Las explosiones en la primavera del 22 de abril de 1992

Daniel Delgado Guerra

Metodología de estudio

Las explosiones en la primavera del 22 de abril de 1992

Guadalajara Jalisco, México 1992

Sucedieron alrededor de las 10:00 de la mañana.

Las cifras oficiales no coinciden con el número de muertos, heridos y desaparecidos. Fueron tantos, que (como sucede en estos casos) nunca “se pusieron de acuerdo”. Era gente tan común, que no les importó.

El daño económico fue estimado entre 7 y 10 millones de dólares^[1]”.

¿Cómo ocultar algo tan grande?, sin embargo cuando entrevistaron al entonces gobernador de Jalisco Guillermo Cosío Vidaurri acerca de su responsabilidad, señaló que “él había advertido a los habitantes del barrio de Analco del peligro al que exponían por no querer abandonar sus casas^[2]”… ¡Mentira! Lo sabía yo, que días antes de las explosiones, había llevado a su casa a uno de mis compañeros de la carrera, que vivía en contra esquina de la Alberca Olímpica de la UDG. Era medio día, el calor estaba insoportable, así como el olor a gasolina que salía de las alcantarillas.

Las pruebas señalaron que efectivamente el gobernador Cosío Vidaurri sí lo sabía… también el departamento de tránsito, los bomberos, la policía (entre otros) quienes simplemente deambulaban por la zona, lenta, muy lentamente.

¿Cuántos servidores públicos, se necesitan para aletargar la conciencia social?

Hubo detenciones de numerosas personas presuntamente implicadas, mucho fue lo que se especularon los medios de comunicación, sin embargo, el alcalde Enrique Dau Flores (cuñado del gobernador Cosío Vidaurri) fue el único funcionario que piso la cárcel. Al final… toda esa gente fue exonerada. En la actualidad no hay persona que purgue condena por causa de esos hechos.

Dimitió el gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, tomó su lugar Carlos Rivera Aceves y así como lo dijera Trino, el caricaturista de aquél periódico siglo 21, «en unos ocho años y con mucha obra pública, la gente olvidaremos lo que nos pasó este 22 de abril, para solamente acordarnos de lo bien que luce la Glorieta de los Caballos^[3]»…

¿Por cuánto tiempo la sociedad jalisciense (por señalar un grupo) logramos reclamar justicia, transparencia, buenos manejos económicos, administrativos y de obra?, ¿existe un “manual de Carreño” con reglas de urbanidad que nos explique por cuánto tiempo?... no lo sé…  

… Solo unos años, un sector de la sociedad abrimos los ojos ante la injusticia,  denunciamos, nos inconformamos, hicimos reclamos sociales; entonces nos escucharon. De la mano, se construía la infraestructura de la calle de Gante, pasos a desnivel y línea dos del tren ligero… que ayudaron a desviar los fondos, los malos manejos económicos y administrativos de aquella administración… ¡Atole con el dedo!, para que nos quedáramos quietos, como a los niños berrinchudos, ¡un chupón fue lo que nos metieron!

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