Razones Que promueven La conformación De un grupo

Razones

Que promueven

La conformación

De un grupo.

Jonathan Martins Torres

ICPVR157-1 LIDERAZGO Y TRABAJO EN EQUIPO

Instituto IACC

17 de Diciembre de 2018

         Basado en el material entregado en la semana 7, las razones que favorecen la conformación de grupos tienen como denominador común la obtención de beneficios, generalmente individuales, aunque también beneficiarán al grupo. A saber, según Furnham, la gente se agrupa por las siguientes razones:

Seguridad: Al estar en grupo se vuelve más sencillo el resguardo de enemigos comunes. En el origen de los primeros asentamientos de humanos los enemigos tenían origen exclusivamente en la naturaleza, incluyendo a otros homínidos

Beneficios Mutuos: El agruparse permite que las tareas necesarias para conseguir objetivos sean cumplidas en menos tiempo al dividirlas y organizarlas en función de las habilidades de cada miembro, mejorando así la eficacia del grupo.

Necesidad de ser Sociales: El compartir el espacio y las tareas con otros seres humanos con quienes compartimos gustos, objetivos o historias de visa similares nos fortalece la moral, nos da sentido de pertenencia y nos da la oportunidad de vernos en el otro.

Autoestima: Quizás como consecuencia de que en grupo nos volvemos más eficiente en la consecución de objetivos, la autoestima de los individuos aumenta al hacernos sentir que aquello que se ha conseguido es gracias a que nosotros hemos aportado a ello. Esto, al mismo tiempo, hace que los siguientes desafíos los enfrentemos mejor preparados anímicamente, favoreciendo nuevamente la eficiencia.

Intereses personales mutuos: Al ser parte de un grupo tenemos la oportunidad de encontrar en los demás aquellos intereses que nos motivan y entonces podremos compartir gustos musicales, artísticos, de técnicas, literarios, deportivos, etc. reforzando el sentido de pertenencia y, nuevamente, la autoestima de los individuos.

Dicho lo anterior, analicemos los motivos por lo que las personas que sienten el llamado a dedicar su vida al trabajo de Dios deciden hacerlo a través de la ordenación sacerdotal, convirtiéndose en monjes o monjas.

Lo primero que llama mi atención es que el llamado que dicen sentir aquellos que reportan haber sido reclutados a servir a Dios (sin siquiera entrar en la discusión de la existencia, o de la necesidad de que exista la figura de un dios) es una experiencia tremendamente improbable (literalmente), puesto que no existe manera de demostrar de una manera medible, repetible y libre de ser falsable que dicho llamado haya existido. Visto desde una perspectiva estrictamente científica, el “escuchar el llamado de Dios” no difiere mucho de conocidas enfermedades mentales tales como la esquizofrenia. Entre los muchos autores que tocan el tema, el psiquiatra Nathaniel P. Morris dice en una de sus publicaciones:

“Mis colegas y yo a menudo cuidamos de pacientes que sufren de alucinaciones, hacen profecías, y afirman hablar con Dios, entre otros síntomas — en la atención de salud mental, a veces es muy difícil distinguir la creencia religiosa de la enfermedad mental”.

Si una persona entra en una habitación con más personas diciendo que oye una voz en su cabeza y que ésta le ordena hablar sobre algún tema en particular, dice además algunas incoherencias y todo esto sin haber consumido ningún tipo de droga ¿alguien dudaría de que se trata de alguien con un evidente trastorno mental? Ahora ¿y si esta persona es alguien profundamente religioso, la habitación es una iglesia y la voz que oye es la de Dios, Jesús o la virgen? ¿Dónde se establece la diferencia entre fe y delirio?

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