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Enfrentamiento Inca


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  2.794 Palabras (12 Páginas)  •  351 Visitas

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Distribución e Historia

Ocuparon el mismo territorio que en milenios pasados fueron habitados por indígenas como los de Valdivia, Chorrera, Guangala, Bahía de Caráquez y otras, siendo los manteño-huancavilcas sus descendientes directos. Es decir, que se trata de sociedades nativas adaptadas a la realidad geográfica y ecológica del espacio costero, que como sabemos se destaca por la diversidad de zonas de vida, relieve, clima y características naturales. Desde este punto de vista y siendo la cultura un fenómeno permanentemente acumulativo, es de entender que tanto los manteños como los huanca vilcas, asimilaron costumbres anteriores, expresadas en las formas de sobrevivencia, en la tecnología y por cierto en las tradiciones rituales y ceremoniales.1

Los españoles los describieron como una tribu con apariencia impactante por su costumbre de deformarse el cráneo y trasquilarse, dejándose una corona a "manera de fraile". También tenían como ritual religioso extraerse los dientes incisos a temprana edad como un sacrificio al dios sol. Eran conocidos por ser una raza guerrera y también se presume practicaban la sodomía (Punáes

Comercio

Los manteños fueron grandes navegantes que surcaron el océano hacia Centroamérica (México)[cita requerida], Perú y Chile. Sus principales mercancías de exportación y comercio eran la concha spondylus, tejidos de algodón, objetos de oro, plata, cobre y espejos de obsidiana.2 3

Hicieron del comercio una de sus principales actividades económicas, de lo que se deduce el dominio del mar y el uso de embarcaciones que les permitía realizar extensos recorridos, incluyendo las importantes islas “sagradas” como La Plata y Salango, esta última fue la sede de un importante cacicazgo, cuya población tenía como actividad sobresaliente el comercio y el intercambio de productos de la costa pacífica, como textiles, orfebrería y principalmente la concha Spondylus para fines rituales.4

La explotación de la concha tiene antecedentes muy antiguos, puesto que en Salango esta actividad aparece desde la época de Valdivia, pasando por Machalilla, Chorrera, Guangala, Bahía, hasta la época manteña (Norton, 1984: 10, ss) Los manteño-huancavilcas han dejado sus testimonios en la franja costera de las provincias de Manabí, Santa Elena, Guayas y El Oro. Los asentamientos del sur, entre otros fueron los de Colonche, Puná y en el Golfo de Guayaquil... tuvieron una subsistencia basada en la agricultura, adaptada a las condiciones climáticas de la zona, que se caracteriza más bien por seca, salvo en las partes altas donde el nivel de humedad es mayor.4

Guerras Incas

Primera batalla

El Imperio de los Incas invadió la parte sur de lo que hoy es el actual Ecuador conquistando a los Cañaris. Luego de esa victoria, los Incas conquistaron sin muchas dificultades la parte central de la sierra hasta llegar a la zona de Quito.

Instalado en Quito, Túpac Yupanqui recibió una embajada que le enviarón los Huanca vilcas y los Chonos, quienes con el propósito de aprovechar de sus conocimientos le pidieron que les enviara una delegación para que les instruyeran en las doctrinas Incaicas.

Ambicionando la península de Santa Elena y su territorio, envió a lo más grandioso de su ejército a proponer una alianza a los pueblos que la habitaban, para trabajar unidos por la paz y el progreso del Tahuantinsuyo.

Cuando los emisarios Incas llegaron fueron recibidos con aparentes muestras de gran júbilo, pero poco antes de su partida fueron sorprendidos por los Huanca vilcas que les dieron muerte a todos. Los infelices delegados perecieron martirizados a manos de los indómitos habitantes del actual trópico ecuatoriano.

Huanca vilcas (Chonos y Punáes), en connivencia, acabaron con los crédulos delegados del Inca, ahogándolos en las profundidades del Golfo de Guayaquil, y celebrando luego un grandioso festín donde devoraron a los pocos que aún quedaban con vida. Los pueblos Huanca vilcas engañaron astutamente a Tupac-Yupanqui y mataron a todos sus emisarios.

Tupac-Yupanqui no pudo vengar la afrenta, debido a que exigencias relacionadas con el manejo del imperio lo obligaron a regresar al Cuzco. Parece que fue tan grande la ira que esto ocasionó al monarca Cuzqueño que enfermó gravemente y de dolor murió, no sin antes recomendar a su hijo y sucesor Huayna - Cápac, que tomase venganza o muriese en la contienda.5

Segunda batalla

Terrible fue la ira del nuevo monarca Huayna Cápac, alistó un poderoso ejército de orejones y abandonando las regiones del septentrión ecuatoriano, bajó a las costas en son de guerra. Sabedores de estos sucesos los Huancavilcas y viendo que no podían ofrecer resistencia al conquistador, pensaron implorar clemencia y en estas duras cavilaciones estaban cuando algo inusitado iluminó el cerebro del más anciano de los Caciques de la Confederación.

El mismo viejo Curaca, ducho en el arte de la diplomacia y la política, ofreció a su nieta para embajadora. Bien lo sabia él, hombre de mar, curtido en muchas pescas, que el hombre más valiente tiembla ante un bello rostro y que no hay mejor componedor que una mujer hermosa.

Y así sucedió en efecto, lo cuentan viejos Cronistas: pues, a la altura de Yaguachi, Huayna — Cápac vio venir un singular concurso de gentes Huanca vilcas, presididos por los Caciques y Curacas y numerosas vírgenes, que en completa formación presentaban a los ávidos ojos del enemigo la hermosa piel canela de la mujer tropical, bronceada por las irreverentes caricias que del sol reciben.

Espectáculo tan hermoso sedujo al joven monarca que era buen catador del sexo débil. Las doncellas avanzaban por en medio de su tropa llegándose hasta el Inca y allí se postraron, tocando el suelo con sus frentes en señal de respeto y sumisión. El aire estaba lleno de dulces melodías salidas de los instrumentos de viento que soplaban sin cesar y el olor a finas esencias rompía el horizonte, haciendo más embriagadora la escena.

Una de las vestales se levantó resueltamente y en lengua de Mantas del Sur habló:

¡Oh, gran señor, depón tu cólera y óyeme! Soy la elegida de mi pueblo para implorar tu perdón; cuando joven, el mar me regaló una promesa y las ondas me dieron sus secretos. Soy de Colonche, del linaje de los Cayche; sal significa mi apellido, pero dulce es mi ser como mi pueblo, mi rostro oval refleja la poesía de mi nombre y en mi carne cimbreante están las virtudes de mi raza, la brisa fresca y marina me acompaña y yo os imploro el perdón de la raza Huanca vilca!.

El joven Huayna Cápac, que la había escuchado,

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