¿Se podrían considerar a las disidencias sexuales y/o de género dentro de la estratificación social de los chilenos y los estratos sociales?

        Universidad Alberto Hurtado[pic 1]

Sociología

Primer año

Maite Iribarren Casanga

Desigualdad y Clases Sociales

¿Se podrían considerar a las disidencias sexuales y/o de género dentro de la estratificación social de los chilenos y los estratos sociales?

Introducción

En el texto “Principios de diferenciación material y simbólica en la estratificación social” se habla en el capítulo seis de cierta forma de clasificar a los chilenos y de ciertos simbolismos que ayudan a esta diferenciación, que en general tienen que ver con recursos económicos y de la clase que representan ciertos simbolismos (Omar, 2009).

Pero ¿podrían ampliarse esos simbolismos sumando también el ser o no disidencia sexual y/o de género dentro de la clase y estrato al que se puede llegar?

Actualmente, e independiente de los avances que se han tenido a lo largo de la historia para reconocer los derechos de las disidencias, existen ciertas brechas que generan que aún fuertes violencias sistemáticas que excluyen a las personas disidentes y dificultan su desarrollo en ámbitos sociales y económicos.

Entonces se podría decir que no sólo la diferenciación material sirve para diferenciar a las personas y que existen otros factores que generan desigualdad social y económica.

Así que en el presente ensayo se buscará responder a la pregunta ¿se podrían considerar a las disidencias sexuales y/o de género dentro de la clasificación de las personas y los estratos sociales? con especial foco en la comunidad trans.

Desarrollo

Para definir esta problemática nos referiremos al artículo “Corporalidades trans”, escrito por Salvador Vidal-Ortiz, para ejemplificar esta brecha y diferenciación en la comunidad trans, que es uno de los sectores más afectados dentro de las disidencias.

Dentro de este artículo se menciona que “por las múltiples clausuras que tienen las travestis, terminan teniendo como una especie de embudo que las va llevando a la prostitución como única salida” y menciona la opresión estructural que viven personas trans con respecto a empleo, vivienda, estudios y salud, donde también se les presiona a conformarse a un mercado lleno de retos económicos y de aceptación. Además, el acceso que algunes tienen al mercado legal es solamente de paga mínima y trabajo limitado.

“En el día a día, la marginalización que es impuesta sobre las personas trans se materializa en los pocos lugares de trabajo a los que tienen acceso. En muchos lugares de América Latina son las peluquerías, y los espacios de comercio sexual los principales espacios que ofrecen formas de subsistir para las mujeres trans” (Vidal-Ortiz, 2014, p. 11).

En ningún momento se menciona la situación económica que pudieran tener, sino que por el hecho de ser personas trans se genera esta marginalización, donde deben verse expuestas a distintas violencias, como por ejemplo dentro de lo que es el trabajo sexual.

También, la dificultad de acceso a empleos, vivienda, estudios y salud agudiza las brechas, ya que la falta o dificultad de acceso a los estudios dificulta aún más el acceso a empleo, lo que repercute en el acceso a vivienda, además de la falta de acceso digno a la salud puede empeorar gravemente su calidad de vida.

Para complementar, en otros estudios como “Discriminaciones en las relaciones laborales”, se menciona la discriminación laboral por orientación sexual: “la situación de las minorías sexuales como un hecho social, (...) se presenta también en las relaciones laborales y (...), en ocasiones, origina respuestas que se pueden considerar discriminatorias”, a no ser que “dicha homosexualidad no tenga una manifestación externa, en la empresa o establecimiento, que pueda originar dificultades en la misma, o su conducta laboral no se encuentra afectada por su inclinación sexual, así como si no se perturba a los compañeros de trabajo ni se afecta a la posible clientela de la empresa” (Castro, 2001, p. 14).

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