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Biografías Ecnomicas


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2014  •  2.113 Palabras (9 Páginas)  •  153 Visitas

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GABRIEL ROSAS VEGAS (1939 – 2014)

Fue mi entrañable amigo y confidente. Un sabio y afectuoso consejero durante el último cuarto de siglo de mi vida.

Lo conocí en junio de 1988 cuando fue nombrado ministro de Agricultura por el presidente Virgilio Barco (1986-1990) y yo era gerente de la Federación Nacional de Arroceros y presidente de la Junta Directiva de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Hasta su reciente fallecimiento disfruté de su amistad y mantuvimos una estrecha relación en el ámbito familiar y alrededor de nuestras respectivas actividades intelectuales y laborales.

Fue un hombre genuinamente austero en su vida pública y privada. Disciplinado, riguroso, exigente, al mismo tiempo sencillo y cariñoso.

Gabriel fue antes que todo un humanista y un hombre profundamente cristiano. Dio testimonio pleno de sus valores y principios en su condición de hijo, esposo y padre. He allí los atributos esenciales que lo distinguieron como un ser humano ejemplar, y que conformaron los elementos clave de la arrolladora fuerza moral de su personalidad.

Quienes tuvimos el privilegio de encontrar siempre abiertas las puertas de su hogar y un sitio en su mesa de comedor o en su sala de trabajo al lado de nuestras familias, hacíamos parte en realidad de una rica tertulia interminable de discusiones, reflexiones y enseñanzas acerca de la economía, la historia, la cultura, la política y hasta del fútbol, el deporte que más amó y practicó con excelencia.

Fue un hombre genuinamente austero en su vida pública y privada. Disciplinado, riguroso, exigente, al mismo tiempo sencillo y cariñoso.

En el ministerio de Rosas se creó Finagro, el ICR yFAG, destinados a combatir la exclusión financierade los agricultores más pobres.

El académico

Su sólida formación profesional fue el producto de un proceso que nunca cesó desde que lo emprendió en la Universidad Nacional, donde obtuvo su grado de economista. Fue un académico consumado y ser lector fue, sin duda, el principal entre todos sus oficios habituales: estudiante, escritor e instructor, sin pausa ni descanso, en especial en materias económicas, en hacienda pública y en desarrollo rural.

Adelantó también un programa de posgrado en México en el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, y, además de Ministro, desempeñó múltiples responsabilidades y cargos que enriquecieron su vasta experiencia de hombre multifacético, entre las que se destacan varias posiciones en el entonces Banco Cafetero; Secretario del Ministerio de Hacienda; Viceministro de Hacienda; Gerente de la Corporación Central de Ahorro y Vivienda; Secretario Ejecutivo del Consejo Interamericano de Comercio y Producción; Representante a la Cámara; Senador de la República; Presidente Ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café; Coordinador Técnico de la Comisión del Gasto y de las Finanzas Públicas. También fue consultor privado.

En el mundo de la academia, fue Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Javeriana; Director del Hospital Universitario San Ignacio; Profesor en las Facultades de Economía de las Universidades Javeriana, del Rosario y Externado de Colombia, e Investigador Asociado de Fedesarrollo.

Aparte de este vasto recorrido por el sector financiero, la hacienda pública, la política cafetera, la Universidad y el Congreso, Gabriel tuvo una íntima cercanía con los jesuitas, con Carlos Lleras Restrepo y con Luis Carlos Galán, de quienes recibió una gran influencia, y a quienes, al mismo tiempo, les aportó su huella en la orientación de sus respectivas misiones nucleares, ya fuera en lo social, en lo económico o en lo político.

A pesar de no haber sido alumno en los bancos de la primaria, el bachillerato o la universidad de los padres de la Compañía de Jesús, podría afirmarse que fue un miembro seglar de su comunidad, dados sus fuertes vínculos con la Javeriana y sus directivos, y con la Fundación Social cuando estuvo bajo la dirección axiológica de aquellos.

Con Lleras y Galán

Su sólida formación profesional fue el producto de un proceso que nunca cesó desde que lo emprendió en la Universidad Nacional, donde obtuvo su grado de economista.

Con Carlos Lleras tuvo una relación muy especial. Lo conoció, acompañó y asesoró como pocos, principalmente durante la etapa posterior a su gestión como presidente de la República y hasta los últimos días de su existencia. Fue asesor del contenido económico de las notas editoriales y de artículos del célebre semanario Nueva Frontera que recogió el ideario económico y político del ex mandatario. Allí afianzó Gabriel con sobresaliente erudición sus fundamentos de la social democracia. También fue su insuperable biógrafo, lo cual dejó plasmado en su libro El Pensamiento Económico de Carlos Lleras Restrepo, publicado en 2008.

Lleras, a su turno, fungió como el fecundo hilo conductor que conectó las vidas de Rosas y Galán, quienes desde entonces sellaron con insobornable lealtad mutua su identidad política en torno de lo que luego fue el Nuevo Liberalismo, hasta el asesinato de ese compañero suyo sin par el 18 de agosto de 1989. Fue su más confiable, idóneo y respetado guía. Al día siguiente nos dimos cita en la entrada del Capitolio Nacional para entrar juntos allí y darle el último adiós al líder inmolado, y para saludar a Gloria, su esposa, y al ex presidente Lleras Restrepo y su señora Cecilia, quienes se hallaban al lado de sus restos.

Su paso por el Gobierno Barco

El legado que nos dejó Gabriel tras su paso por el Ministerio de Agricultura reviste una importancia singular. Cabe subrayar que durante su gestión el país alcanzó la mayor área cultivada de la historia y, por consiguiente, la más alta producción registrada de los principales rubros y materias primas de origen agropecuario que componen la canasta alimentaria de los colombianos. Esta política agraria logró mitigar el impacto de los precios de los alimentos en la inflación gracias a un más oportuno y adecuado abastecimiento de la demanda interna a partir de la producción local bajo selectivos y puntuales mecanismos de apoyo, todo sin desmedro de las condiciones de eficiencia y competitividad de la economía rural. Asimismo, se crearon centenares de miles de nuevos empleos rurales.

De otra parte, Gabriel le dio un profundo vuelco al sistema de financiamiento agropecuario, poniéndolo a tono con las nuevas realidades de la economía mundial y el sector financiero. Tras ese propósito

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