Mas alla de las murallas
Karly VillanuevaDocumentos de Investigación22 de Junio de 2017
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La comida ya estaba servida, Lauren se ocupó de arreglar el pequeño comedor que tenían para que yo me sintiera a gusto. Realmente nuestras vidas son muy diferentes, bajo una de sillas del pequeño comedor se encontraba un libro soportándola para que esta no se tambaleara. La pequeña mesa estaba igual o peor, si bien esta no usaba un libro como soporte, se notaba lo vieja y desgastada que estaba. Sutilmente observe que incluso la madera con la que estaba hecha no era de buena calidad.
Pero nada de esto arruino el maravilloso momento que estaba viviendo al ver al Lauren reír y convivir con su madre. Ella realmente tiene una sonrisa maravillosa.
-La comida estuvo deliciosa, Señora Tomlinson.- La halague y realmente no mentía, la comida había estado genial, jamás había probado algo así. El sabor era muy diferente a lo que estaba acostumbrada en palacio.
-No es nada Mila, amo cocinar para mis hijos y también para sus amigos.-Me comento dándome un guiño, cosa que hizo sonrojar a Lauren quien se quejó inmediatamente.- ¡Mamá!-
-Lo siento cariño pero es cierto.-Le contesto su madre.- Además fue Lauren quien cocino la mayoría, yo solo la supervise.-
-No es cierto.- Contesto Lauren.
-Lo que digas cariño.-Dijo su madre riendo quien se levantó de la mesa dejando un tierno beso en la cabeza de su hija para después retirar.- Pórtate bien con Mila.-Le dijo antes de irse.
-Lamento eso, mi madre es un poco…-
-Tu madre es encantadora.- Le dije sinceramente.- Es una mujer llena de vida y alegre.-
-Lo sé, no sé qué hubiese sido de mi si ella no me hubiera encontrado.-Lauren paso su mano por su cabello acomodándolo un poco, el tema al parecer no le agradaba mucho por lo que no quise indagar más en el asunto.
-¿quieres dar un paseo?-Pregunto ella, obviamente cambiando el tema.
-Me encantaría.-
Lauren recogió los platos, limpio la mesa y a ayudo a su madre a lavar los mismo. Aun cuando me ofrecí a ayudarlas ambas se negaron. Al parecer no solo en el castillo no me dejan hacer nada. Lauren se despidió de su madre y le informo que saldría con conmigo, esta le pidió tuviese cuidado y que nos acercáramos a la Muralla.
-No entiendo su preocupación por la torpe Muralla.-Se quejó Lauren.
-La muralla no es torpe, Lauren.-Le dije y ella volteo a verme divertida, arqueo una de sus cejas y soltó una pequeña risa.
-Que graciosa.-Dijo riendo falsamente.- Da igual, hoy llamaron a mi hermano al parecer el rey pidió nuevos trabajadores.-Me comento Lauren e inmediatamente recordé a los hombres que mi padre había contratado.
-Supongo que es por más seguridad.-
-Lo que sea.-Respondió Lauren un poco irritada.- ¿Y en que parte de GoldenTown vives?-
Muy bien Camila, y ahora que harás aparecer mágicamente una casa.
-Yo eh…- Estaba por responder cuando una voz me saco de mis pensamientos.- ¿Camila?-
¡Mierda!
-¿Camila eres tú?-
Dinah bajo de uno de los carruajes que ese momento pasaban junto a nosotras. Aunque evite mirarla a la cara, esta se fue acercando hacia mí. Lauren al verla hizo una reverencia, algo obligatorio al ver a alguien de la nobleza. Ella me miraba por el rabillo del ojo esperando que yo hiciera lo mismo. Cosa que Dinah noto inmediatamente y comenzó a reírse, para mantener mi mentira tuve que hacerle una reverencia a Dinah. Lo que hizo que esta soltara otra carcajada.
Dinah se aclaró la garganta y dijo.-Creo que me he equivocado.-
Lauren observaba todo muy confundida, y más porque de por si mi miraba estaba asesinando a Dinah quien no paraba de reír. Uno de los guardias se acercó a nosotras y yo nuevamente intente esconder mi rostro. Y nuevamente falle en el intento.
-¿Señorita Camila?- Pregunto el guardia mirándome.
Gracias al cielo a Lauren se le ocurrió hablar.
-¿Por qué la llaman Camila? Su nombre es Mila.- Tanto el guardia como Dinah se miraron y esta última solo sonrió.
-Me permites hablar con la señorita ahm…. ¿Mila?-Le pregunto Dinah a Lauren claramente aguantándose la risa.
-Por supuesto.-Respondió Lauren inclinando su cabeza y permitiendo que Dinah se acercara a mí.
Dinah me tomo por el brazo y me jalo fuera del lugar.
-¡¿Pero tú en que estás pensando?!- Me grito.
-Cálmate que Lauren puede oírte.-Le dije.
-¡¡Estás loca Camila Cabello!!-
-¡No lo estoy!-
-No claro que no.-Dijo está poniendo sus ojos en blanco.- ¿Así que ella es la chica?-Me pregunto curiosa.
Muy bien Dinah menudo cambio de conversación.
-Sí, es ella.-
-Es linda, tienes buen gusto M-i-l-a –Dijo riendo.
-Oh, cállate y déjame en paz si seguimos hablando será sospechoso.-Le recordé.
-Tienes razón, lo mejor será que me vaya.-
-Dinah…-
-¿Si?-
-Por favor no le digas a Justin que te hice reverencia.-Le dije con mi cabeza agachada notoriamente sonrojada por lo anterior. Dinah volvió a reír.
-Tranquila tu secreto está a salvo conmigo, de igual manera ahora que me retire debes hacerlo de nuevo.-Me recordó.
-Tu eres un ser despreciable.-Le dije mirándola enojada.
-Sí, si lo sé y así me amas.- Me dijo mientras caminábamos a donde se encontraban Lauren y el guardia que por suerte no dijo ninguna palabra.
Al regresar Lauren me pregunto.
-¿Pasa algo malo?-
-No, todo normal.-
Nos despedimos de Dinah y continuamos caminando por GoldenTown.
-¿Por qué la señorita Dinah te llamo Camila?- Pregunto repentinamente Lauren.
-Ahm no lo sé.- Respondí.
-Sabes, la primera vez que te juraba que eras la princesa Camila, pero eso es imposible ella jamás sale del castillo a menos que estén sus padres presentes.-
-Si… me han dicho que me parezco a ella.-
-Podrías incluso intercambiar lugares con ella.- Me comento Lauren quien me miraba.-Ambas son muy bonitas.-termino de decir haciéndome sonrojar.
-Ven.- me dijo ofreciéndome su mano.
-¿A dónde vamos?-
-Al lugar donde nos conocimos quiero mostrarte algo.- Me dijo Lauren.
Tome su mano y no sé si fui solo yo o ella también pudo sentir la conexión que hubo cuando nuestras manos se tocaron. Ambas miramos nuestras manos entrelazadas para luego mirarnos y sonreír.
Corrimos por las calles de piedras, Lauren sujetaba mi mano con firmeza. Y yo al darme cuenta de las locuras que estaba haciendo. Quién lo diría la princesa de un reino tan grande corriendo con harapos y más que nada con una de las chicas del pueblo. Si el rey se enterara seguro sufriría un infarto.
-Lauren espera.-
-¿Paso algo?-
-No, nada.- Sonreí.- Todo perfecto.- Ella me devolvió la sonrisa para luego detenerse.
-Necesito que cierres los ojos.- Dijo ella colocándose frente a mí.
Yo no tenía razón para desconfiar de Lauren pero aun así, no quería cerrar los ojos. De alguna manera odio las sorpresas.
-Mila...-Me llamó.- ¿Confías en mí?-
Y fue esa mirada de cachorro suplicante y esa sonrisa que podría derretir a cualquiera la que hizo que mi corazón latiera a mil por hora. Si bien llevo poco tiempo de conocer a Lauren, estar junto a ella es como estar en las nubes. Mi cabeza reacciono por si solo asintiendo haciendo que ella sonriera dulcemente. Cerré mis ojos.
Sentí como ella se colocó detrás de mí y con cuidado me guiaba hacia algún lugar.-No se vale hacer trampa Mila.- Me recordó.
-Te juro que no estoy viendo lolo.-
Y fue en ese momento cuando Lauren paro en seco.- ¿Cómo me dijiste?- Escuche que me preguntaba. Yo sonreí y aun sin abrir los ojos le conteste.- Lolo.- No podía verla pero sé que al escuchar mi respuesta ella sonrió. Continuamos caminando hasta que ella me dijo.
-¿Estas lista?-
-Sí.-
-Ya puedes abrir los ojos.-
Lentamente fui abriendo los ojos, encontrándome con un paisaje fuera de este mundo. –Esto no pude ser real.-
Lauren sonrió.
Lo que estaba frente a mí era algo inimaginable, es que realmente era imposible. Ni siquiera estábamos en la parte del reino donde esto podría ocurrir.-Sorprendente ¿no?- Pregunto Lauren con su hermosa sonrisa.
Un lago…
Debo reconocerlo, un lago mágico porque ¡Demonios! Su agua era realmente cristalina, una hermosa cascada que caía dejando escapar un hermoso sonido de como el agua corría. Arboles de todo tipo pero todos diferentes a los de la otra parte del bosque. Mucha pero mucha vegetación pero los contrastes de colores eran increíbles. Algunos de los arboles tenían frutos que nunca había visto ni siquiera en el castillo, pero ¿Qué clase de lugar este?
Lauren se mostraba alegre al ver mi asombro pero eso no evito que me invitara a entrar.
-¿Vienes?- Pregunto ella acercándose a la orilla de aquel hermoso lago.
-No sé nada.- Conteste sincera.
-Entonces tendré que enseñarte.- Confiada me acerque a ella y delicadamente ella me ofreció su mano, lentamente me ayudo a introducirme a las frías aguas de aquel lugar. Sonreí al estar junto a ella, el mundo podría detenerse, destruirse, lo que sea. Y a mí no me importaría porque este momento es realmente hermoso. Lauren me miraba fijamente, sus hermosos orbes esmeraldas habían cambiado, no estaba segura si era por el contraste de la luz, pero pude notar como estos habían conseguido una degradación de colores hermosa. Azul, verde, celeste incluso unos tonos amarillos podía ver dentro de sus ojos.
...