PROPÓSITO DE LA VIOLENCIA DELICTIVA

A PROPÓSITO DE LA VIOLENCIA DELICTIVA

Dr. Agustín Max Moreno Valdivia^[1]

En sociedades latinoamericanas la violencia siempre ha sido una constante histórica con diferentes características, ritmos, frecuencias, modalidades, prevalencias, impactos e intensidades. Sin embargo, en las últimas décadas se observan sociedades que se desangran como resultado de una “ola de violencia” que tiene viejas causas y nuevas manifestaciones como es el caso del narcotráfico, el crimen organizado, el terrorismo, el secuestro, la trata y tráfico de personas, el pandillismo y los atracos y asaltos a mano armada. Al respecto, se señala que Latinoamérica ostenta un primer lugar bastante vergonzoso: ser la región del mundo con las tasas más altas de delito violento y criminalidad.

Las causas que explican esta cruda realidad son diversas, múltiples, complejas y relacionadas a factores estructurales, coyunturales, sociales, familiares e individuales que se alimentan y retroalimentan entre sí. Entre los cuales mencionar a la marginalidad y exclusión social, la carencia de empleo e ingresos, la falta de oportunidades para jóvenes, las familias desintegradas o deterioradas, la crisis de los agentes de socialización, las experiencias previas de violencia, el abuso del alcohol y drogas y la cultura de que la ley se acata pero no se cumple. Al igual que las causas también existen diferentes expresiones de acuerdo a los actores, espacios e intencionalidades que participan de ella, existe la violencia urbana vinculada a la delincuencia y la criminalidad, la violencia en carreteras, la violencia armada, la violencia estatal, la violencia antiindígena, la violencia intrafamiliar, la violencia infantil, la violencia de los sicarios, la violencia de las pandillas, la violencia de los carteles de la cocaína y la violencia generada por los movimientos sociales.  

Si bien existe una “diversidad de violencias” en la actualidad se la tiende a vincular con la delincuencia en su dimensión individual y colectiva y a la vez se la ubica sobre todo en un contexto urbano, es decir, se la relaciona con la violencia delincuencial que anónima y cotidianamente afecta a la mayoría de los pobladores de las grandes urbes. Al respecto, las diferentes Encuestas Nacionales de Victimización revelan que últimamente en la mayoría de los países de la región se han incrementado las tasas delictivas, particularmente de naturaleza violenta y criminal.  

En el caso boliviano, hasta hace algunos años atrás el país presentaba bajos niveles de violencia e inseguridad, a nivel latinoamericano se tenía la imagen de un país relativamente tranquilo pero con ciertos niveles de “riesgo moderado”. Sin embargo, por factores estructurales y coyunturales, la imagen de “país pacífico” se fue modificando paulatinamente y hoy prevalecen ciertos “niveles de riesgo intermedio” que se expresan en situaciones de violencia, delincuencia, criminalidad e inseguridad ciudadana. Las cifras estadísticas revelan que a nivel nacional se han incrementado los delitos que conforman la “criminalidad ordinaria”, es decir, aquellos delitos que afectan directamente a la seguridad de las personas y la propiedad, así como también que se han modificado las modalidades del uso de la violencia y de armas. Asimismo, expresan que algunos delitos han crecido notablemente como es el caso de los feminicidios e infanticidios, la trata y tráfico de personas, las desapariciones forzadas, los “secuestros express” y los atracos a mano armada.

Para el año 2016, un informe estadístico de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), informaba que los índices de delincuencia, criminalidad e inseguridad ciudadana afectaban en orden de importancia a las ciudades de La Paz, Santa Cruz de la Sierra y El Alto, cometiéndose a diario 40 hechos delictivos en La Paz, 29 en Santa Cruz de la Sierra y 22 en la ciudad de El Alto, estas tres ciudades concentraban el 85% de los índices de criminalidad. Sin embargo, a principios de mayo de 2017, el Ministro de Gobierno Dr. Carlos Romero, anunciaba que la ciudad El Alto es la urbe donde se comenten más homicidios, asesinatos, feminicidios e infanticidios y ubicaba en un segundo lugar a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y luego a las ciudades de Cochabamba y La Paz.  

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