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Juan Radrigán y su vida


Enviado por   •  1 de Octubre de 2019  •  Documentos de Investigación  •  1.883 Palabras (8 Páginas)  •  272 Visitas

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Juan Radrigán y su vida

“Elegí el teatro porque era el traje que mejor se ajustaba a mi desnudez interior” (Juan Radrigán).

        Juan Radrigán fue uno de los dramaturgos más destacados de la escena nacional y latinoamericana, alcanzando gran notoriedad con una escritura cruda y de denuncia social de la realidad de los sectores de los sin voz, durante el periodo de la Dictadura Militar en Chile. Al respecto, él señala: “en ese tiempo estaba absolutamente prohibido casi todo, sobre todo el diálogo. Entonces, el teatro era un diálogo que no podían prohibir. Era el único medio de que disponíamos nosotros” (Radrigán, documental  La tierra señalada, 2010).

        Su dramaturgia marca con un cambio radical la temática del sujeto marginal que se había trabajado en los años 60 (Hernández, Aguirre, Wolff, Díaz), ya que convierte “a los marginados sociales en los personajes no solo centrales, sino únicos dentro del espacio dramatúrgico” (Hurtado, Piña, 1998:10).

        Radrigán Invita al espectador a vivir un conflicto existencial a través de la trama dramática, en donde hay una constante lucha por construir un lugar en la nada, siendo la existencia un acto valórico por sí  mismo.

        A continuación, repasaremos los aspectos relevantes de su biografía que nos permitirán analizar su obra desde una mirada más amplia, puesto que existe una estrecha relación entre vida y teatro. Para dar cuenta de lo anterior, nos basamos en el documental La tierra Señalada de ------ que recopila sus vivencias y obra, además de utilizar algunas de las entrevistas y discursos hechos por el autor.

        Juan Lautaro Radrigán Rojas nace un 23 de Febrero de 1937 en Antofagasta, Chile. Su madre era profesora de una oficina salitrera y su padre, mecánico agrícola.  Nunca asistió a una escuela, debido al trabajo itinerante de su padre. Finalmente, es la madre, quien se encarga de su educación junto con la de sus tres hermanos. Desde muy pequeño fue un gran lector lo que, sin duda, marcó sus primeros acercamientos hacia la literatura. Radrigán en Memorias del Olvido señala:

 “No recuerdo cuando aprendí a leer, pero sí recuerdo que mis primeras lecturas fueron los tristísimos ojos de mi madre, los maravillosos parajes del sur, las secas tierras del norte, y cientos de rostros y de cuerpos averiados por una implacable pobreza. Esas interminables lecturas me enseñaron muchas cosas sobre los hombres y el mundo, cosas todas relacionadas con el sufrimiento humano” ( 2000:17).

         Su origen marginal sella lo que será su dramaturgia: el reflejo de una humanidad quebrantada por la pobreza y el dolor, pero aun así con la esperanza de un lugar donde existir.

        El creador vive el abandono de su padre a muy temprana edad, lo que genera que su madre vuelva al hogar de su abuelo, en Santiago. Radrigán comenta este episodio en La Tierra Señalada:

“Tengo la visión de él no más que se iba no más. No sé por qué agarró un caballo y se fue por un camino así. Es medio romántico, pero no tiene nada de romántico. Y desapareció. Entonces, mi madre, eso sí que lo recuerdo, agarró todas las cosas y las quemó  y se puso a mirarlas y después nos fuimos. Volvimos a Santiago. A la casa de su padre. Éramos nómadas.” (2010).

        Ya de adulto, se desempeña como obrero textil y nunca deja de cultivar su gusto por la escritura. Incursiona en la poesía, narrativa y ensayo. Cabe destacar que, paralelamente, asume un rol como dirigente sindical. Esta actividad le cuesta su trabajo durante el Golpe Militar de 1973:

“Después del 73 ya no me metieron a ninguna industria, porque siempre fui presidente de sindicato. Me tenían mala, no me amaba ningún industrial, por eso me vi obligado a hacer otra cosa. A vender libros que, curiosamente, es lo más cercano en realidad”.

        Por ese entonces, se desempeña en oficios múltiples que le permiten adentrarse de lleno en la dramaturgia. En 1979, irrumpe en la escena nacional con Testimonios de la muerte de Sabina, bajo la dirección de Gustavo Meza, acaparando la atención de la crítica nacional ante la obra de este autodidacta. Hasta ese momento Juan Radrigán  solo había visto dos obras teatrales en su vida, que eran El rey se muere  y La ópera de los tres centavos de Bretch. Ante su inexperiencia frente al rubro de las artes escénicas, el autor comenta:

Un día me puse a escribir. Puse el nombre de la derecha y lo que respondía a la izquierda, de ahí pa bajo. Eso debe ser el teatro. Me resultó muy fácil y atractivo. Ahora el por qué, habría que preguntarle al peral por qué da peras. No sabemos esas cosas. Cuando lo sepamos van a dejar de ser importantes.

        Desde ese momento, no deja de escribir. El autor cuenta con más de treinta obras dentro de su producción y en todas ellas “el dramaturgo que hay en Juan Radrigán asoma la cabeza y embiste con sus personajes sin dar tregua a1 espectador” (Mayorga,: 1979).

-Radrigán y dictadura

- Premios y obras

        Muere a los 79 años de edad, el 16 de octubre de 2016, producto de un cáncer al pulmón.

Nosotros escribimos por estupor, por no comprender lo que sucede. Todas las obras de teatro son una pregunta final. Es lo que uno logra instalar, una pregunta para ser discutida  y compartida

Tuve tres hermanos. Una murió de cáncer y los otros dos están muriendo de indiferencia, pero no lo saben. Siempre que los visito me dicen “¡Cómo te has puesto de viejo, Juan, metiéndote en tanta barbaridad! Son nobles, sencillos y tienen la franqueza irrebatible del agua, pero no vamos por el mismo camino ni dejaremos la misma huella.

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