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Violencia Intrafamiliar


Enviado por   •  1 de Julio de 2015  •  1.956 Palabras (8 Páginas)  •  270 Visitas

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Marco teórico.

Definir la violencia intrafamiliar del hombre hacia la mujer es aquella violencia que tiene lugar dentro de la familia, ya sea que el hombre comparta o haya compartido el mismo domicilio.

Alo largo de los años se ha presentado con frecuencia, que en los hogares, la mayoría de los incidentes de violencia intrafamiliar están registrados del hombre hacia la mujer. Se coloca al hombre como emisor de la violencia. Se piensa que la violencia es unidireccional, donde sólo un sujeto es el emisor y el otro el receptor, sin posibilidad de modificar.

La violencia en el hogar no necesariamente tiene que ver con la supervivencia del individuo, sino más bien con la idea de superioridad con que nos educan culturalmente, la superioridad masculina. Desde pequeños, los niños aprenden a responder agresivamente mientras que las niñas aprenden a ceder, pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar, etc., aspectos que no llevan al éxito ni al poder.

En este sentido, para mantener el “dominio” es más fácil utilizar la violencia que la expresión de sentimientos y emociones, esta incapacidad para enfrentar los problemas cotidianos lleva poco a poco a desarrollar respuestas violentas. La violencia familiar es una conducta aprendida que surge a raíz de inequidades sociales e implica el uso de la fuerza para causar un daño físico, verbal o sexual a quien la recibe. Se plantea que puede ser un acto u omisión intencional, ya que está dirigida a alguien con el objetivo de dominar o controlar a esa persona.

El hombre que ejerce la violencia contra su pareja ha aprendido que puede resolver los conflictos y conservar el poder por medio de la fuerza. Generalmente se considera la máxima autoridad dentro de su casa y no es violento con todo el mundo, sino que sabe utilizar la violencia con personas menos poderosas que él. Es cierto que el padre o esposo no es la única persona que ejerce la violencia en el hogar, sino que pueden ejercer otros integrantes de la familia, dependiendo del lugar que ocupe y la autoridad que tengan. Sin embargo, las personas más vulnerables de la familia son la mujer y las hijas e hijos, además de las personas ancianas o con discapacidad.

La violencia familiar está rodeada de prejuicios que condenan de antemano a las mujeres y justifican a los hombres violentos. Su medición se dificulta ya que la vergüenza, la culpa y la creencia de que es un asunto privado lleva a la población a minimizar la magnitud del fenómeno.

Existen diferentes formas de clasificar las manifestaciones de la violencia doméstica contra las mujeres:

1. Abandono.

Se refiere al incumplimiento de obligaciones por parte de quien está comprometido a proveer cuidados y protección. Puede reflejarse en la alimentación, higiene, control o cuidados rutinarios, en la atención emocional y del desarrollo psicológico o en necesidades médicas atendidas tardíamente o no resueltas. También abarca el abandono en lugares peligrosos y la negación de ayuda cuando la mujer está enferma o herida.

2. Violencia física.

Comprende un amplio rango de agresiones: desde un empujón o un pellizco hasta lesiones graves con secuelas físicas permanentes, o la muerte misma.

Incluye acciones tales como jalonearla, abofetearla, jalarle los cabellos, torcerle el brazo, golpearla con el puño, patearla, arrojarle objetos, provocarle quemaduras, apretarle el cuello, o agredirla con algún tipo de arma. Las consecuencias siempre son traumáticas. Su rango de gravedad desde el punto de vista físico va desde hematomas, heridas, fracturas, lesiones en órganos internos, hemorragia, abortos hasta conmoción cerebral y muerte.

3. Violencia emocional o psicológica.

Engloba una serie de comportamientos dirigidos al menoscabo de la autoestima de la mujer. Comprende acciones de menosprecio a su persona o sus ideas, insultos, amenazas, celos y posesividad, críticas a lo que hace y la forma en que lo hace, burlas, comparaciones desfavorables con otras personas, dejar de hablarle, resaltar defectos, poner sobrenombres ofensivos, tratarla como menor de edad, destruir objetos personales, proferir amenazas verbales contra ella o sus hijos e impedirle frecuentar a familiares y amigos.

Consecuencias del maltrato psicológico son, entre otras, la baja autoestima, sentimientos de miedo, ira, vulnerabilidad, tristeza, humillación y desesperación.

También puede provocar trastornos psiquiátricos como desánimo, ansiedad, estrés postraumático: de personalidad; abuso o dependencia de alcohol, tabaquismo y otras sustancias nocivas; ideación o intento de suicidio entre otros.

4. Violencia sexual.

Son conductas que obligan a la mujer a la realización del acto sexual sin consentimiento ni deseo explícito, hostigamiento sexual, críticas a su comportamiento sexual, comparación denigrante con otras mujeres, uso de objetos en la vagina y violación. También abarca forzarla a relaciones sexuales sin protección contra el embarazo y/o las enfermedades de transmisión sexual, acusarla falsamente de actividades sexuales con otras personas, obligarla a ver películas o revistas pornográficas o exigirle observar a la pareja mientras ésta tiene relaciones sexuales con otra mujer. Entre las consecuencias físicas del maltrato sexual se encuentran: lesiones o infecciones genitales, anales, del tracto urinario y oral y embarazo.

Muchas mujeres toman decisiones de interrumpir los embarazos así generados mediante procedimientos muy riesgosos y sin ningún tipo de apoyo familiar, lo que representa un grave problema para su integridad física y emocional.

5. Violencia económica.

Es el ejercicio abusivo del poder que incluye el control y manejo por parte del hombre de dinero, propiedades y, en general, de los recursos de la familia.

Algunas de sus manifestaciones son: exigir a la mujer todo tipo de explicaciones cada vez que requiere dinero; dar menos del necesario a pesar de contar con él; inventar falta del dinero; gastar sin consulta previa cantidades importantes; disponer del dinero de ella; tener a su nombre propiedades derivadas del matrimonio; privar de vestimenta, comida, transporte o refugio a la familia. Esta violencia se presenta, también, asiduamente en la vejez, al ser despojadas las mujeres por sus propios hijos de sus escasos recursos.

Aunque posiblemente

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