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Provocativo antes que provocador, Damián Szifron pinta a la sociedad argentina con humor y violencia. Está hablando del director de la película. Es la crítica del diario Clarín


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2015  •  Informes  •  1.236 Palabras (5 Páginas)  •  91 Visitas

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Relatos salvajes: "aplastante y excepcional”

Provocativo antes que provocador, Damián Szifron pinta a la sociedad argentina con humor y violencia. Está hablando del director de la película. Es la crítica del diario Clarín. El diario de mayor circulación de la Argentina. Y añade: Y se ha dicho desde su presentación en mayo de 2014 en la competencia en el Festival de Cannes que los personajes -todos los personajes- de Relatos salvajes son seres más o menos comunes que se ven expuestos a situaciones que los desconciertan. Circunstancias que ciertamente son más fuertes de lo que ellos pueden aceptar. Y actúan en consecuencia. Como pueden. A veces, sólo a veces, sin medir los efectos. Porque aquí hay personajes con doble moral, como corderitos. Y otros que van de frente. ¿Qué les pasa a los protagonistas de Relatos salvajes? Lo inesperado, lo cruel; se encuentran con la violencia que haya una vía de escape; la indignación, el sentirse solo ante el mundo, y que lo pisoteen, que se le rían en la cara. O se preguntan cómo escapar de una situación apremiante. El filme habla también de la justicia por mano propia, o al menos hay personajes que intentan enmendar las cosas cuando la justicia -no la divina-, no aparece. No es que tarde en llegar. No llega nunca.

Presentada en sociedad como una película violenta, representativa de la realidad social, de hechos de todos los días, nosotros tratamos en particular el quinto relato. Lo haremos atravesándolo con nuestra mirada a partir de los conocimientos aportados por los autores indicados en la bibliografía. Comenzamos por un estado imaginado. No visualizado como escena, pero conjeturado. Con la existencia de un accidente protagonizado por un joven, el hijo de la familia.

El joven protagonista de la escena primera de nuestro relato, y como se expone en la reseña, atropella a una persona y huye. La persona en cuestión muere. Podemos distinguir desde los argumentos de Pierina violencia secundaria no por el accidente en si mismo, sino, en el abandono en que queda la persona atropellada y que de manera alguna recibe atención por parte de quien causo el accidente. A su vez nos preguntamos, por qué de ese accionar del joven que conducía el automóvil. De la misma pantalla, y siguiendo el guión, conocemos el entorno familiar del joven conductor. Una familia acomodada económica y socialmente. Con poder manifiesto. Conjeturamos la existencia previa de una violencia primaria que se ha ejercido sobre el muchacho. Su madre en un primer momento, y su padre con posterioridad, han establecido esa  violencia primaria, que se impone desde el exterior, siguiendo leyes heterogéneas al psiquismo en formación, para la constitución del yo. Las expectativas, deseos, imágenes y palabras de la madre sobre el infante (influenciada a su vez por las anteriores generaciones de mujeres: su madre, sus tías, sus abuelas...), han transmitido límites sobre lo posible y lo permitido para el bebé, se ha formado representaciones que nosotros conocemos como pictograma. Esta información es absorbida por el bebé para transformarla y hacerla propia, de acuerdo a su estructura psíquica. En la circunstancia en cuestión, esa información le ha proporcionado aires de posibilidades sociales que luego son caras a la vida en sociedad. La velocidad en exceso, la omnipotencia en su conducción en la vida misma, le traen aparejada una mala pasada.

Acongojado por su acto, acongojado por su responsabilidad, el joven llora. No puede con su realidad. Y su padre en primer lugar, y su madre más tarde creen interpretar cuál sería su destino si fuera a la cárcel: el fin. No lo podría soportar. Creemos interpretar conscientemente que ese sufrimiento prolongado en el tiempo pueda devenir en el deseo de no deseo, en un movimiento de desinvestidura del  objeto sin beneficio de otro objeto, trabajo propio de Tánatos, o que gane la pulsión de muerte. Esta es la postura tomada de Pierina Aulagnier. Y esta es la interpretación que podemos imaginar en la familia al buscar  un chivo expiatorio en un tercero. Alguien que si pueda sobrellevar la carga de la cárcel. Sabemos que en realidad lo que se pretende es evitar la responsabilidad manifiesta del joven, estando en principio a correr con los costos económicos que sean necesarios (en un primer momento).

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