Migraciones internas y externas de los salvadoreños. Causas y efectos
wilber1996Trabajo22 de Noviembre de 2015
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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR.
FACULTAD MULTIDISCIPLINARIA DE OCCIDENTE.
DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES, FILOSOFIA Y LETRAS.
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Tema:
Migraciones internas y externas de los salvadoreños. Causas y efectos
Asignatura:
Sociología General
Docente:
Licda. Ana Karla Zetino Escalante.
Integrantes: Carnet.
Arana López, Gloria Estefanía AL15021
Lima Monterroza, Mario Alberto LM15026
Moran Tobar, Josseline Tatiana MT15012
Rodríguez Cruz, Wilber Eduardo. RC15044
Valencia Quintanilla, Rosa María VQ15001
Fecha de entrega:
Índice
Introducción
La Migración
La emigración es el desplazamiento de un grupo de personas hacia otro lugar en el cual considere que mejorara su calidad de vida. Este desplazamiento conlleva una nueva vida, en un entorno social, político, económico y cultural diferente.
Una migración puede ser de carácter permanente, cuando el individuo fija su residencia de forma definitiva en el nuevo lugar donde sea radicado, o de manera temporal, dependiendo de la situación u motivo. Al hablar de migración se derivan varios términos como emigrante (cada individuo que deja su país para ir a residir en el extranjero), inmigrante (aquel que entra legalmente en un país con el fin de radicarse), inmigrado (extranjero que posee los derechos de residencia definitiva en un país extranjero donde vive), no migrante (extranjero que llega legalmente a un país con el fin de quedarse por un tiempo corto, como turista, estudiante, etc.).
Hay dos tipos de emigración como lo son la migración interna y la migración externa.
La migración interna: es aquel desplazamiento que sucede en un mismo país, puede der ser un cambio del área rural hacia un área urbana o viceversa de lo urbano a lo rural, que se da por distintas razones.
La migración externa: es aquella cuyo desplazamiento seda de un país hacia otro. Al igual que la migración interna esta se da por distintas razones.
Las migraciones se dan por distintas causas:
Causas políticas: cuando una crisis política ha desatado una situación de inestabilidad institucional que afecta de manera pronunciada a un Estado y a sus ciudadanos; así como también puede motivarse a que dicho país se encuentra atravesando un régimen totalitario, sin libertad de expresión, que persigue a la disidencia, lo cual propicia que muchos ciudadanos, involucrados o no políticamente, decidan abandonar el país por temor de que no se les respeten sus derechos.
Causas económicas: cuando una parte importante de la población se ve afectada por una crisis económica, lo cual propicia que muchas personas prefieran migrar hacia países que les ofrezcan mejores oportunidades.
Causas culturales: también juegan un papel importante en la elección del destino de migración, pues generalmente las culturas con características afines y lazos históricos considerables suelen ofrecer mejores posibilidades al individuo para desarrollar plenamente su potencial productivo en el seno de una sociedad
Asimismo podría haber otras causas que conllevan a migraciones ya sean voluntarias o involuntarias.
Migración en El Salvador
La migración salvadoreña del último siglo puede dividirse en grandes etapas, en razón de los factores que han moldeado su comportamiento. Esta primera aproximación dividirá el período desde las postrimerías de la Primera Guerra Mundial hasta el año 2005 en cuatro etapas que presentan variaciones en los flujos, las causas y las motivaciones de los emigrantes.
PRIMERA ETAPA (1920-1969)
El fenómeno de la migración internacional en el país es de larga data, aunque cualitativamente ha revestido diferentes direcciones. Por ejemplo, durante la primera mitad del siglo recién pasado, la mayoría de los emigrantes salvadoreños salían del país impulsados principalmente por la falta de acceso a la tierra y de oportunidades empleo, especialmente en las áreas rurales. La mayoría se dirigía hacia la parte norte de Honduras, a las plantaciones de banano de la United Fruit Company. Se calcula que para los años treinta, aproximadamente 25 mil salvadoreños habían emigrado; para la siguiente década el número de emigrantes salvadoreños aumentó a 40 mil (Winschuh, 1997). En las décadas de los años cincuenta y sesenta, el flujo de salvadoreños hacia Honduras siguió aumentando, esta vez porque gran cantidad de población campesina había sido expulsada de las planicies costeras del país como consecuencia del cultivo de algodón a gran escala. Familias enteras migraban, ahora no sólo para trabajar en las bananeras, sino también para ocupar tierras sin roturar, que supuestamente le pertenecían al Estado Hondureño. Para los sesenta, el número de emigrantes salvadoreños alcanzaba los 350 mil (Winschuh, 1997). Un flujo importante de salvadoreños emigró en la época de la Segunda Guerra Mundial hacia dos destinos: Panamá y Estados Unidos. El primero, que era el principal paso de mercancías, avituallamientos y armas para el ejército norteamericano y sus aliados en la contienda mundial, necesitó mucha mano de obra no calificada. Después de 1941, cuando Estados Unidos ingresa a la Segunda Guerra Mundial, sus fábricas necesitaron gran cantidad de mano de obra para suplir a los ciudadanos norteamericanos que fueron a servir en los diferentes frentes de guerra. Astilleros y fábricas se quedaron sin hombres. Millones de mujeres obtuvieron empleos que nunca antes habían podido ocupar. De México, Centroamérica y el Caribe llegaron obreros atraídos por el empleo bien pagado; para 1941, algunos emigrantes eran obreros del puerto de Acajutla, el principal de El Salvador. De allí salieron a la bahía de San Francisco. Otros fueron al canal de Panamá y llevaban con ellos a sus esposas e hijos. Otra vertiente del flujo de emigrantes, dirigido principalmente hacia los Estados Unidos y Europa, fue protagonizada por las clases altas y media-altas de la sociedad, por motivos de educación, turismo, salud y otros. Se trataba de g r upos de emig rantes de tamaño relativamente reducido, conformados por sectores de altos ingresos y buena posición social.
SEGUNDA ETAPA (1970 -1979)
En esa década se observa un salto tanto cuantitativo como cualitativo del fenómeno migratorio con respecto a los años anteriores. La llamada Guerra de las Cien Horas, entre El Salvador y Honduras en julio de 1969, alteró la estabilidad de los asentamientos humanos de los salvadoreños que trabajaban en tierras hondureñas, obligándolos a regresar a su país de origen. Debe tenerse en cuenta que la migración de salvadoreños hacia la vecina Honduras estuvo motivada principalmente por la carencia de tierras de cultivo. En algunos casos, dadas las características del territorio hondureño, era también destino de refugiados políticos y aun de delincuentes comunes.
Los emigrantes de este período comienzan a dirigirse hacia los Estados Unidos en números sin precedentes; se forman las primeras redes migratorias allá, cuya importancia sería determinante en los años posteriores. Muchos emigrantes, amparados en la legislación norteamericana, no sólo legalizaban su propia situación migratoria, sino que procedían a llevar legalmente a sus familiares. Paralelamente, las redes ayudaban a migrar de forma ilegal a una cantidad enorme de parientes, amigos y vecinos. Con este panorama como fondo, los flujos migratorios hacia el exterior se incrementaban: miles de compatriotas empezaron a abandonar el país, tanto en forma legal como ilegal. Ambas modalidades no tenían todavía las características críticas que asumirían a partir de la década siguiente. La travesía para alcanzar al “sueño americano“tampoco era tan traumatizante como hoy en día. Muchas investigaciones coinciden en reconocer que situaciones como la carencia de tierras para trabajar, la falta de empleo y oportunidades; la violencia política generada antes y durante el conflicto ar mado; la inseguridad social, aunado a las grandes expectativas de trabajo en el país de destino y con ello la posibilidad de ayudar a los familiares que se quedaban atrás, fueron los incentivos más importantes para emigrar.
TERCERA ETAPA (1990-1991)
Este período corresponde a los momentos más álgidos del conflicto armado entre el ejército y los grupos insurgentes. La inestabilidad social, la inseguridad permanente y las acciones de guerra que asolaron extensas zonas del territorio fueron el marco de la vida cotidiana. A esta situación habría que agregar los asesinatos políticos, los secuestros, el terror urbano, las campañas de reclutamientos por parte de la Fuerza Armada y los movimientos insurgentes y una crítica situación económica. Durante este período, el flujo migratorio tuvo diversos cauces: el que se realizó por el camino de la legalización del estatus migratorio de aquellas personas que llegaron a los Estados Unidos durante los sesenta y setenta y que por ello mismo pudieron acceder a programas de reunificación familiar. También, algunos países europeos facilitaron programas de ayuda para perseguidos políticos, así como programas regulados de migración hacia Canadá y Australia, debe reconocerse que el mayor flujo de salvadoreños hacia el exterior se dio por la vía ilegal, los mojados, que llegaron a los Estados Unidos arriesgando sus vidas. Todo ese contingente de personas se desplazaba por vía terrestre, a través de Guatemala y México, y cruzaban ilegalmente la frontera de los Estados Unidos. Viajaban tanto a título de una aventura personal como también poniéndose en manos de los coyotes (quienes se dedican al traspaso ilegal de personas).
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