila. El fin de la Guerra Fría al abrirse la Unión Soviética, fue determinante para que los aliados del dictador dejaran de proporcionarle ayuda financiera y militar. Siendo exiliado el 17 de mayo de 1997, murió en Marruecos, al no haberlo aceptado como refugiado Francia.

Ruanda y Uganda juegan un rol importante en el proceso de liberación de la República del Congo – antes Congo Belga- o Zaire; sin embargo, su intervención en el conflicto congoleño fue contraproducente. Esto sucede en virtud de que las históricas confrontaciones étnicas de hutus y tutsis, resurgieron en el área recién liberada. Los viejos conflictos por el poder entre hutus y tutsis que se daban en Rwanda y Uganda, se trasladaron al territorio congolense. Ahora las antiguas castas ya no sólo peleaban en sus lugares de origen, si no que se enfrentaban entre sí y contra los congolenses en el interior del territorio de la República Democrática del Congo.

El proceso de colaboracionismo ruandes y ugandes para que los congolenses terminaran con la dictadura de Mobutu Sese Seko, no fue gratuito; el odio de los hutus contra los tutsis, se reflejó de inmediato en el nuevo Congo, y enseguida de que Kabila asumiera el poder. Los siglos de enfrentamiento étnico emergieron de nuevo, pero con un nuevo ingrediente: la resistencia a abandonar Zaire -el Congo Democrático- que les había dado refugio durante la persecución de los tutsis. El éxodo ocasionado por el racismo hutus vs tutsis –creado y alentado a través de la administración belga-, hacia la República Democrática del Congo fue impresionante, se habla de cerca de dos millones de migrantes que se establecieron en el antiguo Zaire.

La disputa en Ruanda y Uganda, es de tipo étnico: hutus contra tutsis; los primeros estuvieron sometidos durante muchos años a los reyes tutsis; estos últimos despiadados e inhumanos lograron dominar a los hutus mediante formas brutales de control, al grado de cortar los testículos de los jefes hutus para colgarlos y exhibirlos en los tambores tutsis en señal de victoria. La población hutu en relación a sus testaferros siempre fue mayor, sin embargo la intervención de Bélgica y Alemania por así convenir a sus intereses propiciaron deliberadamente las distinciones clasistas, aspecto que vendría a ser el bastión político que con posterioridad aprovecharían los mismos países europeos para alentar y generar la lucha política entre hutus y tutsis. Surgen así varios partidos políticos sobre bases étnicas: la Unión Nacional Ruandesa (UNR), de tendencia antihutu, la Unión Democrática Ruandesa (RADER), el Partido del Movimiento de Emancipación Hutu (Parmehutu) y la Avocación para la Promoción Social de las Masas (Aprosoma) de orientación antitutsi, además de la intervención de los misioneros católicos a favor de una u otra postura.

Las razones del conflicto en la zona siguen siendo los mismos: los yacimientos de coltán –mineral precioso para el uso de la industria informática (Sony, Nokia, etc…) y espacial-, diamantes y maderas, son los recursos naturales sobre los que se centra el conflicto bélico del Congo; el control de ellos en la región es el motor del conflicto político y bélico, y a atrás de ellos toda una lenta comparsa de actuaciones de organismos internacionales que han permitido la intervención externa, la presencia de grupos paramilitares y el acrecentamiento de insurgencias locales motivadas por el interés económico.

Así lo dejan ver los informes de la ONU, pues mientras calificaban la situación en la República Democrática del Congo como catastrófica desde el punto de vista humanitario, las tropas ruandesas y ugandesas ocupaban la mitad oriental del país, las milicias locales -en particular los Maï-Maï- multiplicaban sus acciones y se recrudecía el enfrentamiento entre los lendu, apoyados por Uganda, y los hema, apoyados por Ruanda. “Dejar hacer dejar pasar”.

II.- LA POLÍTICA INTERNACIONAL SOBRE LA ZONA

Al asumir Laurent Désiré Kabila el poder, éste solicitó a los ruandeses y ugandenses que abandonaran el territorio congoleño. Sin embargo, la respuesta fue negativa, pues esperaban sustentar su desarrollo económico con la riqueza de los recursos naturales de la región en que se habían asentado. Esta rebelión contra la política de desocupación involucró la participación de cinco países en la zona sur de África: Angola, Namibia, Rwanda y Zimbabwe al lado de Kabila, y Ruanda y Uganda en su contra. El conflicto se había extendido a nivel regional y atrajo a nuevos Estados.

En julio de 1999, tres años después, se suscribe el Acuerdo de Cesación del Fuego de Lusaka, en donde participan los Estados señalados, constituyéndose el 30 de noviembre del mismo año, a través del Consejo de Seguridad de la ONU,

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