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Biografias

leidy051624 de Octubre de 2013

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Porfirio Barba Jacob

(Seudónimo de Miguel Ángel Osorio Benítez; Santa Rosa de Osos, 1883 - México, 1942) Poeta y periodista colombiano polémico e influyente, cuya obra suele clasificarse dentro de un modernismo ecléctico. En su primera juventud fue un sencillo maestro de escuela rural en Antioquia, donde fundó la campesina Escuela de la Iniciación. A los 23 años, habiéndose trasladado de Antioquia a Barranquilla, comenzó a publicar sus primeros poemas, entre ellos la Parábola del retorno, muy conocida en Colombia. Después, con algunos amigos trovadores colombianos, se trasladó a México.

Comienza así una vida de incesante recorrido por varios países de América, siempre alternando su tarea de periodista con su vocación de poeta. Establecido en Monterrey, fundó en esa ciudad la Revista Contemporánea y fue jefe de redacción del periódico El Espectador. Por sus ataques al régimen porfirista pasó seis meses en la cárcel, de la cual fue sacado por los revolucionarios. Posteriormente colaboró en México capital con El imparcial y El independiente, así como en la revista El Porvenir. De México se vio obligado a huir al publicar el reportaje periodístico titulado "El combate de la ciudadela narrado por un extranjero", que relata los sucesos que siguieron al asesinato del ex presidente Francisco Madero.

Pasó entonces a Guatemala en 1914, donde dejó honda huella literaria. Ese año su amigo el poeta y cuentista guatemalteco Rafael Arévalo escribió su mejor cuento, titulado El hombre que parecía un caballo, relato que se refiere a Barba-Jacob y que, al mismo tiempo que dio notoriedad al autor, señaló el inicio del forjamiento de la leyenda del poeta colombiano. También de Guatemala tuvo que huir, dejando a medio publicar su obra Tierras de Canaán.

En 1915 viaja por segunda vez a Cuba (ya había visitado la isla en su primer viaje hacia México), donde compone sus poemas Canción

innominada,Elegía de septiembre, Lamentación de octubre, Soberbiay Canción de la vida profunda, que es su poema más célebre. Tras pasar algunos meses en Nueva York, se trasladó a Honduras, donde fundó el diario Ideas y Noticias en un pueblito del norte, La Ceiba. De Honduras pasó a El Salvador el 7 de junio de 1917, día en que ocurrió el terremoto que destruyó la ciudad. Porfirio Barba Jacob escribió como homenaje su folleto El terremoto de San Salvador, narración de un sobreviviente. Regresado a Monterrey, fundó el periódico El Porvenir, que llegaría a convertirse en un gran diario del norte de México.

En 1920 se encontraba de nuevo en México capital, escribiendo crónicas espantosas y sensacionalistas, como la serie de cinco reportajes titulada Los fenómenos espíritas en el palacio de la Nunciatura. Los relatos se desarrollaban en el palacio que había sido destinado para residencia del Nuncio

Durante el año 1921 dirigió la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, adonde fue a visitarlo el escritor español Ramón del Valle Inclán. Tuvo que dejar ese cargo debido a sus escándalos. El año siguiente fue expulsado igualmente de México a causa de las diatribas lanzadas contra el gobierno de turno. Volvió de nuevo a Guatemala, y logró hacer del periódico El Imparcial el más importante de toda Centroamérica. Viéndose expulsado de este país y luego también de El Salvador, se disfrazó de cura y se dedicó a la predicación a lo largo de las plantaciones bananeras de Honduras.

En 1925 regresó por tercera vez a Cuba, donde simpatizó con los fundadores del partido comunista, pero un año más tarde estaba dirigiendo el periódico La Prensa de Lima. Caído en desgracia ante el gobierno de Perú, después de vagar largo tiempo en ambientes de miseria, el embajador de Colombia lo repatrió a su país. Habían transcurrido 20 años desde su salida. Durante tres años recorrió diversos pueblos y ciudades de Colombia dando recitales de sus poemas. También se desempeñó como jefe de redacción de El Espectador de Bogotá. Más tarde viajó de nuevo a Cuba, donde se encontró con el poeta español Federico García Lorca.

Finalmente, en 1930 se le abrieron de nuevo las puertas de México, y allí publicó durante varios años, en el periódico Excélsior, su columna "Perifonemas", en una prosa magistral, no igualada por ningún otro periodista contemporáneo de

América. Lastimosamente, sus artículos no han sido recogidos en un volumen. Por otra parte, el propio Barba Jacob no estimaba mucho su producción, dado que entendía su profesión de periodista como una mera forma de ganarse la vida. Nunca se preocupó de publicar sus propios versos, pues jamás se sentía satisfecho con sus escritos, sino que los pulía continuamente, pero sus poemas aparecieron en las más prestigiosas revistas del continente.

Todavía en vida del poeta, sus amigos le publicaron tres recopilaciones: Rosas negras (1932, en Guatemala), Canciones y elegías (1933, en México) yLa canción de la vida profunda y otros poemas (1937, en Manizales). Una cuarta recopilación fue publicada póstumamente en una imprenta oficial, con el títuloPoemas intemporales (1944). Murió en Ciudad de México consumido por la marihuana, el alcohol, la tuberculosis y la miseria.

El conjunto de su obra muestra un estilo modernista anacrónico, lleno de palabras altisonantes, pero con un ritmo emocionado, angustioso, sincero y pasional. Influido por Baudelaire, tiene más vida interior que imaginación, y temperamento más romántico que modernista; se acerca unas veces a la belleza formal de Rubén Darío, a la delicadeza de Amado Nervo, al vigor de Santos Chocano y al sentido trágico de José Asunción Silva, en una agitación lírica menos irregular que su vida misma; fue indudablemente un gran poeta.

José Asunción Silva

(Bogotá, 1865 - 1896) Poeta colombiano. En la historiografía literaria suele reconocérsele como el gran iniciador del modernismo en Hispanoamérica, que el nicaragüense Rubén Darío llevaría a la cúspide.

Dotado de una gran sensibilidad humana y artística y de una notable inteligencia, tuvo una formación literaria precoz, resultado de un ambiente familiar cultivado y creativo: José Asunción Silva era hijo del escritor costumbrista y acomodado comerciante Ricardo Silva, un hombre elegante, de refinado gusto y descendiente de aristocráticos granadinos emparentados con el general Santander. Doña Vicenta Gómez, hermosa dama bogotana y madre del poeta, era hija del diputado Vicente Antonio Gómez Restrepo, quien desempeñó importantes labores en los primeros años de la República de la Nueva Granada y falleció tempranamente.

De los hijos del matrimonio Silva-Gómez sólo llegaron a edad adulta José Asunción, Elvira y Julia, falleciendo en la infancia Alfonso, Inés y Guillermo. Esta temprana relación con la muerte marcaría al poeta. Ya a los dos años de edad, José Asunción tenía fama de prodigio en Bogotá. Parece ser que a esa edad ya sabía leer, escribir e incluso pintar.

Algo que sin duda marcó su infancia y juventud fueron las tertulias literarias que su padre organizaba, bien en la casona del barrio de La Catedral, bien en el almacén dedicado a la venta de objetos suntuosos. A estas tertulias asistían no sólo miembros del grupo El Mosaico, escritores costumbristas como José Manuel Marroquín, José María Vergara y Vergara, Salvador Camacho Roldán, Ricardo Carrasquilla y José David Guarín, entre otros, sino que también don Ricardo cultivaba amistades dentro de la política. Radical sin fanatismo, fue amigo de José María Samper, Rufino José y Ángel Cuervo, Jorge Isaacs, Francisco Javier Zaldúa y Teodoro Valenzuela.

En enero de 1869 José Asunción ingresó al Liceo de la Infancia, dirigido por don Ricardo Carrasquilla. Como el niño de tres años recién cumplidos ya sabía leer y escribir, no entró al primer curso sino a dos más avanzados, al lado de compañeros que le aventajaban en edad como José Rivas Groot, Andrés de Santamaría y Juan Evangelista Manrique. En este colegio uno de sus institutores, Nicolás Esguerra, lo apodaría con el mote de "José Presunción". El 2 de marzo de 1870 nació Elvira Inés Silva Gómez, quien llegaría a ser la más cercana confidente de su hermano. Aunque los biógrafos insisten en describir a José Asunción como un niño triste, tímido e introvertido, sus poesías dedicadas a su infancia la recuerdan con nostalgia y dulzura.

En febrero de 1871 José Asunción Silva ingresó en el Colegio de San José, regentado por Luis María Cuervo, hermano mayor de Ángel y Rufino José. Conoció por entonces a Alirio Díaz Guerra, a quien lo uniría una fuerte amistad. Rafael Pombo, amigo de su padre, le hizo llegar un ejemplar de "El cuervo", de Edgar Allan Poe.

Fue la relación con Rafael Pombo y con Jorge Isaacsuna de las más duraderas y fecundas, tanto para José Asunción como para Elvira Silva. A los diez años, con motivo de su primera comunión, escribió un poema sobre el tema. En 1877 Silva y otros niños ingresaron al Liceo de la Infancia, esta vez regentado por el presbítero Tomás Escobar, pariente de doña Vicenta Gómez; tres años más tarde, concluidos sus estudios, abandonó el colegio, que terminó clausurado por un ruidoso proceso en el que tomó parte activa el ya entonces virulento escritor José María Vargas Vila.

La vida apacible de esos años dio un vuelco para los Silva: la situación económica de la familia, aunque aún holgada, fue golpeada primero por las drásticas medidas del gobierno radical y, después, por la pérdida de buena parte de la herencia de

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