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1.2.1 OPINIONES FAVORABLES

Esa trascendencia social de la abogacía ha sido reconocida en todos los tiempos, aunque cambie también su concepto debido al propio proceso de transformación de las sociedades y del derecho.

Solon, al reglamentar en grecia su ejercicio, exigia “ser libre y de buenas costumbres” .Ciceron califico al abogado de óraculo de la ciudad por su importantísima función de consejero. Robespierre estimo a los abogados “apoyo de la inocencia y azote del delito”

Se daba ya al abogado, entonces, una calidad militante, activa en la lucha por la esperanza y la vida de los que sufren.

El titulo XXIV del libro segundo de la recopilación de leyes de los reynos de las indias organiza el ejercicio de la abogacía en las colonias españolas de america , con normas de tal precisión ética que muchas de ellas deeberian ser reproducidas en los actuales códigos de ética forense

Partiendo de los presupuestos de legalidad para su ejercicio, solamente por titulados (ley 1) se establece que los abogados juren que no abogaran en causas injustas (ley III) y que paguen los daños que infieran a alas partes por su malicia o culpa. (ley IV).

En defensa del principio de independencia del abogado frente al cliente se ordena que el honorario se concierte al iniciar la gestión (ley VI) y se prohible la cuotalitis, al disponer.

“ que ningún abogado sea osado de concertarse con aquel a quien ha de ayudar para que le de parte de la cosa que se demandare, y si lo hiciere no pueda usar el oficio con el o con otro”

Eduardo Couture, que ingresa ya entre los clásicos de los estudios sobre la abogacía por la bella prosa de sus mandamientos del Abogado, califica de casi divina la misión de la defensa y deja para la reflexión de la posterioridad uno de los mas precisos juicios sobre la función de la abogacía como lucha por la libertad. La abogacía es un constante servicio a los valores superiores que rigen la conducta humana. La profesión demandada en todo caso, el sereno sosiego de la experiencia y el adoctrinamiento en la justicia; pero cuando la anarquía, el despotismo o el menosprecio a la condición del hombre sacuden las instituciones y hacen temblar los derechos individuales, entonces la abogacía es militancia en la lucha por la libertad.

“la abogacía es el ministerio de paz social. Su fin es la justicia”, desde el momento en que la sociedad se organiza por los cauces ordenadores de la norma jurídica, utiliza el derecho como vehículo para alcanzarla. El derecho no es el fin de la abogacía, porque contingente y transitorio, se transforma en relación a la estructura material de la sociedad a la que sirve y consiguientemente en determinado momento histórico resulta injusto por parcial o anacrónico”2

En fin, podríamos hacer la antología del pensamiento universal de todos los tiempos, que reconoció la elevada misión social del abogado, desde el patrono ilustrado en cuyo verbo está el destino de la esperanza y la vida de los que sufren hasta el abogado de la era nuclear en cuya conciencia reposa, en mucho, la responsabilidad por el destino de la humanidad.

1.2.2 JUICIOS DESFAVORABLES

Pese a esta trascendencia, la abogacía de defensa que es sobre todo abogacía de litigio porque

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