Limites del humor

En mi opinión, no hay límites del humor, y no creo que se lleguen a definir nunca. Siempre va a haber diferentes perspectivas y opiniones, y en el caso concreto del humor, las hay muy diversas y contrarias, es por ello que no se pueden definir esos límites.

Hay un elemento muy importante, con el que mucha gente opina que si debería haber límites, “la ofensa”. Pero debemos entender en este punto que a cada persona le ofende algo, ha podido sufrir algún episodio en su vida, y que a la hora de que la cuenten un chiste sobre ello se sienta ofendido. Pero evidentemente un humorista no puede saber y adivinar qué es aquello que le afecta a cada persona.

En mi opinión, el humorista debe tener un punto de vista generalizado y no individualizado y no estar preocupándose por aquellos elementos que te pueden ofender. Cada humorista realiza su humor, y ese humor puede que ofenda a ciertas personas, pero el humorista debe vivir con ello. Enlazando con esto se puede afirmar que no sólo hay gente que se ofende, hay también personas que al hablar de algo por lo que han sufrido, sienten que han superado el trauma (porque en realidad se están riendo de ello, le están restando importancia), por lo que el humor muchas veces está malinterpretado, a veces lo único que quiere es hacer superar algo doloroso.

Por último introduciré un concepto que me parece muy importante para entender que no debe haber límites del humor: “la libertad de expresión”. Es un derecho fundamental de todas las personas, pero que a veces en términos de “humor” no se tiene en cuenta. ¿Por qué se empieza a multar y a condenar a gente que hace chistes incluso por redes sociales? Parece que hayamos retrocedido y hayamos perdido esa libertad de expresarnos como queramos. Cada persona y cada humorista debería expresarse y realizar chistes de aquello que quisiese, luego él/ella misma es consecuente con aquello que dice, pero en realidad cada persona tiene capacidad de decisión para saber a quién quiere escuchar y a quién no, y no se debería “limitar” este aspecto.

En conclusión, estoy a favor de que no haya límites del humor, pues cada persona es libre de decir lo que quiera, y si no me gusta algún chiste o broma simplemente no lo escucharé. Lo único que me preocupa es que es en vez de utilizar el humor como modo de superación de los problemas de la sociedad, se utilice como vía al engaño, y que provoque que la sociedad se esté riendo de problemas que aún queden por resolver. Deberíamos tener en cuenta de que en muchas ocasiones , el humor no tiene la intención de ofender aunque así lo parezca, a veces simplemente intenta ser una vía de escape a los problemas y a las situaciones dolorosas para intentar superarlas haciendo humor de ellas. Y por supuesto, hay que respetar todo aquello que diga o haga el humorista siempre y cuando lo haga desde el respeto, pues no somos nadie

...