RITMO Y VIDA COTIDIANA ABAJO DE LA TORRE DEL RELOJ

RITMO Y VIDA COTIDIANA ABAJO DE LA TORRE DEL RELOJ

El 4 de abril de 2014 desde las 7:00 pm, la plaza de los coches se encuentra medio poblada.

Contexto físico:

Plaza de los coches.

Inmediatamente al llegar a la plaza se escucha música por todos lados, el ritmo de la salsa sobresale y llega hasta cualquier punto del lugar, casi opacando otros sonidos también muy agradables. En la esquina “Donde Fidel”, siempre se encuentran turistas junto con cartageneros, habiendo más visitantes que nativos. Todas las ventas están abiertas, y los apartamentos con luces apagadas, mientras los vendedores de artesanías hacen su trabajo. Por otro lado, los coches salen y vuelven de sus rutas.

Plaza de la Paz.

A esta misma hora los kioscos de las ventas aún están abiertos, el tráfico vehicular es denso, y por otro lado, el peatonal es liviano. El sitio está casi despoblado, pues las personas llegan y en pocos minutos se van. A diferencia del interior de la plaza, el ambiente es más intenso, y la poca gente crea un contexto no muy seguro, aunque éste este iluminado. Esto se confirma por el hecho de que las personas caminan a un ritmo mucho más rápido, con el fin de pasar rápidamente por el lugar.

Contexto social:

Plaza de los coches.

El ambiente creado por la música, parece generar en las personas un estado de tranquilidad, pues todo el que entra a esta plaza, se detiene por unos minutos y luego sin alguna prisa se va.

Se pueden observar visitantes, y parejas turistas que llegan con sus niños en coches, vestidos de manera informal, como si su intensión allí fuese solo ir de paso. Por otro lado, hay otro tipo de personas, más preocupadas por su aspecto, con ropa mucho más presentada, algunos con zapatos altos, vestidos, maquillaje, entre otras cosas. Estas personas son en su gran mayoría, los mismos cartageneros o habitantes de la ciudad.

A las 7:20pm los pensionados ya habían llegado a la plaza, y 10 minutos después comenzaron a retirarse.

Las personas que llegan al sitio a visitar, ocupan los puestos de las distintas bancas fijas, y normalmente, son personas que se encuentran paseando, por el lugar y se detienen a descansar.

Las personas que normalmente visitan el lugar, son adultos no mayores de 50 años, que llegan acompañados por sus familiares, y en su gran mayoría adultos jóvenes con niños, y adolescentes.

Interacciones informales:

Las personas se limitan a relacionarse solo con quienes están acompañados. Existe una cierta desconfianza en entablar una conversación con alguien ajeno a su persona. Además, pocas personas permanecen en el lugar, y los únicos que se encuentran en el lugar toda la noche, son los conductores de los coches. Nos enfocamos en estos trabajadores, para analizar la forma en cómo llegan a las personas.

Cada vez que una persona o un grupo de personas se acercan a un coche, por cualquier motivo, uno de los varios jóvenes de la compañía de coches, invita muy insistentemente a darles un paseo.

Unos son más convincentes que otros, caminan junto a las personas mostrando un coche y explicando brevemente la ruta del paseo. Otros se limitan a preguntar si quiere o no dar el paseo, y en general atienden como asistentes de ventas de un almacén. “Si me necesitas, mi nombre es….”

Además de los cocheros, hablamos con algunos artesanos y vendedores de chicles, que se mostraban muy reservados a entablar una conversación, pero a pesar de todo nos contaron que el ambiente estaba muy tranquilo a diferencia de los otros viernes y que lo más probable es que se fueran temprano a casa esa noche. Con lo cual pudimos comprender, por qué el lugar no estaba del todo ambientado.

Interpretación de los actores.

A nuestro parecer, pocas son las personas que llegan a la plaza a estar allí, es decir,

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