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Visión analítica comparativa de China e India como potencias asiáticas

alejandrorosaEnsayo5 de Octubre de 2015

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  1. Introducción.

El crecimiento económico de China e India en las últimas décadas ha sorprendido al mundo entero, lo que sumado a las características geopolíticas de cada uno hace necesario un análisis comparativo de ambos. Lo anterior, permitirá contar con la argumentación necesaria para observar las capacidades y vulnerabilidades que tiene cada uno y así entender las características propias para desempeñar un rol de potencia.

Para el desarrollo del presente trabajo, se efectuará un análisis demográfico, sistema de gobierno y estabilidad interna, auge económico, defensa, liderazgo en la región e influencia mundial. Con estos antecedentes se podrá visualizar, bajo una mirada prospectiva, las ventajas y limitaciones que cada uno presenta para asumir el rol de potencia, tanto en el contexto regional como mundial.

Lo anterior, se empleará como argumentación para demostrar que ambos Estados tienen intereses comunes en diversos temas multilaterales de relevancia mundial en donde la posibilidad de puntos de conflicto no deben descartarse. Sin embargo, se plantea que, ante la eventualidad de producirse una controversia, ésta sería solucionada de forma pacífica. Lo anterior, se fundamenta en la estrecha relación de colaboración y cooperación que han alcanzado en materia bilateral. En consecuencia, China e India deben promover por la estabilidad de sus relaciones y concentrarse en dar respuesta a sus propias limitaciones que podrían afectar a su crecimiento económico, objeto convertirse en las potencias asiáticas y globales del siglo XXI.

  1. Argumentación:

  1. Visión analítica comparativa de China e India como potencias asiáticas:
  1. Análisis demográfico:

China e India son países que cuentan con la mayor cantidad de población en el mundo con 1.357 y 1.250 mil millones de habitantes, respectivamente. Sin embargo, ese orden - 1º y 2º lugar – podría invertirse en las próximas décadas a raíz de las medidas adoptadas para control de natalidad que tiene a China con una tasa inferior al 1%, y por otra parte India continua con una tasa superior al 10%. En este sentido, parece necesario destacar en términos geopolíticos que India al año 2050 puede alcanzar a los 1.700 millones de habitantes, considerando el peso político que entrega la relevancia demográfica. Asimismo, la mitad de la población de India tiene menos de 25 años de edad. Esta es una ventaja con respecto a China, quien debe preocuparse por el problema de envejecimiento de su población.

India está ubicada en la península del Indostán con una superficie total de 3.287.595 km2, donde presenta un relativo aislamiento del resto de los países asiáticos por los mares que lo rodean sumada a la cordillera de los Himalaya que limita al país por el norte. Lo anterior, permite explicar de alguna forma las medidas o políticas en materia interna, relaciones vecinales y participación en el concierto internacional, donde se condicionan de manera importante fundamentalmente por su característica geográfica, como así también por su relevante demografía. La distribución de la religión en India es otra característica que explica lo variado de su población. Un 80,5% de su población es hindú, más de 138 millones son musulmanes y más de 20 millones de cristianos y de sijs. En este caso, la orientación religiosa toma un carácter geopolítico porque la distribución no es homogénea en el territorio, con musulmanes en Cachemira y los cristianos y sijs son mayoritariamente de Kerala y Pendjad, respectivamente.

Por otro lado, China es el tercer país más grande del mundo con una superficie total de 9.596.961 km2 y cuenta con la mayor cantidad de población del planeta. Tiene 183 ciudades con más de un millón de habitantes (que podrían aumentar a 220 al año 2025) y donde un 40% de su población (540 millones) vive en ciudades, a las que emigrarían más de 300 millones en las próximas dos décadas. Sin embargo, se observan factores que podrían afectar su desarrollo económico en una mirada prospectiva debido a que la población de China pasará de 1.450 millones en 2025 a 1.417 millones en 2050, lo que sumado al continuo envejecimiento (mayores de 60 años) que se proyecta desde el actual 12% a un 31% de su población en ese rango para el año 2050[1].

  1. Sistemas de gobierno y estabilidad interna:

India se independizó del Reino Unido a mediados de 1947 (28 estados federados y siete territorios que forman la Unión India) donde se reconoce a nivel global como la democracia más grande del mundo. Durante gran parte de la vida independiente del país, el gobierno federal ha sido dirigido por el Congreso Nacional Indio (INC). Sin embargo, la estabilidad interna se ha visto amenazada porque los territorios indios poseen una diferente estatura demográfica, lo que sumado a las disparidades en los niveles de crecimiento demográfico –se debe hacer presente que el ingreso per cápita es de US$1.498,9[2]- pueden llegar a provocar efectos políticos por este desequilibrio demográfico interno. De mantenerse estas disparidades entre el norte, pobre y cada vez más poblado, y el sur de India, con riquezas y con un mayor control de natalidad, puede suponer la potencialidad de rivalidades políticas y en consecuencia, inestabilidad interna.

La República Popular de China es un Estado que ha desarrollado su crecimiento desde una base ideológica comunista desde el año 1949, sin embargo desde diciembre de 1978 inició una serie de reformas para avanzar hacía una economía de libre mercado, abriendo el país al comercio y permitiendo las inversiones extranjeras. A contar de ese momento, China se proyectó como una de las economías más dinámicas y crecientes del mundo, con lo cual ha logrado un ingreso per cápita de US$6.807[3] (cuatro veces mayor que India). Sin embargo, existe la percepción de la transformación de la sociedad –por la apertura de China al mundo- que genera una sensación inseguridad y amenaza en los dirigentes del Partido Comunista chino a medida que se torna más desarrollado y rico el país.

  1. Auge económico:

India inició una política de apertura hacia el exterior (economía de mercado) a contar de 1990, lo que le ha permitido ser una de las diez economías más grandes del mundo con un PIB de más de US$ 1,877 billones. En este sentido, se pueden destacar en materia de desarrollo las siguientes áreas: industria farmacéutica, en el campo de la biotecnología, producción de programas informáticos (software) y la industria espacial. Sin embargo, este crecimiento no crea los lugares de trabajo necesarios para absorver el mencionado crecimiento poblacional. Junto con lo anterior, se visualiza el problema de la autosuficiencia alimentaria, como consecuencia del empobrecimiento de las tierras agrícolas y la falta de agua. En este sentido, se puede apreciar la necesidad de India por importaciones de trigo desde EE.UU. y Australia, observándose una vulnerabilidad estratégica por este elemento. En materia de hidrocarburos –gas y petróleo- la situación no es diferente y podría aumentar la dependencia en los próximos años. Los requerimientos de gas podrían tener solución a través de gaseoductos desde Irán, sin embargo China también necesita de esos recursos lo que puede generar un punto de conflicto entre ambas naciones. Respecto del petróleo, India importa el 70% de sus requerimientos.

Otro de los inconvenientes que se presentan en India es el déficit público que limita la capacidad de inversión para desarrollo de infraestructura en carreteras, ferroviarias, aéreas y portuarias. En consecuencia, la proyección de India en materia económica debe centrarse en continuar en la ruta del crecimiento con  énfasis un mejoramiento de la infraestructura, permitiendo una mayor oportunidad en fuentes de empleo para la disminución de la pobreza.

En otro escenario, China está catalogada como la segunda o más bien la primera economía del mundo (fuente: Fondo Monetario Internacional - FMI). En efecto, un informe del FMI indica que China ha pasado a representar desde un 2% del PIB Mundial hace ya más de tres décadas al actual 16,479%, medido en Paridad de Poder Adquisitivo - PPA (EE.UU. actualmente representa un 16,277% en ese informe).

El crecimiento económico supone un aumento de requermientos de materias primas. Durante el año 2005, China consumió el 29% del hierro del mundo, 22,5% de aluminio, 21,6% de cobre, 28,6% de zinc y 15,2% de níquel[4]. Al año 2009, el consumo de cobre de China aumentó al 35,9% de la producción mundial debido a un crecimiento de su producción de acero. En términos de productos agrícolas, China a logrado la autosuficiencia alimentaria, no requiriendo básicamente de la importación de trigo o arroz y muy baja cantidad de maiz, aunque si se mantiene como un gran importador de soja. Es así como China importa 4 veces más hierro que India (4,8% del consumo mundial)[5].

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