Realidad Detrás De Petróleos Mexicanos

La Oscura Realidad detrás de Petróleos Mexicanos

Pemex hoy en día enfrenta una realidad vergonzosa, sus ramas de Planeación y de Producción se ven fuertemente debilitadas por incongruencias.

El departamento de Planeación sufre de una cultura de manejo económico muy mala lo que resulta en robos y engaños, mientras que el departamento de Producción por otra parte se ve afectado por distintos defectos en su campo, que están tanto directa como indirectamente relacionados a su eficiencia.

Para un mejor entendimiento del tema, esta investigación se influye de los artículos de la revista impresa y electrónica, Energía a Debate, la cual tiene como objetivo contribuir en forma constructiva al debate sobre el futuro de la industria energética nacional, a través de la publicación de textos escritos por connotados expertos, técnicos, empresarios, investigadores y notablemente experimentados ex trabajadores de Pemex, quienes brindan sus análisis y opiniones sobre temas medulares y actuales en lo que respecta al desarrollo del sector energético.

A través de los artículos de esta revista en su página electrónica www.energiaadebate.com ha sido posible enumerar una lista detallada de las deficiencias que afligen al gigante petrolero mexicano, las cuales son:

* FEIP (Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros). La reserva de Pemex para tiempos difíciles, presupuesta ingresos inferiores para quedarse con los excedentes consabidos.

* Uso de excedentes petroleros en gastos corrientes (pago de nomina, gastos burocráticos, compra de materiales, etc.)

* Tecnología actual declarada insuficiente

* Ausencia de pozos que substituyan a los súper-gigantes (Cantarell y Ku-Maloob-Zap)

El conocimiento y entendimiento de estos males que aquejan al gigante petrolero denotan un grado de preocupación por comprender la razón por la cual una buena parte de nuestra economía esta frenada.

Estos problemas en conjunto han creado la situación actual de Pemex, donde sus proyectos se ven subyugados por las decisiones de sus directivos en cualquier momento y sin motivo aparente. La razón del problema deviene que de ser una empresa que maneja el tesoro del país frente al mercado mundial, se ha convertido en un organismo que esconde los malos manejos de sus creadores y que vive una etapa en la que su desarrollo se ha estancado.

Problemas de Planeación

A pesar de que la autoridad tiene la obligación de prever alzas y bajas intempestivas en el mercado, en casos en que las predicciones gubernamentales no funcionen, el FEIP

entra en uso como una reserva que compensa las caídas bruscas de precios y garantiza el equilibrio de las finanzas publicas.

Además de estos se han fundado otro tipo de fondos de estabilización, “el de infraestructura de Pemex y el de las entidades federativas” (Osorio, Benito, pág. 3). Estos distintos fondos han cumplido con su trabajo como quedo constatado el caso que sucedió en 2009. En ese año se registró una caída de los precios petroleros y no se logró alcanzar el nivel previsto por el congreso, lo que provocó un agujero en el bolso del país. Este mismo agujero fue cubierto por los seguros internacionales contratados por el Estado (puesto que no está el Estado en control del mercado) y por el FEIP, de este último se usaron 150 mil millones de pesos.

Incluso la creación de estos fondos son en cierta manera un movimiento acertado, aunque no son colchones en un cien por ciento contra cualquier calamidad. Pero, ¿Qué pasa cuando el FEIP no está siendo usado como seguro?

Tenemos el caso que sucedió también en 2009, que al finalizar el año, los distintos fondos de reserva dieron cantidades que ascendieron a los 30 mil millones y 25.4 mil millones y el FEIP índico una reserva de 25 mil millones de pesos. Los funcionarios gubernamentales se dieron cuenta que esto representaba apenas el 21% de los ingresos excedentes de todo el periodo 2000-2009. En otras palabras, 258 mil millones de pesos se “escaparon” de las manos de los contadores de tales reservas.

Ahora, a pesar de que este dinero haya sido robado, el hecho de que haya alguna vez entrado a las arcas del FEIP evidencia que Pemex está funcionando.

La investigación da fé de que durante los últimos nueve años el precio de la mezcla mexicana de exportación alcanzó cotizaciones históricas, llegando a registrar precios superiores a los 130 dólares por barril. Así también, la plataforma de exportación se elevó de forma significativa para llegar a un máximo de 2 millones de barriles diarios.

Los autores puntualmente remarcaron que “con estos factores en beneficio, se podría considerar que en la última década Pemex ha obtenido una gran cantidad de recursos generados por la renta petrolera. Éstos, a su vez, debieron ser utilizados para generar más inversión, incrementar su productividad y, principalmente, mejorar su situación financiera.” (Barragán, Salvador y Domínguez, Sergio, pág. 1).

Evidentemente el escenario anteriormente mencionado no se tiene, el rendimiento neto de la empresa no refleja los ingresos generados por los altos precios del crudo (materia prima con la que comercia Pemex) y el significativo incremento en la plataforma de exportación en los últimos años.

Entonces, ¿qué sucede con este dinero? Desafortunadamente, no existe información de que los excedentes petroleros se estén utilizando en la construcción de infraestructura física, en la investigación y en la formación de capital humano. Por el contrario, la incorporación “abstracta” de los excedentes petroleros al presupuesto federal y al de los estados indicaría que esos recursos estarían siendo usados en gasto corriente: salarios, gasto burocrático, subsidios para los programas sociales, etc.

Se puede así distinguir, el cinismo de las operaciones que se suceden entre los legisladores, el FEIP y las personas que usan estos miles de millones de pesos en gastos corrientes.

Asimismo, se acerca otro período en el que los legisladores, apoyados en la fórmula conservadora de la Ley de Presupuesto, establecerán nuevamente un precio para el petróleo mexicano muy inferior al que efectivamente pueda cobrar Pemex. Se formarán nuevos ingresos excedentes que entraran directamente al FEIP, de donde a su vez, serán absorbidos por el gasto corriente, perpetuando el despilfarro.

Esta no es una realidad que sea norma en todos lados, “Los países que ejercen un verdadero control sobre su riqueza petrolera no tienen una visión de corto

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