Una critica a la violencia

Una crítica política a la violencia

El humano y la brutalidad, ambos son caras de una misma daga. El hombre a presenciado y cometido atrocidades en nombre de muchas causas (algunas más estúpidas que otras) pero al final, solo son excusas para poder seguir matándonos.

En lo personal, me encanta cuando usan a Dios y la paz como excusas para iniciar guerras o masacres, porque me hace preguntarme ¿En qué momento torcimos tanto el concepto de Dios y su enseñanza sobre la paz que de manera casi literal trajimos el infierno a la tierra? y hablando de masacres, me gustaría mencionar un evento en particular (uno que todo mexicano debería conocer), la masacre del 68….. Sin entrar en detalles, fue resultado de las malas decisiones de un hombre débil jugando a ser fuerte, que creyó que valía más la imagen de un país “pacífico” sin protesta a la vida de un número incalculable (sin abusar del drama, literalmente no se pudieron calcular a ciencia cierta) de estudiantes.

Hoy, 58 años después de los eventos en la plaza de las 3 culturas, es triste saber que la violencia no se a detenido, aunque es curioso que pasaramos de un presidente violento a uno cobarde (una disculpa si suena contradictorio). Ahora bien, quizás no entienda cual es verdaderamente mi punto, si debemos o no usar la violencia, así que permítame explicarme: La violencia debe ser usada si así se requiere y contra quien sea necesario, pues como no está bien atacar con violencia a estudiantes y ciudadanos que exigen sus derechos, tampoco es correcto simplemente perdonar y hacer un “armisticio” con aquellos que rompen familias y hacen sangrar nuestra tierra.

Entonces, mi punto concretamente no es una postura contra la violencia, sino una postura contra cómo y hacia que se está utilizando. Tenemos por ejemplo que en países musulmanes mujeres, niños y valientes periodistas son masacrados mientras que en sitios más “civilizados” los verdaderos criminales, aquellos que solo porque sí decidieron segar vidas son tratados como a inocentes.

Me imagino que ya entendió de qué estoy hablando en todo este palabrerío, creo que ya sabe cual es la problemática que estoy planteando y sí ya entendió eso, pues es hora de hablar de soluciones.

Por más ridículo que le suene, creo que nuestra salvación es dejar de luchar por la paz, pues como dije al principio (y como nos muestra la historia) el concepto propio de esta está demasiado torcido y a perdido todo el resplandor que alguna vez tuvo.

La segunda solución que se me ocurre (y que me quita el sueño en ocasiones) es la del uso de la fuerza por completo. Hablo de atacar al crimen de tal manera que los criminales tengan miedo de salir a la calle, utilizar a las fuerzas armadas en operaciones de exterminio, porque como hemos visto, detener uno

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