Relación actual Empresas Audiovisuales-Usuarios

1. ¿Es ético que las empresas se beneficien del trabajo del usuario?

Los contenidos generados por los usuarios son a menudo expuestos y distribuidos mediante plataformas pertenecientes a empresas. Así, ambos elementos viven en un estado de simbiosis.

Hoy en día casi cualquier persona puede desempeñar el papel de creador de contenidos gracias a las redes sociales que dominan el mercado de la comunicación actual. Hablamos de plataformas como YouTube o Twitter, en las que millones de personas exponen sus creaciones e ideas ante una audiencia enorme y cada vez mayor. Las empresas necesitan por ende al usuario con el fin de conseguir audiencia. En ocasiones el contexto de las redes sociales y el de los medios convencionales no es el mismo (información vs entretenimiento), por lo que sería necesaria una clara diferenciación.

Ejemplo de una buena participación de los ciudadanos en el proceso informativo, a través de los ya mencionados canales, es la grabación y difusión de sucesos inesperados que, tras un proceso de verificación (o al menos así debería ser), acaban siendo noticia. Pero para no anular el papel del ciudadano es muy importante citar la proveniencia del vídeo, mostrando así que no tiene un origen periodístico y dando ejemplo de transparencia.

La integración de los ciudadanos permite una mayor conexión entre toda la comunidad, pero los medios no pueden ni deben vivir únicamente del contenido creado por ellos. Los productos generados por las empresas informativas deben predominar si pretenden aumentar su prestigio y credibilidad con el fin de alcanzar una mayor influencia y extensión. Evitando siempre el plagio, ambos pueden servirse el uno a otro como fuente de inspiración y ejemplo en un ambiente sano y colaborativo que genere cada vez contenidos de mayor calidad e interés. La apropiación de contenidos, sobre todo desde las empresas por si situación de poder, es lesiva para su creatividad y prestigio y por ende nunca debe llevarse a cabo. La mención de la autoría de un contenido es fundamental si queremos fomentar la buena praxis y evitar abusos.

En relación también con la primera cuestión, la rentabilidad, está claro que ambos sacan provecho de la situación. Pero también es necesario hacer hincapié en la notoria desigualdad entre ambos actores: empresas y ciudadanos. Los ciudadanos nunca alcanzarán las cotas de poder de los grandes gigantes de la información que hoy en día dominan el mercado. Solo la unión de creadores y una comunidad fuerte puede hacerse notar y hacer frente a cualquier actuación que ponga en riesgo los contenidos de usuarios.

Siempre que se respeten los derechos de autor y se atribuya la totalidad del contenido a su correspondiente creador, no tiene por qué existir ningún tipo de problemática al respecto. Sería correcto por tanto que las empresas se beneficiaran por la tarea de distribución y difusión que realizan en muchos casos.

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