Política Exterior de México. Enrique Peña Nieto

Al inicio del segundo trienio del mandato de Enrique Peña Nieto, nos encontramos en primera instancia con que la diplomacia como servicio público ha asumido un rol central en la política exterior del país. De tal suerte que, la Secretaría de Relaciones Exteriores en conjunción con el titular del ejecutivo federal, plantearon como meta principal que el ejercicio de las acciones diplomáticas esté encaminado a impactar positivamente la vida de los mexicanos y que tenga una repercusión positiva, real y medible en su calidad de vida. Al mismo tiempo, se propone que dichas acciones correspondan a la defensa de los intereses y principios nacionales, de tal manera que, a medida que se estrechen relaciones con diversos Estados y se creen nuevas relaciones con otros, se pueda promover de manera pragmática la identidad del Estado mexicano y se pueda dar seguimiento a la premisa principal del objetivo de la política exterior de Peña Nieto, consolidar a México como un participante activo en el escenario internacional y posicionarse como una potencia emergente.

De conformidad con lo anterior mencionado, Enrique Peña Nieto comenzaría el año 2016 con una gira por el oriente medio, visitando los países de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y Qatar. Primeramente, cabe mencionar que la visita del expresidente Peña adquirió un valor histórico de suma importancia, ya que esta sería la primera vez que un jefe de Estado mexicano rindiera visita al Reino de Arabia Saudita y al Estado qatarí con objetivos de cooperación bilateral.

En ese sentido, es relevante destacar que, como fruto del encuentro entre los mandatarios saudí y mexicano, se firmaron 13 acuerdos y memorándums bilaterales con la finalidad de estimular las relaciones comerciales y fomentar la inversión y cooperación mutua en materia energética, científica, educativa, cultural, artística y turística.  Entre ellos, el Banco Interamericano de desarrollo destaca “el Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de las Inversiones, un Memorándum de Entendimiento en Materia de Energías Limpias y otro para el intercambio de información y mejores prácticas entre PEMEX y la Abu Dhabi National Oil Company” (2016).

De la visita a Qatar destacan de igual forma diversos acuerdos y memorándums de entendimiento en relación con el desarrollo y cooperación en materia energética, ya que este país junto con Arabia Saudita eran un objetivo de alianza estratégica fundamental para los propósitos de la Reforma Energética de EPN, la cual fue promovida a lo largo de toda la gira con la finalidad de “presentar el potencial que ésta ofrece para atraer inversiones que generen más empleos bien pagados” (Gobierno de México, 2016). Asimismo, se firmaron acuerdos semejantes con los Emiratos Árabes Unidos y con Kuwait, desatacando la visita de Estado a este último debido a que resultó en la concertación de una inversión de 150 millones de dólares por parte de la compañía mexicana Tenaris Tamsa, quien proveería tubos de acero a dicho país para la perforación de yacimientos de gas. Esta inversión gana relevancia al aseverarse que cuadriplicó el nivel de comercio entre México y el medio oriente y “ sería punta de lanza de la gran relación económica que se puede construir entre ambos países”  (El Economista, 2016).

Posteriormente, en el mes de febrero del mismo año nuestro país conseguiría un logro bastante importante al integrarse a uno de los tratados comerciales más modernos y relevantes del mundo, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica o TPP. Este ambicioso acuerdo es un pilar de la política exterior de Enrique Peña Nieto, ya que integró a México a la zona de libre comercio más grande del mundo, la cual, según cifras del Gobierno de México (2016), concentra cerca del 14% del PIB mundial y constituye cerca del 15% del comercio mundial. De igual forma, se logró comenzar la modernización del TLCUEM, tratado firmado en el año 2000 que se buscó adaptar a las necesidades y retos que enfrentan ambos territorios en la actualidad, integrando aspectos fundamentales como el tema de las energías limpias, desarrollo sostenible, practicas anticorrupción, transparencia, entre otras.

No obstante, es preciso señalar que, en términos bilaterales, el Estado con más relevancia y peso para la política exterior mexicana son los Estados Unidos, territorio que en este periodo de tiempo se encontraba al marco de un proceso electoral, el cual se caracterizó por el surgimiento de un sentimiento de rechazo hacia nuestro país por parte de los ciudadanos norteamericanos, propagado por el candidato republicano Donald J. Trump y a lo cual el gobierno mexicano respondería con la adopción de una estrategia consistente en aumentar y enfatizar la presencia e importancia de la colaboración de nuestro país en el territorio americano, por ejemplo, se lanzó el programa IME becas para apoyar a los estudiantes mexicanos en Estados Unidos, las cuales se preveía que beneficiarían a más de 680 mil jóvenes. En ese sentido, podemos observar que la relación con nuestro vecino del norte estaba a punto de sufrir cambios severos, ya que se pasaría de una relación de planeación, colaboración y comunicación como la que se tuvo con el presidente Barak Obama, a una relación en la cual el Estado mexicano actuaría mayormente en reacción a la agenda estadounidense.

Bajo este contexto, el presidente Enrique Peña Nieto extendería una invitación a la residencia presidencial tanto al candidato republicano Donald Trump, como a su contendiente demócrata Hillary Clinton, la cual rechazó dicha propuesta. No obstante, la reunión entre Peña y Trump sí se llevó a cabo a finales de agosto del 2016, acto sumamente criticado ya que fue considerado por muchos como una falta de respeto a la dignidad del pueblo mexicano, del cual Trump se había dirigido de manera poco afectiva en múltiples ocasiones. Finalmente, el candidato republicano se proclamaría vencedor en las elecciones presidenciales el mes de noviembre de 2016.

Ulteriormente, el año del 2017 sería un año clave para la política exterior mexicana, el cual daba comienzo con múltiples cambios en diversos ámbitos. Para empezar, Claudia Ruiz Massieu renunciaría a la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores, siendo reemplazada por Luis Videgaray Caso, cuyo principal objetivo era “construir una nueva etapa de diálogo y negociación en la relación bilateral con Estados Unidos” (Videgaray Caso, 2017). En ese sentido, el 20 de enero tomaría posesión de la presidencia estadounidense el republicano Donald Trump, quien de manera inmediata recalcaría y promovería sus ideas centrales de campaña, construir un muro en la frontera compartida con México y terminar el Tratado de Libre Comercio si éste no era actualizado y renegociado para llegar a condiciones más favorables para los Estados Unidos. De esta manera, podríamos decir que nuestro país comenzaría a remar contra corriente hacia la construcción de una relación de amistad y cooperación con Estados Unidos.

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