Qué es Patrimonio Cultural

Qué es Patrimonio Cultural  

Una primera aproximación al concepto nos la brinda el abordaje etimológico del término con que se lo designa, formado por los vocablos “patrimonio”, que proviene del latín “patrimonium” y significa aquello que se hereda de los padres y “cultural” para dar cuenta de la especificidad de este patrimonio, que es su valioso contenido cultural.

Nos encontramos, por un lado, con un elemento temporal, por tratarse de bienes que vienen del pasado, que se reciben como herencia social (no existe un límite fijo en relación a la temporalidad ya que no es posible descartar que un bien recientemente creado alcance esta consideración97), y por el otro, con un elemento de valoración, por tratarse de bienes que la comunidad interpreta como representativos de aquellos aspectos más significativos y valiosos de su cultura, a los que quiere proteger y transmitir a las generaciones futuras.

Con patrimonio cultural nos referimos, en primer lugar, al conjunto de bienes muebles e inmuebles y a los lugares destinados a reservarlos, como por ejemplo los monumentos de arquitectura, de arte o de historia, religiosos o seculares, los campos arqueológicos, los grupos de construcciones que por su conjunto ofrezcan un gran interés histórico o artístico, las obras de arte, manuscritos, libros y otros objetos de interés histórico, artístico o arqueológico, así como las colecciones científicas y las colecciones importantes de libros, de archivos o de reproducciones de los bienes antes definidos. Los edificios cuyo destino principal y efectivo sea conservar o exponer los bienes culturales muebles definidos, tales como los museos, las grandes bibliotecas, los depósitos de archivos, entre otros.

En segundo lugar, son patrimonio cultural, los bienes inmateriales como los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los
individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Éste se manifiesta en particular, en: tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial; artes del espectáculo; usos sociales, rituales y actos festivos; conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo y técnicas artesanales tradicionales.

Finalmente, los bienes naturales, como los paleontológicos y los fósiles; los  científicos de valor educativo y cultural, como los meteoritos y especímenes mineralógicos; y los lugares, aquellas obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza así como las zonas, incluidos los lugares arqueológicos que tengan un valor universal excepcional desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico.

Hasta aquí hemos indicado cuáles son los bienes que integran el patrimonio cultural, pero resulta necesario saber quién o quiénes lo han definido, por qué y cómo se los identifica y reconoce.

¿Cómo se delimita qué es patrimonio cultural y qué no?

Las primeras concepciones sobre la preservación patrimonial, surgieron en el siglo XIX, desde entonces, se ha transitado desde criterios que centraban su atención en la identificación y protección de los grandes “monumentos”, hasta hoy, que se considera al patrimonio cultural como un universo vivo, integrado tanto por bienes tangibles como intangibles, de distintos caracteres y categorías.

Esta evolución, que sigue a los cambios sociales, avanza impulsada por el debate institucional y académico, especialmente el de los expertos de los organismos internacionales y nacionales dedicados al tema, sobre todo de UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y sus organismos consultores, y, en el ámbito nacional, de la

Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, y los organismos de las distintas autoridades públicas nacionales y provinciales con incumbencias sobre el tema, circulando también dentro de las comunidades interesadas, que en cada oportunidad deben decidir cuáles son los bienes y sus categorías que considera merecedores de integrar su patrimonio.

Tal es así que la inclusión, al universo patrimonial, de una nueva categoría de bienes determinados, suele ser un proceso arduo, durante el que se discute y se buscan consensos acerca de los temas que involucra la declaración y en el cual se suelen enfrentar visiones culturales distintas.

En síntesis, el carácter patrimonial de un bien o de un conjunto de bienes, resulta de una construcción social, de una interpretación con consenso suficiente.

¿Qué figura es la encargada de decidir qué bienes deben valorarse como patrimonio cultural?

La decisión acerca de qué bienes tienen una gran importancia, corresponde a cada Estado Parte, de acuerdo con la necesidad de circunscribir al universo protegido a aquellos bienes de especial importancia para cada país, imponiéndole la obligación de identificar sus bienes y protegerlos, como así también hacerlo con los denunciados por los demás Estados.

Por otro lado, las Convenciones Internacionales suelen identificar al patrimonio de cada Nación, por sus elementos de excepcional y reconocido valor. En esos casos, su consagración como tales requiere de un procedimiento de identificación e interpretación de carácter internacional, pero dado que su instancia es local, requiere que los Estados asuman obligaciones con carácter de compromisos recíprocos para la salvaguarda de bienes excepcionales, cuyo valor alcanza a la comunidad internacional.

Ahora bien, de acuerdo a lo expuesto hasta el momento, no es suficiente con que las Naciones o las Convenciones Internacionales acepten y definan el carácter patrimonial de un bien, sino que resulta indispensable que se les otorgue un marco legal. Para ello el orden jurídico debe reconocer dicho carácter también, y mediante ciertos procedimientos reglados incorporarlo al universo de bienes que protege, ingresando así a un régimen de preservación sostenido en normas.

¿Por qué se preservan?

El Patrimonio cultural de una comunidad es la base de su identidad geográfica, política, cultural. Es el producto más exclusivo de la comunidad misma.

Todo patrimonio cultural posee una gran importancia social y resulta necesario protegerlo o preservarlo; éste es un derecho de la comunidad y para su  ejercicio existen herramientas normativas e instituciones especiales (como la acción de amparo y las Defensorías del Pueblo). Por su parte, las autoridades están obligadas a proveer lo necesario a los fines de la preservación.

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