La violencia Invisible

LA VIOLENCIA INVISIBLE

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Introducción

La violencia de género es un problema que hoy en día podemos observar con más claridad. Se ejerce en un sinfín de variantes y afecta tanto a mujeres como a hombres, sin importar su contexto sociocultural, estrato económico, preferencia política o sexual, etc. Este problema social por lo tanto nos involucra a todos de alguna manera.

Para fines de este trabajo y por la gran amplitud del tema nos hemos visto en la necesidad de delimitarlo a una parte de la problemática que creemos se encuentra rezagada en el análisis de los especialistas: la violencia hacia el varón. Si bien sabemos que los estudios se centran en la violencia hacia la mujer o grupos vulnerables, dado que la problemática tiene sus focos rojos aquí, esto no quiere decir que la problemática de la violencia de género hacia el hombre no exista.

El interés por el tema surge en el momento en el que el programa Cuerpos que importan de la UAM-X presentó una serie de vídeos en donde se muestra al hombre como único generador de violencia, aunque, "…la violencia de género incluye agresores varones y mujeres, sean de la condición sexual que sea. Sin embargo, el término se ha utilizado incorrectamente, ya que se ha puesto el foco de atención únicamente en las mujeres.” (Romero, 2013). Es en este momento en que decidimos plantear el objetivo de este trabajo el cual es indagar si los alumnos varones del tronco interdivisional turno matutino de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Xochimilco pueden ser víctimas de la violencia de género; de manera semejante identificar cuáles son los tipos de violencia por los cuales se pueden ver mayormente afectados. Todo esto analizado desde una perspectiva de género.

Partiendo de lo anterior consideramos que es probable que la población universitaria seleccionada para el estudio no se perciba como víctima de violencia de género ejercida en su contra por las mujeres a causa de los estereotipos y roles de género.

Para realizar esta investigación aplicamos un cuestionario a nuestra población objetivo, la cual está integrada por los alumnos varones heterosexuales del turno matutino del tronco interdivisional de la UAM-X durante el trimestre 15-O. Este sondeo fue aplicado del 9 al 14 de noviembre del año en curso a 119 alumnos que cubrieron los requisitos previos. Consistió en 17 preguntas que nos permitieron comprobar lo previamente dicho en nuestros objetivos, y verificar si nuestra hipótesis es correcta o no.

El trabajo se divide en tres partes: en la primera, trataremos de aclarar brevemente una serie de conceptos propios de la teoría de género, los cuáles son necesarios como base para comprender y sustentar teóricamente nuestra investigación; en la segunda parte se expondrán los datos recolectados, así como su análisis, para finalmente en la tercera parte mostrar las conclusiones a las que se llegó en contraste con nuestros objetivos e hipótesis.

Primera parte: Marco teórico.

Abordar la violencia hacia el varón desde una perspectiva de género requiere tomar en cuenta una serie de conceptos que son básicos de esta perspectiva, si bien los estudios de género que han tocado el tema de la violencia se centran en grupos vulnerables o en las mujeres, este enfoque no deja de lado a los hombres, ya que “el género es un término que hace referencia, a los atributos asociados a cada sexo, el varón y la mujer” (Romero, 2013). Es por esto que consideramos pertinente tomar la teoría de género para realizar este trabajo.

Estos atributos a los cuales hace referencia Romero son esas características deseables en hombres y mujeres “…con el fin de que no queden dudas sociales acerca de cuál es el uno y cuál es el otro.” (Sau, 2000), dicho lo anterior podríamos preguntarnos si estas particularidades que se asignan conforme al sexo son naturales o son adquiridas.

Con respecto a esto Marta Lamas nos indica que el género “es una especie de “filtro” cultural con el que interpretamos el mundo, y también una especie de armadura con la que constreñimos nuestra vida” (Lamas, 2002), entonces estas características no le son innatas al ser humano, sino que, tienen un carácter cultural.  Este “filtro cultural” al que Lamas hace referencia es asignado dependiendo el sexo de cada uno de nosotros.  

Por lo tanto, el género está condicionado por el sexo y tiene un carácter cultural; para Romero  el género es una “…construcción cultural, de aquellas características, atributos, roles o papeles considerados socialmente adecuados para varones y mujeres dentro de una  sociedad determinada.” (Romero, 2013), estos roles pueden llegar a variar dependiendo el contexto en donde se desarrollen y serán aprendidos “…mediante un complejo proceso individual, en vez de derivarse “naturalmente” de su sexo.” (Lamas, 2002).

Estas características deseadas y establecidas por una sociedad determinada buscan limitar y delimitar el comportamiento de cada uno de los sexos, y a su vez transmitir estos valores mediante un fuerte adoctrinamiento moral, institucional, religioso, etc.

En general, existe un consenso entre los teóricos respecto a que el género es una construcción sociocultural, que pretende delimitar el comportamiento de hombres y mujeres y, en caso de no adaptarse a este sistema de asignación de género las sanciones pueden ser del tipo informal (sanciones morales) o formal (leyes en contra de la diversidad sexual o que favorezcan a un sexo determinado).

Una vez explicado lo anterior veamos de manera breve qué es la violencia de género. Abordar este concepto implica una gran dificultad, ya que el solo concepto de violencia encierra muchos problemas; "la dificultad para definir la violencia se debe a la variedad cultural, los distintos puntos de vista subculturales que la definen, según si un comportamiento es aceptado o no por las normas de la comunidad y estándares que gobiernan la conducta apropiada de los individuos y sus interacciones con otros" (Romero, 2013). Dentro de nuestro contexto y momento histórico, la palabra violencia toma un sinfín de formas, la violencia del crimen organizado, la violencia de Estado, la violencia económica, la violencia de género, etc. Es por esto que nos avocaremos a tratar de aclarar qué es la violencia de género. Para la Organización de las Naciones Unidas:

 “Violencia basada en género” se refiere a aquella dirigida contra una persona en razón del género que él o ella tiene, así como de las expectativas sobre el rol que él o ella deba cumplir en una sociedad o cultura. La violencia basada en el género pone de relieve cómo la dimensión de género está presente en este tipo de actos, es decir, la relación entre el estado de subordinación femenina en la sociedad y su creciente vulnerabilidad respecto a la violencia.  Sin embargo, resulta importante advertir que tanto hombres como niños también pueden ser víctimas de la violencia basada en el género (Organizacion de las Naciones Unidad ONU, 2012)

En esta definición de la ONU sobre la violencia de género podemos observar dos cosas, la primera, es que se acepta que el género es una construcción sociocultural como ya se mencionó anteriormente, y que éstas construcciones imponen roles que pueden ser los causantes de las desigualdades y violencia entre los sexos; la segunda, y quizá la más importante para propósitos de este trabajo, es el énfasis en que el varón puede y es víctima de este tipo de violencia y  que no solo participa en ella como agresor.

Igualmente, la campaña “Amor es sin violencia” para la prevención de noviazgos violentos lanzada por el gobierno del Distrito Federal en el año 2002, define la violencia de género como:

[…]todo acto violento que incluye una relación asimétrica de poder, donde se discrimina a una persona por su sexo, se ejercen amenazas, coerción o privaciones arbitrarias de la libertad (ya sea que ocurran en la vida pública o en la privada), que tengan como consecuencia un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer a hombre por el sólo hecho de serlo […] (Gobierno del Distrito Federal, 2002).

Para María de la Paz Toldos Romero la violencia de género es cuando “la violencia se ejerce porque existe una lucha de poder entre los sexos” (Romero, 2013) es decir, cuando uno de ellos trata de obtener ventaja sobre el otro para obtener más poder e incluye a mujeres y varones siendo estos los que la ejercen con mayor frecuencia.

Esta lucha, en la que se busca tener más poder (dinero, éxito profesional, etc.) se puede dar en cualquier ámbito, en el escolar, familiar, laboral, etc. Esta lucha de poder no se limita a hombres y mujeres heterosexuales, sino que incluye a toda la diversidad humana. De aquí que podamos considerar a hombres y mujeres en un doble papel, el de víctimas y el de victimarios.

Aclaremos un poco el concepto de poder para lograr comprenderlo brevemente, para Michel Foucault el poder “no es simplemente una relación entre "parejas", individuales o colectivas; se trata de un modo de acción de algunos sobre algunos otros.” (foucault, 1988) Que quiere decir esto, para Foucault el poder es una cualidad que solo existe en el acto mismo de su ejercicio y no es exclusiva de una persono o grupo.

Se parte del reconocimiento de que hombres y mujeres son socializados/as de manera diferente y, por lo tanto, se les enseña y moldea para asumir funciones específicas en la sociedad. Por ejemplo, culturalmente se ha creído que los hombres necesariamente tienen que ser agresivos y competitivos y, con respecto a las mujeres, se asume la idea de que son seres inferiores, sumisos, pasivos y dependientes. (Gobierno del Distrito Federal, 2002)

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