La niñez y la adolescencia

La niñez y la adolescencia son etapas en la vida de los seres humanos pero también son construcciones socio-históricas que se han ido transformando a lo largo del tiempo, Específicamente en las últimas décadas se han convertido en protagonistas haciendo que se preste real atención en las políticas (o no políticas) públicas enfocadas (o desenfocadas) en los niños, niñas y adolescentes.

Actualmente gran parte, por no decir la mayoría, de las personas viven en ciudades, y esto provoca que se creen alternativas para poder hacer frente a los desafíos que la urbanización acelerada implica: “Las ciudades se suelen planear por el simple mecanismo de colocación de volúmenes y masas que se ven desde afuera: segundos pisos, puentes peatonales, centros comerciales, fachadas.” (Mandoki, 2008)

Pero estas estrategias solo ponen el foco en una parte de la población, dejando fuera a niñas, niños y adolescentes, generando obstáculos con los que se encuentran para poder jugar en la ciudad y apropiarse del espacio público: convirtiéndose las ciudades en una trama donde no hay lugar para la armonía y la homogeneidad, por el contrario prevalecen las desigualdades, y en cuanto a esto consideramos que la participación ciudadana es una de esas: “En esta ciudad el niño no puede vivir algunas experiencias fundamentales para su desarrollo, como son la aventura, la indagación, el descubrimiento, el riesgo, la superación de obstáculos y, por tanto, la satisfacción, la emoción” (Tonucci,F.,2009)

“Si los adultos no escuchan a los niños se van a encontrar con serios problemas” (Tonucci,F.,2009), como así también el derecho a que puedan habitar la frontera indómita de la que Graciela Montes nos habla:

“Una frontera espesa, que contiene de todo, e independientemente: que no pertenece al adentro, a las puras subjetividades, ni al afuera, el real o mundo objetivo.”

“Un territorio necesario y saludable, el único en el que nos sentimos realmente vivos…”

“No es fácil, en estas circunstancias, atrapar uno de esos rayos de sol de los que hablaba Quasimodo o permitirse un juego. Para muchos ni siquiera parece quedar espacio en el bosque: la exclusión los devora antes que llegue el lobo.”

Puesto que los adultos vulneran sus derechos, el de ser escuchados y de ser protagonistas en la toma de decisiones que afectan y afectaran sus propias vidas, no considerándolos como sujetos derechos, invisibilizando  y poniendo a niñas, niños y adolescentes en un lugar de víctimas y vulnerables.

“… los niños han sido concebidos y tratados como sujetos de protección. Las distintas iniciativas se han enfocado en suplir necesidades y contrarrestar males, siempre desde las carencias de los niños y sin que ellos participen activamente, en una sociedad que concibe sólo dos tipos de niños: los que están en peligro y los que son peligrosos, configurándose la mirada de la modernidad hacia ellos como sujetos, o bien de protección, o bien de corrección.” (Corvera,N. 2011)

Lo anteriormente dicho se contrapone a lo que la CONVENCION DE LOS DERECHOS DEL NIÑO (la cual define como niño a toda persona menor de 18 años) expresa, ésta ha permitido un cambio de paradigma ya que cuestiona qué tipo de participación ciudadana están teniendo, haciendo que se incluya en agenda estos temas no priorizados que son los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Por lo tanto permite crear un alerta en cuanto a en qué medida los derechos al juego y a la participación son reconocidos, y garantizados. Y vaya si esto es importante… El juego y que puedan ser sujetos activos en cuanto a su participación ciudadana son claves para dar lugar a la expresión imaginativa y libre, jugar por jugar, como así también para relacionarse con otros.

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