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Memorias de Adriano


Enviado por   •  17 de Agosto de 2015  •  Monografías  •  2.478 Palabras (10 Páginas)  •  266 Visitas

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ensayo analítico “memorias de Adriano”: relación adriano-antínoo COMO SUBPRODUCTO DEL CONTEXTO HISTÓRICO DEL SIGLO XX

Arantzazu Pozzi Gonzalez

02.07.2015

En el presente ensayo se realizará un análisis de la relación entre el emperador romano Publio Elio Adriano y el joven efebo bitinio Antínoo, a partir de la novela histórico-ficcional de la autora Marguerite Yourcenar (1903-1987), principalmente lo relatado a lo largo del capítulo IV, denominado “Saeculum Aureum” –edad de oro-, como un subproducto del contexto histórico propio del siglo XX, en que precisamente, es la literatura el medio de escape y creación de una realidad distinta, menos opresora, que escapa en casi todas sus formas a los escrutinios y prejuicios que tanto afectan a la primera mitad de este siglo.. El objetivo del análisis es demostrar que dicha relación es un mero producto de la personalidad narcisista y calculadora del llamado “emperador filósofo”, que toma una forma romántica gracias al manejo del vocabulario y la magnífica prosa que caracteriza a la autora, lo que permitiría hallar en la relación una historia de amor, que no es más que una relación entre lo que hoy en día se conocería como un dominante y un sumiso.

Antes de iniciar el análisis cabe incurrir en algunos aspectos relevantes para el desarrollo que se dispone a realizar por medio de éste ensayo argumentativo. En primer lugar, la autora logra el efecto anteriormente mencionado gracias a sus cabales conocimientos y cosmovisión de la cultura greco-romana y las influencias provenientes de la relación que mantuvo con su padre de gran cercanía, quien era un hombre de mucho dinero y alta alcurnia que tenía una fácil disposición a las relaciones con las mujeres, además de ser, a su vez, un hombre muy culto. Por otra parte, se podría decir que es una socióloga, en el sentido que es capaz de entender las relaciones interpersonales determinadas por los factores socioeconómicos y culturales de diferentes épocas, y logra de ésta forma identificar los aspectos que se han mantenido de forma transversal en el tiempo. Además es relevante destacar que logra una magnífica comprensión de la mente humana, logrando encarnar y revivir a uno de los denominados cinco buenos emperadores del imperio romano, previo a la separación del mismo. En segundo lugar se definirá el narcicismo como “una forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad, como el trastorno narcisista de la personalidad, en que el paciente sobrestima sus habilidades y tiene una necesidad excesiva de admiración y afirmación”, en el sentido que el personaje principal de la novela presenta una excesiva confianza en sí mismo y, por lo tanto, se confiere –como producto de su posición- demasiadas atribuciones de genialidad y benevolencia que en la práctica si bien no se prueban contrarias, no son tan reales como el piensa que son. En tercer lugar, es de suma relevancia definir en qué consiste una relación entre dominante y dominado (también denominado sumiso). Se ha definido de la siguiente manera: Los términos dominación y sumisión, hacen referencia a una serie de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales centradas en relaciones de consenso que implican el dominio de una persona sobre otra en un contexto sexual o en uno más genérico, parcial o global, limitado o indefinido en el tiempo”,  de manera que se entenderá que la relación a analizar comprenderá un relación de “consenso” entre un menor, que sería el sumiso –hoy en día considerado por la legislación chilena como incapaz relativo por no tener el suficiente discernimiento para decidir por sí mismo, por lo que requiere de representación de un plenamente capaz-  y el emperador Adriano, quien ocuparía el rol de un dominante tanto en un contexto sexual como genérico, más global que parcial y se diría que indefinido en el tiempo.

La literatura es el medio por el cual una cultura encuentra expresión en un tiempo-espacio determinado. Durante muchos siglos –desde la antigüedad clásica- se ciñó a diferentes cánones, que dictaban el cómo y el para qué de la literatura, pero entrado el siglo XX, ésta rompe con el orden establecido debido al contexto histórico en el cuál se desarrolla el período. ¿A qué me refiero? El siglo XX, como bien es sabido, es caracterizado por la violencia, la ruptura de la confianza en la razón, y da cabo suelto a la sicología humana para poder comprender la contraposición de sentimientos surgidos en esta época, tales como la esperanza y la frustración, mejor traducido en la literatura como la Ilusión y la Desilusión, y mediante éstos pueden escapar de la realidad pero dejando en claro que es la naturaleza humana la que tarde o temprano es el mayor impedimento para la sociedad de crear una realidad en que la sociedad se base en la empatía, la libertad de todos los aspectos, y el amor por el prójimo. No obstante su contexto social privado bastante particular, Marguerite Yourcenar escribe las Memorias de Adriano entre los años 20 y la década de los 40 (finales) marcada por un contexto histórico conservador, de entre guerras, y donde el hombre seguía primando socialmente por sobre la mujer, que recién estaba entrando a educarse a nivel universitario. En éste sentido, podría decirse que la autora era una mujer adelantada para su época, que escapaba a todo canon esperado y atribuido a las mujeres, entre otras cosas por ser liberal, lesbiana, educada y rica. Es por esto que la autora habría elegido al personaje del emperador filósofo Adriano, quien alejado por caso dos mil años de la realidad de Marguerite Yourcenar, representaba y se desenvolvía en un entorno que escapaba a las religiones monoteístas y a las restricciones sociales marcadas profundamente por el catolicismo.

Surge de ésta forma un personaje observador y actor del mundo que le rodea, que dado su contexto (siglo II d.C) está libre de las cargas que la sociedad impone durante la primera mitad del siglo XX, y que por su posición de emperador tiene aún más libertades de acción que otras personas “busqué la libertad más que el poder, y el poder solo en cuanto favorecía la libertad”, esto en palabras de Adriano. De ésta forma y con las prácticas permitidas en el imperio romano pre-cristianismo y post-politeísmo sesgado, entre otras la efebo-filia, le permitieron a la autora introducir temáticas que le habrían sido fuertemente recriminadas si hubiere seleccionado un personaje contemporáneo a ella y, que dotada de un manejo del lenguaje sin duda maravilloso, logra tener una excelente recepción por los lectores de la conocida novela. De esta forma, la novela de ésta gran autora que es objeto de este ensayo, se logra mediante la idea que la siguiente cita logra captar muy bien “La literatura es una fiel representante de la realidad, no porque diga la “verdad”, sino porque “mintiendo expresan una curiosa verdad, que solo puede expresarse encubierta y disfrazada de lo que no es(…) todas las novelas rehacen la realidad –embelleciéndola o empeorándola- (…) no es la anécdota la que dice la verdad o la mentira de una ficción. Sino que ella sea escrita, no vida, que está hecha de palabras y no de experiencias concretas. Al traducirse en lenguaje, al ser contados, los hechos sufren una profunda modificación[1]

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