TÚ Y YO CONTRA EL TRABAJO INFANTIL

TÚ Y YO CONTRA EL TRABAJO INFANTIL

El trabajo infantil está presente en todo nuestro territorio, pero alguien se ha puesto a pensar ¿cómo se sienten los niños que trabajan?. Mi atrevimiento y curiosidad me pusieron no sólo a investigar la realidad, sino a experimentar con ella. Quise vivir en carne propia lo que sentían los niños y jóvenes que trabajan. Para ello, me hice vendedor ambulante por un día (como una vida extrema) vendí polos en la calle (en la fachada del Mega centro 3000 ¨CHOSICA¨) de noche y sinceramente no fue fácil. Hubo de todo. Sentí mucha timidez por el trato con personas desconocidas, indiferencia, burlas, algunos malos tratos, miradas de lástima, exigencia de rebaja en el precio, frío, hambre y tantas otras cosas, que ahora valoro en los niños y jóvenes que trabajan.

La frase: “Trabajo infantil” se refiere a cualquier trabajo que es física, mental, social y moralmente perjudicial para el niño e interfiere en su desempeño escolar, privándole de la oportunidad de ir a la escuela, obligándole a abandonar prematuramente las aulas o exigiendo que intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.

Cómo sería nuestra ciudad, nuestro país, nuestro mundo si cada uno de nosotros lucháramos contra la pobreza infantil ………. SERÍA LINDO, VERDAD?. No hay persona en el mundo que alguna vez no haya visto a un niño o niña entre 5 y 14 años desempeñando labores que no les corresponden.

En el Perú, el trabajo infantil es una cruda realidad, pues en la mayoría de los sectores pobres y en especial los de extrema pobreza pertenecientes a las zonas urbano-marginales y rurales es común ver a cientos de niños que se exponen a un modo de vida indigno que nosotros y la sociedad en general debemos esmerarnos en eliminar. Gracias al compromiso de algunos gobiernos y actores sociales (escuelas, universidades, medios de comunicación, las ONG, entre otros) el 12 de junio del 2002 se celebró por primera vez el día mundial contra el trabajo infantil, con el cual se dio a conocer la situación de explotación física y económica que padecen cerca de 5 millones de niños y niñas entre 5 y 14 años en diferentes países de América latina y el Caribe. (1)

El día a día nos muestra a niños pescadores, vendedores de un puesto en el mercado, ambulantes y lava carros que ofrecen sus servicios en las avenidas y calles más transitadas, canillitas, lustrabotas, cómicos, malabaristas, vendedores de caramelos en los vehículos de transporte público, cargadores de pesados bultos en los diferentes mercados de la capital, picapedreros, ladrilleros, etc. Hasta se puede apreciar que hay muchos niños que son usados o alquilados por sus padres para que sirvan como “ganchos o anzuelos” de venta. Los falsos padres, quienes llevan a los niños alquilados en sus brazos, apelan a la compasión de los compradores, los cuales se desprenden de algunas monedas para menguar la pobreza de esta supuesta familia.

En los pueblos andinos y de la selva peruana es muy frecuente ver a muchos niños y niñas que se despiertan a tempranas horas del día para ir a trabajar en las chacras o huertos cultivando, arando la tierra o cosechando los productos que luego servirán para la venta y el sustento familiar. Otros niños se dedican a la elaboración de tejas y adobes que se usan en la construcción de viviendas rurales.

La Policía Nacional del Perú está atenta al problema del trabajo infantil organizando programas como el “Programa Colibrí”, el cual, no es suficiente. Debemos recordar que esto depende de todos, empezando por la familia que es el núcleo de la sociedad. Las causas son múltiples: Pobreza, violencia familiar, falta de oportunidades, etc.

A través de este ensayo hago un llamado de atención a todos aquellos padres que por diversos motivos, sobre todo económicos,

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