SINDICALISTAS ARGENTINOS.

José Ignacio Rucci fue un dirigente sindical cuya relevancia lo llevó a ocupar el cargo de  secretario general de la Central General de Trabajo durante la tercera presidencia de Perón.  Nacido el quince de marzo de mil novecientos veinticuatro, provino de una familia humilde de inmigrantes italianos. Trabajó de lavacopas, mozo de mostrador y cajero del gremio gastronómico. En mil novecientos cuarenta y cuatro empezó su labor en la fábrica de armas Ballester Molina, una compañía del Grupo La Hispano Argentina, en la cual desempeñaba el oficio de tornero a revólver, y donde hizo contacto con quienes serían importantes jefes sindicales, como el fundador de la UOM Hilario Salvo, y Adelino Romero de la Asociación Obrera Textil. En 1947 ingresó a la fábrica metalúrgica Ubertini donde fue elegido delegado por primera vez, para luego actuar como delegado de la Comisión Interna hasta mil novecientos cincuenta y tres, año en que conoció a Augusto Timoteo Vandor  en la fábrica Phillips. Al ser despedido de Ubertini, Rucci trabajó en la Compañía Argentina de Talleres Industriales y Anexos y comenzó a militar en la resistencia peronista a partir de la caída del gobierno del General Perón tras la “Revolución Libertadora” de mil novecientos cincuenta y cinco.

Luego del surgimiento de las sesenta y dos organizaciones, rama política de la CGT, Rucci avanzó rápidamente en la escena gremial junto a Vandor, dentro de la Unión Obrera Metalúrgica a la que pertenecían y del movimiento sindical en general. Se convirtió en el dirigente gremial de la siderúrgica SOMISA de San Nicolás de los Arroyos-Ramallo, y  en mil novecientos sesenta ocupó la Secretaría de Prensa de la Unión Obrero Metalúrgica, acompañando a Vandor, Paulino Niembro, Avelino Fernández y Lorenzo Miguel. A partir de mil novecientos sesenta y cuatro, siendo ya interventor en la seccional San Nicolás, donde luego fue secretario general, sostuvo una fuerte rivalidad con el lucifuercista Agustín Tosco, que encarnaba una postura más combativa y de izquierda que la de Rucci.

En mil novecientos setenta fue designado secretario general de la CGT y desde allí fue uno de los impulsores del regreso de Juan Domingo Perón al país. Durante la proscripción del peronismo Rucci apoyó la candidatura de Antonio Cafiero en oposición al finalmente candidato oficial del partido, Héctor Cámpora, con quien tenía grandes desavenencias.

En mil novecientos setenta y tres se lo vinculó con el asesinato de un militante de la Juventud Peronista, y la organización Montoneros lo puso en la mira, acusando al sindicalismo como el culpable de la masacre de Ezeiza. En el acto de Montoneros en la cancha de Atlanta, el veintidós de agosto de ese año, se lanzaron duras consignas contra Rucci, acusándolo de "burócrata sindical". El veinticinco de septiembre de mil novecientos setenta y tres José Ignacio Rucci fue asesinado cuando salía de la casa de calle Avellaneda 2953 en el barrio de Flores.

Lorenzo Mariano Miguel fue un dirigente sindical argentino y empresario metalúrgico. Nació en Buenos Aires el 27 de Marzo de 1927, hijo de Claudio Valeriano Miguel y Brígida Martínez, una pareja de inmigrantes españoles arraigados en Villa Lugano. A los doce años, tras la muerte de su padre en un accidente de trabajo se vio obligado a salir a trabajar, apenas terminados sus estudios primarios, desempeñándose en diversos oficios. A los 18 años empezó su vinculación con la actividad metalúrgica, al ingresar como operario de CAMEA, mientras continuaba sus estudios de dibujo. En 1951 fue electo delegado, y a principio de 1955 era el titular de la Filial Lugano de la UOMRA. Posteriormente trabajó en la fábrica Pirelli, donde también fue delegado, y fue nombrado por Vandor tesorero de la UOMRA. A partir de ese momento Lorenzo Miguel representó inconfundiblemente el poder sindical peronista. Estuvo al frente de la Unión de Obreros Metalúrgicos (UOM) desde 1970, tras el asesinato de Augusto Timoteo Vandor, de quién fue discípulo. Su ascenso coincidió con el fin de la dictadura del general Juan Carlos Onganía y el inicio del gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse, que proponía el Gran Acuerdo Nacional, al que adhirieron, entre otros, José Ignacio Rucci y Miguel, con el fin de lograr la vuelta de Juan Domingo Perón al gobierno. En 1976, tras el golpe militar que dio caída al gobierno de Maria Estela Martinez de Peron, Miguel fue encarcelado en un buque donde tuvo como compañero a Carlos Menem, situación que explica sus posteriores relaciones con quien sería luego presidente de la república.

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