Memorias De Juan Francisco Latorre

　　　　Nací en Valdivia de Chile. Me críe junto a mis padres y mi hermana durante 3 años en el pueblo de Los Lagos. Mis padres se separaron y tuve que ir a vivir a Valdivia con mi madre y mi hermana, ahí estuve por 14 años y luego me fui a la casa de mi padre junto a su pareja y mis 2 hermanos pequeños. Desde chico he mantenido una identidad personal mas o menos estable, siempre mostrándome bastante activo, tanto física como mentalmente, egocéntrico y un poco introvertido o "introvertido verde" como dirían algunos psicólogos, completamente llevado a mis ideas, o terco, que es lo mismo. No recuerdo haber sido violento en ningún punto de mi vida, ni tan pacífico como para dejarme pasar a llevar, aunque a decir verdad no tengo muchos recuerdos de la infancia por lo que baso estas memorias en el periodo de los 13-18 años, que es mi edad actual. Pasando por muchos colegios por mi comportamiento energético e incluso cansador, nunca entablé la amistad conocida como "el/la amigo/a de siempre" por lo que no tuve una persona con la que conversar sobre temas que aquejan, sin embargo siempre tuve constantes visitas al psicólogo, esto generó una pequeña dependencia a la ayuda, panorama que cambia en octavo básico, edad en la que conocí a mi mejor amigo quien fue un importante apoyo en la adolescencia -aun acechante-. Poco a poco estos sucesos permitieron que se vaya forjando una identidad más allá de lo personal, una que tiene relación con la persona/grupo. Esta desde los 12 años se encontraba media dormida, abriendo los ojos de vez en cuando para mirar que es lo que ocurría o cuando algo le llamaba la atención, hablo del mundo de la informática. Esta identidad colectiva, dando señales de vida desde los 12 a los 17 abrió los ojos y se levantó a los 18. Recuerdo bien la fecha ya que fue un evento concreto, del 24 al 26 de enero del 2014, (durante esos 2 días se llevo a cabo un intensivo al cual asistía por primera vez, ya que el requisito era tener 18 años, en él se mantenía a los participantes en el Laboratorio de Informática de la UACh por 48 horas seguidas y nos hacían un curso de desarrollo de videojuegos, implementación de sonido y de dibujo digital). En este lugar me sentí fascinado, ya que por primera vez estaba en un ambiente cómodo, no quería que terminara. Conocí mucha gente con gustos similares y con distintas personalidades y habilidades. Cuando terminó el curso, presentamos nuestras creaciones y luego de una despedida y unos abrazos, cada uno se fue a su hogar. Fue entonces cuando decidí formar parte de ese mundo, estaba sombrado por el conocimiento que tenían, la mayoría estudiantes de informática de 4º a 5º año. Entonces me decidí a aprender más sobre el tema, para llegar a aprender lo mismo e incluso más. Así fue como el año 2014 y de forma un poco tardía, me sentí identificado con esa identidad académica en particular sin siquiera pensar que ocurriría.

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