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Un Mundo Sin Escuelas


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  8.053 Palabras (33 Páginas)  •  620 Visitas

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Un Mundo sin Escuelas por Ivan Illich

INTRODUCCIÓN

Presentamos aqui un fragmento del libro de Ivan Illich, After Deschooling What? 1973, publicado en castellano como Un Mundo sin Escuelas en 1977.

Si bien mi postura actual es extremadamente más radical que la de Illich (ver mi Editorial-Entrevista, "Educación, frenocracia y el filicidio universal") los conceptos de Iván han marcado siempre un rumbo fundamental en la mayoría de los temas que tratamos en el Foro Planetario. Como expongo en la citada entrevista, la situación humana es mucho más grave y no depende ya -no dependía tampoco en la época en que Illich escribe esto-de la mera desescolarización. Hemos equivocado auto-genocídicamente nuestro rumbo como especie, desde que encumbramos como centro de nuestra existencia cultural y societaria la actividad intelectual como fin en sí mismo. En aquella entrevista, como en otras notas que irán apareciendo en el Foro Planerario, expongo una visión organísmica y funcional de la existencia que coloca al intelecto y a la actividad mental en general en el único lugar que puede caberle para que no se convierta en foco de locura, decadencia y sufrimiento colectivo. Toda actividad mental que no esté directamente relacionada con las necesidades funcionales, organísmicas y globales de la existencia cotidiana REAL -no la inventada por la afiebrada imaginación de los onanistas religiosos, filosóficos y políticos- sólo puede conducir al deterioro físico y psicólogico creciente, y, finalmente, a la auto-inmolación de nuestra especie. Tal es la situación actual de la humanidad.

No obstante esta salvedad, los escritos de Illich ponen en evidencia magistralmente muchas de las falacias fundacionales de la sociedad occidental "moderna".

Sivainvi

Prefacio

En su número de septiembre-octubre de 1971, la revista Social Policy publicó un artículo de Ivan Illich en el que este autor fue un poco más allá de lo que había expuesto en su libro Deschooling Society. De hecho rebasó su argumentación sobre el tema de la desescolarización: llegó a especular con algunas ideas sobre cómo serían la sociedad y la educación si aquélla se implantara.

Solicitamos a continuación a varios educadores, serios y capaces, que escribieran sobre la reacción que les produjo el artículo de Illich. Cada uno de ellos consideró la idea de desescolarizar útil como un esquema que resume los problemas generales de la educación, pero difirieron al apreciar el grado en el cual las ideas de Illich son útiles y/o razonables fuera del contexto de su crítica.

En conjunto todos los artículos publicados en Social Policy, incluido el de Illich, proveen una estimulante exposición de los temas educativos básicos puestos en debate mediante el uso de la palabra anzuelo "desescolarizar", de modo que consideramos como una buena idea reunir esos artículos y ponerlos a disposición, en forma de libro, de un número mayor de personas.

Hemos añadido dos artículos tomados de otras publicaciones, el Saturday Review y el Harvard Educational Review. Consideramos que tanto Colin Greer como Herbert Gintis, en sus respectivas reseñas del libro de Ivan Illich, Deschooling Society, contribuyen en forma significativa a aumentar el alcance y la profundidad de los trabajos críticos aquí presentados.

Ivan Illich se ha convertido en una marca de referencia para todos aquellos implicados en el debate sobre la educación pública. Puesto que el problema educativo se ha convertido en algo crucial, y es además un reflejo de otros problemas de nuestra sociedad, consideramos que la comprensión de lo que Illich tiene que decir es de la mayor importancia.

DESPUES DE LA ESCUELA ¿QUÉ?

Iván Illich

LAS ESCUELAS están en crisis y también lo están las personas que se encuentran a cargo de ellas. La primera es una crisis dentro de una institución política, la segunda una crisis de actitud política. Esta última, la crisis de crecimiento personal, sólo puede ser atacada si se la considera distinta de aunque relacionada con la crisis de la escuela.

Las escuelas han perdido su hasta hace poco no cuestionado título de legitimadoras de la educación. La mayoría de sus críticos exigen una dolorosa y radical reforma, y existe una minoría, en rápido crecimiento, que no está dispuesta a aceptar nada que no sea la prohibición de la asistencia obligatoria a las escuelas y la inhabilitación de los certificados de estudios. La controversia entre los partidarios de la renovación y los partidarios de finiquitar el orden establecido pronto alcanzará su clímax.

Sin embargo, en la medida que la atención se concentra en la escuela podemos fácilmente pasar por alto una preocupación mucho más profunda: ¿qué es lo que debe ser la enseñanza? ¿Seguirá la gente considerándola como un servicio o mercancía que puede ser producido y consumido más eficientemente por un número mayor de personas si se hacen los arreglos institucionales pertinentes ? O debemos establecer sólo las reformas institucionales que protejan la autonomía del estudiante, su iniciativa personal a decidir qué es lo que debe aprender y su derecho inalienable a aprender lo que le gusta en lugar de aprender aquello que resulta útil a algún otro? Debemos escoger entre una educación más eficaz de personas adecuadas a una sociedad de eficacia creciente y una sociedad nueva en la cual la educación deje de ser la tarea de instituciones especializadas.

La escuela copia a la sociedad

En todo el mundo las escuelas son empresas organizadas y concebidas de modo que copian el orden establecido, ya sea que este orden se llamado revolucionario, conservador o evolucionista. En todas partes la pérdida de credibilidad pedagógica y la oposición a la escuela ofrecen una opción fundamental: ¿Debe ser tratada esta crisis como un problema que puede y debe ser resuelto mediante la introducción de nuevos métodos y planes escolares, y el reajuste de la estructura de poder existente, de modo que se adapte a los planes nuevos? O bien, ¿¿obligará esta crisis a alguna sociedad a encarar las contradicciones inherentes a la política y la economía de cualquier sociedad que se emita a sí misma a través del proceso industrial?

Las grandes inversiones en la enseñanza que se hacen en los Estados Unidos y en Canadá o en cualquier otro lugar sirven únicamente para hacer ver, en forma más evidente, las contradicciones institucionales. Los expertos nos

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