Ensayo De Machupicchu
denissanteroque1 de Agosto de 2011
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Personajes[editar] PrincipalesDon Andrés Aragón y Peralta, es el viejo mencionado al inicio del relato. Es el jefe de la familia más poderosa de la villa de San Pedro de Lahuaymarca, región típicamente feudal de la serranía peruana. En su mejor momento, don Andrés acapara muchas tierras desplazando a otros latifundistas o señores feudales, así como a los comuneros indios. Luego se vuelve alcohólico y su entorno familiar se disgrega: sus hijos se pelean entre ellos y su esposa también empieza a beber, decepcionada de su familia. Antes de suicidarse ingiriendo veneno, don Andrés maldice a sus dos hijos, don Fermín y don Bruno, a quienes acusa de apropiarse ilegítimamente de sus propiedades, y lega por testamento sus últimos bienes a los indios.
Don Fermín Aragón de Peralta, es un frío hombre de negocios, representante del capitalismo nacional. Ambicioso y obsesionado por el poder económico, aspira llevar el progreso económico a la sierra desplazando el orden tradicional. Cree que la modernización es necesaria para lograr un cambio en el Perú, pero con una dosis de nacionalismo. Sin embargo no puede competir con una trasnacional minera a quien vende su mina de plata; con el dinero obtenido incursiona en la industria pesquera, comprando fábricas de harina y conservas de pescado en el puerto de Supe; asimismo decide ampliar y modernizar su hacienda serrana de «La Esperanza». Al final de la novela será herido de bala por su propio hermano, don Bruno.
Don Bruno Aragón de Peralta, es el terrateniente de la hacienda «La Providencia», donde tiene sus colonos o siervos indios. Es violento con sus trabajadores a quienes golpea y azota sin piedad, y abusa sexualmente de las mujeres, siendo esto último su deporte preferido. Ante la llegada de la modernización, defiende el mantenimiento del sistema feudal, pues cree que sólo este asegura que sus indios se sigan manteniendo «puros», lejos de la corrupción del dinero, posición que lo enfrenta con su hermano mayor, don Fermín. Es también un fanático religioso pues considera que la preservación de dicho sistema tradicional es un mandato divino que debe cumplir. A la mitad de la novela, y luego de conocer y embarazar a una mestiza llamada Vicenta, se produce un cambio en su conducta: se dedica a hacer el bien, distribuyendo sus tierras a los indígenas y ayudando a otros comuneros en sus luchas contra los gamonales. Termina como justiciero, ejecutando al malvado gamonal don Lucas e intentando asesinar a su hermano, lo que le acarreará la prisión.
Demetrio Rendón Willka, es un indio o comunero libre de Lahuaymarca. Es un hombre sereno, sabio, paciente, lúcido, valiente, astuto, heroico y casto. Es representante de la nueva conciencia de los indios, aquella que pretende romper con la anticuada estructura social, pero preservando sus aspectos más positivos, como la comunidad social, a fin de contrarrestar los efectos nocivos de la inminente modernización. Representa pues, una opción de desarrollo en contraste con el proyecto de modernización de don Fermín y la defensa del viejo sistema feudal de don Bruno. Rendón Willka es el primer hijo de comuneros que llega a Lima, donde vive durante ocho años en barriadas, trabajando como barrendero, sirviente, obrero textil y de construcción. Aprende a leer en una escuela nocturna y pasa por la cárcel, donde tiene una toma de conciencia político-religiosa. Toda esa experiencia lo hace sentir un hombre renovado y regresa a su tierra decidido a encabezar la lucha por la liberación de los indios. Llega al pueblo poco después de la muerte de don Andrés y se pone al servicio de don Fermín como capataz de la mina. Luego don Bruno lo nombra administrador de su hacienda «La Providencia». Encabeza finalmente el alzamiento de los indios y su fin es heroico pues muere fusilado por las fuerzas del orden.
[editar] SecundariosLa kurku Gertrudis, una jorobadita enana que es violada por don Bruno, fruto de lo cual aborta un feto con cerdas.
Vicenta, la mujer de don Bruno, de quien tiene un hijo, el niño Alberto.
Matilde, la rubia esposa de don Fermín, una señora «linda y dulce».
Nemesio Carhuamayo, primer mandón o capataz de los indios de la hacienda «La Providencia» de don Bruno.
Policarpo Coello, segundo mandón o capataz de los indios «La Providencia».
Adrián K’oto, primer cabecilla de los siervos indios de «La Providencia».
Santos K’oyowasi, segundo cabecilla de los siervos indios de «La Providencia».
Justo Pariona, indio perforador de la mina.
Anto, criado de don Andrés. Su patrón le regala un terreno en La Esmeralda, donde eleva su casa. Cuando la compañía minera expropió el terreno, no quiso abandonar su propiedad y se voló con dinamita junto con las máquinas aplanadoras de terreno.
Hernán Cabrejos Seminario, costeño piurano, ingeniero jefe de la mina de Apar’cora. Es un agente encubierto de la Wisther-Bozart. Cuando esta transnacional se adueña de la mina (que adopta el nombre de compañía minera Aparcora) es nombrado como su gerente. Muere asesinado a manos de Asunta de la Torre.
Gregorio, mestizo, chofer del ingeniero Cabrejos y a la vez músico tocador de charango, que se enamora de Asunta de La Torre. Muere en una explosión que ocurre dentro de la mina.
Perico Bellido, joven contador al servicio de don Fermín.
Don Alberto Camargo, capitán de la mina de don Fermín.
Felipe Maywa, alcalde varayok de la comunidad indígena de Lahuaymarca.
El alcalde de San Pedro, Ricardo de La Torre.
Asunta de La Torre, una joven de familia aristocrática del pueblo de San Pedro, hija del alcalde. Tiene unos 35 años de edad y una fisonomía española. Es pretendida por don Bruno, a quien rechaza. Simboliza la virtud y la pureza. Asesinará al ingeniero Cabrejos, culpable de la desgracia de su pueblo que sucumbe ante la voracidad del consorcio minero.
El subprefecto Llerena, mestizo, a sueldo de la compañía Wisther-Bozart.
Don Adalberto Cisneros, «el cholo», indio, señor de Parquiña, es la encarnación del latifundista malvado. Abusa despiadadamente de los indios comuneros de Paraybamba, a quienes arrebata sus tierras. Amenaza con adquirir las haciendas de don Bruno y don Fermín.
Don Aquiles Monteagudo Ganosa, joven de familia blanca, de hacendados, viaja por Europa y retorna para vender sus dos haciendas a don Adalberto.
Don Lucas, es otro gamonal desalmado, que no paga jornales a sus trabajadores y mantiene a sus indios hambrientos y harapientos. Es asesinado por don Bruno.
El Zar, es el apodo del presidente de la compañía minera Aparcora. Es malvado y homosexual.
Palalo, fiel servidor y compañero íntimo de El Zar.
El ingeniero Velazco, otro representante de la compañía minera Aparcora.
Don Jorge Hidalgo Larrabure, ingeniero que renuncia de la compañía Aparcora pues no está de acuerdo con sus métodos.
[editar] ResumenLa novela se inicia con la aparición de don Andrés Aragón de Peralta, jefe de la familia más poderosa de la villa de San Pedro de Lahuaymarca, en la sierra del Perú. Don Andrés, ya viejo, se sube al campanario de la iglesia del pueblo y desde allí maldice a sus dos hijos, don Fermín y don Bruno, a quienes acusa de apropiarse de sus tierras; asimismo, anuncia su suicidio, dejando en herencia a los indios todos los bienes que aun conservaba. En efecto, se retira a su casa e ingiere veneno.
Los dos hermanos, don Fermín y don Bruno, viven en perpetua discordia. Don Bruno es dueño de la hacienda «La Providencia» donde viven varios centenares de indios como colonos o siervos. Don Bruno es un católico tradicional y fanático, que se opone a que el progreso llegue a sus tierras pues cree que eso corromperá inevitablemente a sus indios, al inoculárseles el llamado veneno del lucro. Un rasgo característico de don Bruno es su ardor sexual desenfrenado que lo lleva a poseer y violar a muchas mujeres, de toda raza, edad y condición social. Por su parte, don Fermín es el propietario de la mina Apark’ora, que trata de explotarla prescindiendo de la voracidad de las empresas transnacionales. Don Fermín representa al capitalismo nacional y desea que el progreso y la modernidad lleguen a la región, oponiéndose así a su hermano. Pero para explorar la mina necesita como trabajadores a los indios de Bruno, quien acepta entregárselos, a condición de que lo deje vivir en paz en sus tierras. Es entonces cuando entra en escena Rendón Willka, un «ex indio», es decir un nativo transculturado, que ha vivido varios años en Lima y que ha perdido parte de su herencia cultural, pero que ha conservado sus valores tradicionales más valiosos. Rendón Willka es contratado como capataz de la mina, pero tiene ya el soterrado propósito de encabezar la lucha por la liberación de sus hermanos de raza y cultura.
Don Fermín empieza a explorar la mina Apark’ora en busca de la veta principal, para lo cual empieza a usar la mano de obra de unos 500 indios enviados por don Bruno. El sistema de trabajo que impone es el de la mita, es decir por turnos, pero los indios no reciben jornal y solo se les da alimentos. Estos indios laboran como lampeadores y cargadores, mientras que otros obreros especializados trabajan como jornaleros. Para continuar su proyecto don Fermín calcula que necesitará más suelos con agua, por lo que enfoca su interés en las tierras de su hermano y en las de los vecinos de San Pedro. Empieza por comprar tierras de algunos de estos vecinos.
Pero el consorcio internacional Wisther-Bozart, que ha puesto sus miras en la mina, infiltra en ella al ingeniero Cabrejos para que boicotee las labores y haga fracasar la exploración;
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