Sindrome De Down: Ideas Etiquetadas
Antonela139112 de Noviembre de 2013
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IDEAS ETIQUETADAS: ESTEREOTIPOS Y PREJUICIOS.
FUENTE: Fundación Iberoamericana down 21
Sexualidad en personas con Síndrome de Down – Ideas etiquetadas: los estereotipos y prejuicios.
Down21.org
1. Se considera que la persona con Síndrome de Down (SD), se mueve solo por el instinto y no puede controlar la pulsión sexual, puesto que no posee los mecanismos mentales adecuados de inhibición y sublimación. De este modo, su sexualidad resulta ser descontracturada, y a veces agresiva, por eso debe ser acotada restrictivamente.
Detrás de esta postura se esconden múltiples razones:
Desconfianza hacia lo corporal (visión puritana de la sexualidad humana).
Concepto muy pobre sobre la discapacidad intelectual, generalizando situaciones y caso.
Se supone que la inteligencia deficiente no es lo bastante poderosa para ejecutar sobre el cuerpo el control necesario.
Al ser considerados incapaces de controlarse a sí mismos, habrán de ser controlados desde afuera, por medio de un control sexual; basado en desenfocar la atención en la excitación y recortar las posibilidades de acceso a la impulsividad: cuidar que no le lleguen imágenes de alto contenido sexual, educación en el pudor e higiene, aprender hábitos de auto moderación y autodominio en el comer y beber, mantener al individuo en una sosegada actividad.
2. En el otro extremo, (aunque el resultado práctico es el mismo) están aquellos que anulan la humanidad de estas personas y las convierten en seres asexuados y libres de pulsiones de carácter sexual.
Según esta postura, las personas con SD son muy cariñosas y efusivas; como corresponde a su alma ingenua y pura, aunque su cuerpo envejezca, ellos serán eternamente niños:
¿Cómo se le ocurre pensar a usted, que “mi niñito/a pueda tener siquiera esas ideas o pensamientos sexuales?
El hecho de que su inteligencia en ciertos aspectos (sólo en ciertos aspectos) equiparable a la de un niño, infiere falsamente en la creencia de que la persona con SD continua siendo, en toda su personalidad, sexualidad incluida, y para siempre, un niño.
3. Existe una contradicción muy fuerte por parte de los padres:
Debido a un estigma, deciden enfocarse completamente en la enseñanza de la conducta social que le permita ser tolerado, incluso admitido y respetado en el seno de la sociedad. Luchan por que su hijo/a alcance, cada vez más, un grado de mayor autonomía. Se alegran con cada nuevo logro alcanzado. Sin embargo, las cosas cambian cuando se habla de sexualidad: no entienden cómo, en nombre de la integración social, hoy quiere legitimarse y hasta recomendarse la aceptación de una vida sexual plena para sus hijos e hijas.
La aparición del vello púbico, la primera eyaculación, la primera menstruación, son señales que en los padres abren viejas heridas que refuerzan la angustia del futuro del hijo.
Se intenta censurar esta madurez sexual del hijo utilizando un sofisticado y complejo mecanismo de rechazo a través de instrumentos verbales y extraverbales, como por ejemplo: llenando de apodos y mimos infantiles, que bloquean la autonomía del hijo en situaciones lejanamente sexuales (elección de la vestimenta, películas, libros), Estas elecciones tienen mucho que ver con lo sexual y supondrían una elección autónoma que debería ser la premisa para una elección sexual libre.
Se aceptan, a lo sumo, practicas auto eróticas. No obstante, cuando ciertas prácticas sexuales se vuelven “incontrolables”, la angustia de los padres se hace irrefrenable. Se recurre al psiquiatra y se llena de medicamentos calmantes al hijo.
En la medida en que continúa contemplado como un niño, la persona con SD ve negado el acceso a la sexualidad de los adultos.
Cabe destacar que el niño discapacitado
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