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Carl Panzram

TORRES18006 de Octubre de 2011

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CARL PANZRAM

"Yo reformo a las personas que tratan de reformarme y la manera de hacerlo, es matándolas..."

Carl Panzram.

Sin lugar a dudas Carl Panzram fue uno de los hombres más peligrosos de su tiempo, como ladrón y asesino serial tiene un lugar asegurado en la historia pero también lo tiene por ser una de las más visibles víctimas del fallido sistema penal norteamericano de principios del siglo pasado. Nació en un pueblito llamado Warren del estado de Minnesota el 28 de Junio de 1891. Hijo de John y Matilda inmigrantes de origen prusiano y de ocupación granjeros que como la gran mayoría de los de su tipo en ese tiempo, vivían casi en la miseria. Las jornadas de trabajo comenzaban con el amanecer y terminaban al anochecer sin que sus esfuerzos coronaran en riqueza. Tuvo cinco hermanos y una hermana, todos ellos honestos y laboriosos granjeros, características que Carl no compartía pues según propias palabras desde siempre había sido un ladrón y mentiroso.

Cuando tenía 7 años, sus padres se separaron. Aunque hablando con mayor exactitud, un día su padre salió de casa para no regresar jamás. Después del divorcio de facto, la familia enfrentó peores tiempos de estrechez económica. Panzram relata que sus hermanos por cualquier motivo y en cualquier momento agarraron la costumbre de apalearlo sin misericordia. El día que se introdujo en la casa de unos vecinos para robar dinero y pertenencias y fue descubierto por uno de sus hermanos, recibió una paliza tremenda hasta quedar desmayado. A causa de este primer gran robo, Carl fue enviado al reformatorio juvenil en 1903. Llegando al Minnesota State Training School el recibimiento fue de lujo: un oficial le ordeno al chico desnudarse por completo y procedió a revisarle el pene y el recto a la vez que le interrogaba acerca de sus costumbres sexuales. Básicamente deseaba saber si había sido fornicado o sodomizado y hasta si se había masturbado. Aquello fue el pequeño gran comienzo de lo que sería su vida en aquel sitio.

A principios del siglo pasado las instituciones correccionales carecían de supervisión externa. Por lo que el gobierno y la vida interna eran asuntos completamente en manos de los encargados en turno. Lo cual implicaba la existencia y tolerancia de abusos que hoy día resultan inimaginables. Eso considerando que aún hoy día la vida en un reformatorio juvenil o en cualquier cárcel puede ser un infierno.

La enseñanza cristiana era impuesta con enorme severidad como parte del programa para reformar a los delincuentes. Cualquier falla o demora en aprender las lecciones era rápidamente castigada. Panzram carecía de instrucción escolar y fallaba seguido en las lecturas y en el aprendizaje por lo que muy pronto cayó víctima de palizas y reprimendas. Desde esos días la asociación entre cristiandad e hipocresía habría de cristalizar en su persona. En vez de conocer valores, ética o moral, fue acumulando odio y enojo hacia la sociedad.

Carl Panzram con su alias de Jeff Davis.

Después de incontables castigos con cinturones, y palas de madera la venganza llegó a Panzram cuando gracias a un ingenioso dispositivo de su creación prendió fuego a uno de los edificios del reformatorio, mientras disfrutaba al máximo el espectáculo del fuego, instalaciones federales con valor de $100.000 dólares ardían hasta los cimientos. A fines de 1905 Carl Panzram compareció ante el comité de libertad del reformatorio, armado de la mayor hipocresía convenció a los miembros del jurado que era otro chico, ya reformado por las enseñanzas cristianas de los maestros del lugar. Pero según propias palabras "Había aprendido mas de como mentir, robar, incendiar y matar que otra cosa... aparte de que había conocido otros usos para el pene aparte de orinar y de otras cosas para las que podía servir el ano..." Cuando su madre lo llevó de vuelta a su casa, Carl Panzram era otra persona, se había tornado silencioso y oscuro. Sin embargo muchas otras preocupaciones poblaban la vida de su madre, que no podía lidiar con un chico rebelde y problemático. A pesar de las circunstancias, Panzram siempre guardó resentimiento contra ella. Al principio la señora contaba con el amor y respeto de su hijo, pero gradualmente estos se tornaron en desaprobación y odio pues "...ella era muy tonta para enseñarme algo bueno."

Negándose a trabajar incansablemente en la granja, Panzram convenció a su madre para enviarlo a otra escuela, sin embargo pronto comenzó a tener problemas con un maestro quien frecuentemente lo castigaba a cintarazos.

Armó un plan para asesinarlo enfrente de todos y para tal efecto llevó una pistola a la escuela, pero en un forcejeo con otros muchachos, el arma cayó ruidosamente al suelo. Inmediatamente fue expulsado del lugar. Pocos días después y contando 14 años, Carl Panzram abandonó para siempre su granja de Minnesota para abrazar la vida de vagabundo. Trepó al vagón de un tren con rumbo incierto pensando que el propósito de su vida sería el de robar, engañar y hacer daño a todo aquel que se cruzara por su camino.

Pronto le ocurriría una nueva gran desgracia al jovencito Carl Panzram cuando un día se encontró con unos sujetos que acampaban quienes le prometieron conseguirle ropa limpia y un buen lugar para dormir. Pero antes de eso, le pidieron algo a cambio... y los cuatro hombres lo sometieron a una cruel violación tumultuaria sirviendo de absolutamente nada los lloros y las suplicas que externo Panzram. Si quedaba algo de humanidad, misericordia y simpatía en el espíritu del joven vagabundo, el vil acto al que fue sometido terminó por extinguir esos sentimientos para siempre. Durante mucho tiempo esta sería su vida, viajando de un lado para otro sin mas propósito que el de sobrevivir, durmiendo en vagones de trenes cargueros. Robando y pidiendo limosna para poder comer. Siempre cuidando su espalda de otros pordioseros y aún de los oficiales ferroviarios, hombres a veces de mayor cuidado que los propios vagabundos.

Carl Panzram con su alias de Jefferson Rhoades.

En 1906 cae de nuevo en un reformatorio juvenil, esta vez del estado de Montana donde rápidamente adquiere reputación de criminal nato. Un día ataca brutalmente a un guardia a quien le había agarrado tirria de tantos maltratos que le propinaba. A la primera oportunidad cuando el guardia le dio la espalda lo golpeó en la cabeza con un tablón de madera. Por aquel acto recibió numerosas palizas y fue puesto bajo rigurosa observación. La única forma de salir del aprieto era escapar del lugar, propósito en el que se le unió un compañero llamado Jimmie Benson con quien finalmente lo logra en el año de 1907. Juntos viajaron con rumbo al este robando y quemando iglesias, actividad de primerísima importancia para Panzram que mostraba especial encono contra todo aquello que oliera a religión. Así se mantuvieron por cerca de un mes, cargados de dinero robado y armas hasta que decidieron tomar caminos separados.

En el invierno de 1907 Panzram aún siendo adolescente se encontraba tomando en un bar del pueblo de Helena en Montana, lugar por cierto donde la ley, era la del revolver y cuyos habitantes se componían de cazadores, peleteros y pescadores rudos. Dentro del tugurio escuchó un discursillo dictado por un reclutador de la armada. Esa noche y tras mentir acerca de su edad, Panzram se enlistó en la armada de los Estados Unidos y fue enviado al fuerte William Henry Harrison ubicado en una remota región de Montana. Desde el primer día de actividades fue acusado de diversos cargos por insubordinación.

Durante el mes que perteneció al ejército fue encarcelado numerosas ocasiones por sus constantes ofensas y desobediencia crónica. Era imposible de controlar y con frecuencia aparecía en estado de ebriedad. Era simplemente imposible que Panzram se ajustara a cualquier clase de régimen disciplinario, fuera civil o militar. En Abril de 1908 fue descubierto cuando se había introducido a los almacenes del cuartel militar para robar diversas provisiones con las cuales planeaba desertar y luego venderlas. Entonces fue sometido a juicio en un tribunal militar que en aquellas épocas castigaba con excepcional firmeza los delitos cometidos por hombres del ejército. La sentencia final dictaba la expulsión de Panzram sin honores ni compensación y tres años de trabajos forzados en la penitenciaría federal de Leavenworth en Kansas y fue ratificada por William H. Taft, futuro presidente de los Estados Unidos que en ese momento fungía como secretario de Guerra.

Tras un paradisíaco viaje de 1000 millas en tren, encerrado sin alimento ni agua junto a otros criminales peligrosos, Panzram arribó a la prisión federal ubicada en las cercanías del río Missouri en medio de una vasta planicie de Kansas. Leavenworth era una vieja prisión usada durante la guerra civil para guardar prisioneros de guerra. Por aquella época había caído en abandono por falta de fondos y mantenimiento sin embargo los nuevos prisioneros eran empleados como fuerza de trabajo para remodelar y reparar las instalaciones del lugar. A mediados de 1908 y contando 16 años, Panzram cae en esa terrible fortaleza, donde era impuesta una férrea disciplina de silencio para los prisioneros. Aquella imposición era parte de los usos y costumbres penales que se creía idónea para reformar a los prisioneros. Todos los días los hombres debían formarse en los patios no importando el clima imperante y cualquier desobediencia al código de silencio era castigada rápida e implacablemente.

Debido a su naturaleza rebelde e incorregible Panzram pronto se vio envuelto en graves problemas con los celadores. Eran frecuentes las palizas que recibía

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