Eraclio Zepeda

marzo de 1937 en Tuxla Gutiérrez, Chiapas.

A través de sus relatos, el escritor relató historias que acontecen a lo largo de más de cien años de vida del pueblo de Chiapas. Creó un personaje, llamado Ezequiel Urbina, álter ego que hace de narrador de conflictos tales como la Guerra de la Reforma, la guerra contra los franceses, etc., desde su servicio en el ejército, al que ingresa para vengar la muerte de su padre. El estilo resultante es una combinación de una narrativa que describe hechos históricos sumados a la investigación a la que está abocado. Algunos lo clasifican de escritor "indigenista", tipificación que él rechazó, aduciendo que él escribía sobre los indios porque "eran las personas que mejor conocía, si hubiera conocido cosmonautas hubiera escrito sobre cosmonautas".

Su obra principal fue una tetralogía compuesta por 4 novelas, la primera dedicada al agua, titulada Las grandes lluvias, la segunda se centra en el fuego, llamada Tocar el fuego, el libro siguiente se refiere a la tierra, Sobre esta tierra, y el último lo quiere dedicar al aire, con El viento del siglo. El autor también hubo de cultivar otros variados géneros literarios, escribiendo la obra de teatro El tiempo y el agua (1960), poemas reunidos en obras colectivas La espiga amotinada (1960) y Ocupación de la palabra (1965), también libros juveniles como Un tango para hilvanado (1987), Ratón-que-vuela (1999) y Horas de vuelo (2005).

Estudió Antropología Social en la Universidad Veracruzana. Fue profesor en la Universidad de Oriente, en la Escuela de Instructores de Arte de La Habana, y en el Instituto de Lenguas Extranjeras en Pekín; fue también corresponsal de prensa en Moscú, promotor cultural, comentarista de radio y televisión; director general de Radio Universidad Nacional Autónoma de México, director del Festival Internacional de Cultura del Caribe, y cumplió funciones de embajador de México ante la UNESCO.

Zepeda militó en el Partido Obrero y Campesino de Chiapas y en el Partido Comunista Mexicano. Viajó por Cuba, China y Rusia durante la década del ‘60, por varios países de Europa y Sudamérica, viviendo y trabajando. Transitó por la ruta de Marco Polo de Jerusalén a Pekín, participando en programas de turismo y de promoción cultural.

A lo largo de su trayectoria recibió los premios Chiapas de Arte (en 1983), el Premio Nacional de Cuento por “Asalto Nocturno” (en 1974), y el Xavier Villaurrutia (1982), por “Andando el tiempo”.

Autor Indigenista

Para entender los cuentos de Zepeda hay que fijar donde tienen lugar: en Chiapas. Chiapas es uno de los estados de México, localizado en el sureste. Es el estado con mayor volumen de población indígena del país. Tiene 4 millones habitantes, un millón son de antecedencia indígena y 250 mil de ellos no hablan español. Ellos hablan sobre todo el Tzotzil y otros lenguajes de origen maya como chol, tojolabal, mam y lacandón. Aproximadamente 40 por cientos son analfabetos. El autor chiapaneco justamente célebre por la felicidad verbal con que narra historias de su tierra nativa, ha ejercido el oficio de vivir desde múltiples perspectivas militante comprometido, lírico de obra considerable (miembro del grupo que publicó en los anos sesenta el volumen colectivo de poesía La espiga amotinaga). El microcosmos prodigioso de maravillas y pesares que es Chiapas se manifiesta con vívida precisión en las sucintas descripciones y los diálogos lacónicos con los que Zepeda trae a cuento, literalmente, al acontecer de hombres y mujeres que encarnan- a pesar de su lejanía geográfico- cultural- la condición humana como resumen de fatalidades y siempre precarios momentos d libertad. Los cuentos de Benzulul son enmarcados dentro de lo que la critiqua denomina “el ciclo de Chiapas” y que incluye entre otros autores a Rosario Castellanos, tratan sobre todo del mundo indígena. Universo reducido al parecer habitado por los antiguos dioses mayas, beneficios y crueles, y que en forma inquietante dilata sus limites de modo que el lector moderno puede sumergirse en el y reconercerse. El escritor chiapaneco narra historias de su tierra nativa y ha ejercido de vivir desde múltiples perspectivas. La mirada del autor cubre con un velo solidario y fraternal los sufrimientos y las esperanzas de sus personajes: los indígenas chiapanecos. En Benzulul Zepeda atribuye el profundo pesimismo del libro al ambiente político particularmente represivo de los anos 50. Los protagonistas de Benzulul se mitifican con base en lo mágico. Por ejemplo en “ Vientooo” , el cuento en que el viejo protagonista Matías, especie de brujo, tanto confie en sus conocimientos de la naturaleza, que se deja picar por una víbora por que esta no lo puede matar en la noche sin luna- y por que es su nahuatl. Cuando al final se despejan las nubes, lo que anuncia el fin del mal tiempo, acaecen de una vez la salvación de las tierras, ansiada por Matias, y su propia muerte. Matías yace en otra concepción de lo real. Zepeda tiene un papel como promotor cultural en su propio país y en el extranjero, es sobre todo cronista de un mundo- el de los tzotziles y tzeltales- cercado por la “civilización” depredadora del México mestizo y criollo. Aunque es considerado por muchos como un escritor indigenista, Zepeda no está de acuerdo con la clasificación. “Escribí sobre indios porque eran las personas que mejor conocía, si hubiera conocido cosmonautas hubiera escrito sobre cosmonautas, pero mis personajes siempre fueron hombres y mujeres, de ninguna manera fueron figuras de cartón o de paja”.

Estudios

Cursó el bachillerato en la Universidad Militarizada Latinoamericana, donde formó un círculo de estudios marxistas con Jaime Labastida, Jaime Augusto Shelley y Nils Castro. Cursó estudios de Antropología Social en la Universidad Veracruzana (UV), formación profesional que junto con su muy activa militancia política de izquierda tiene reflejo en sus propuestas literarias. Reconocido principalmente como cuentista, es autor de los volúmenes Benzulul (1960), Asalto nocturno (1975) y Andando el tiempo.

Escritor

Además que sus relatos cortos han sido reunidos en compilaciones como Eraclio Zepeda de bolsillo (1989). El autor chiapaneco, sin embargo, ha cultivado muy diversos géneros literarios, como ejemplifican la obra de teatro El tiempo y el agua (1960); los poemarios colectivos La espiga amotinada (1960) y Ocupación de la palabra (1965); la Elegía a Rubén Jaramillo (1963); los libros para niños Un tango para hilvanado (1987), Ratón-que-vuela (1999) y Horas de vuelo (2005) y las novelas Las grandes lluvias (2005) y Tocar el fuego (2007).

Es miembro del Sistema

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