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PENSADORES ESPAÑOLS


Enviado por   •  21 de Octubre de 2013  •  10.328 Palabras (42 Páginas)  •  191 Visitas

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Vitoria, Francisco de (1483-1546)

Teólogo y jurista español del s. XVI. 1. Vida y obras. N. en Burgos, de padre alavés y madre leonesa, en 1483 o en 1492. Ingresó en 1504 en el convento dominico burgalés. En 1509 fue a estudiar Humanidades y Teología a la Univ. de París, doctorándose en 1523, año en el que regresó a España para explicar la Summa aquiniana en el Colegio de S. Gregorio de Valladolid. En 7 sept. 1526 ganó, por oposición, la cátedra de Prima Teología de la Univ. de. Salamanca, enseñando también en la escuela de misioneros que era su convento de S. Esteban. En 1544 un ataque de gota le dejó medio paralítico, y por ello se excusó de asistir al Conc. de Trento. M. el 12 ag. 1546, en su celda salmantina. Con su extraordinaria doctrina y sus nuevos métodos pedagógicos, formó una pléyade de discípulos. No sólo renovó los estudios teológicos, con una orientación humanística, sino los del Derecho Público, siendo el creador de la ciencia del Derecho Internacional y fundador de la Escuela española del XVI. Durante la vida de V. no se imprimió ninguna de sus obras, dejó no obstante numerosos manuscritos y apuntes de clase que luego han sido publicados. Pueden distribuirse en dos grupos: explicación de la obra de s. Tomás de Aquino y relectiones. Las lecciones sobre las obras de S. Tomás fueron dictadas en el siguiente orden: 1526-29, comentario a la 2-2 de la Summa; 1529-31, comentario a la la parte; t533-34, comentario a la 1-2; 1534-37, nuevo comentario a la 2-2; 1537-38, comentario a la 3a parte; 1538-39, comentario al IV Sententiarum: 1539-40, nuevo comentario a la 1 a parte de la Summa. De ellas se conservan varios códices. Los comentarios a la 2-2 de la Summa han sido publicados por Beltrán de Heredia (6 vol., Salamanca-Madrid 1932- 36); el comentario a las cuestiones De sacra doctrina, lo ha publicado C. Pozo en «Archivo Teológico Granadino» 20 (1957) 307-426.

Las relectiones son una especie de lecciones que resumían toda la materia del año académico o trataban algún tema de actualidad en el momento concreto. Eran desarrolladas ante todo el alumnado de la Facultad o incluso de la entera Universidad; de ahí que obligaran a una esmerada preparación, constituyendo tal vez la parte más importante de la obra de V. de entre ellas mencionemos: De potestafe civile (desarrollada en la Navidad de 1528); De matrimonio (epero 1531); De potestate Ecclesiae prior (comienzos de 1532), De potestate Ecclesiae posterior (mayo o junio 1533), De pofestate Papae et Concilii (abril-junio 1534), De Indis prior (junio 1539), De Indis posterior sive de iure belli (junio 1539). Se conservan en total 13 relectiones; han sido objeto de diversas ediciones (Lyon 1557; Salamanca 1565, Ingolstadt 1580, etc.). Modernamente han sido reeditadas por A. Getino (3 vol., Madrid 1933-35) y T. Urdanoz (Madrid 1960).

2. Obra teológica. a) Su empresa renovadora. M. Pelayo afirmó «De Vitoria data la verdadera restauración de los estudios teológicos en España». En la actualidad este aserto ha sido documentalmente comprobado, y se ha puesto en claro la significación de V. en el desarrollo de la Teología. Su temple renovador encontró, durante sus estudios en París, el ambiente que le hizo sentir la urgencia de la restauración de la Teología y le proporcionó los medios para llevarla a cabo. Allí, frente a la escolástica decadente del nominalismo, sus maestros Crockaert y Juan de Fenario iniciaban la restauración tomista, a la que V. se incorporó con entusiasmo. Al mismo tiempo, fue sensible a las aspiraciones del renacimiento humanista, que alcanzaban también a la Teología, trayendo consigo su renovación metodológica. Al regresar a España se enfrentó a una Teología de pocos vuelos, carente de la vida y ajena al humanismo cultural. Ante ella, buscará la revisión del método teológico, la correcta utilización de las fuentes y la preocupación por aquellos temas que interesaban especialmente a los hombres de su época. La argumentación teológica -piensa- debe ensanchar su base positiva estudiando el dato escriturístico, con ayuda de los hallazgos de la ciencia bíblica, e interpretando a la luz de los antiguos Concilios, decretos pontificios y enseñanzas patrísticas. La autoridad tiene, en Teología, la primacía ya que expresa la palabra de Dios; sobre ella, y bajo su guía, se edifica el discurso racional, que tiene una función imprescindible en la elaboración de la ciencia teológica. Con ello se opone a los excesos dialécticos del nominalismo, al abuso del recurso al magister dixit, que ahogaba antes de nacer cualquier progreso de la Teología, y al exclusivismo escriturístico de los reformadores protestantes.

Del interés humanista del Renacimiento, V. asume el empeño de acercarse a las cuestiones humanas, desarrollando la parte práctica de la Teología. Sale al encuentro de los hechos concretos y de las situaciones históricas de la sociedad, para examinarlos desde los principios sapienciales.

Con él se renuevan también los procedimientos de enseñanza: utiliza un lenguaje sobrio y claro, que contrasta con las complicaciones de la escolástica decadente. Contra las costumbres académicas en vigor, implantó el uso de la Suma reológica de S. Tomás como texto base de las explicaciones escolares, sustituyendo al libro de las Sentencias. Este hecho significó una positÍva reforma por las ventajas que la sustitución, puso orden y claridad, rigurosa trabazón sistemática y seguridad doctrinal. También a partir de su enseñanza, y por el interés que suscitó, se hizo común la costumbre de copiar en el aula las explicaciones del profesor. Con ello sus lecciones se perpetuaban y difundían, dando lugar a la formación de una numerosa escuela de discípulos, que hicieron suyas las enseñanzas del maestro. Estos continúan, sobre todo, su espíritu, ya que dan pruebas de una sana independencia de juicio, y en ocasiones retocan posiciones del maestro o formulan explícitamente lo que en él no había pasado de ser una intuición. No menos de 31 discípulos suyos ocuparán' cátedras en la Universidad de Salamanca, siendo también muy numerosos en los demás centros de la península y en los que surgen en América. Figuras de primera magnitud: Soto, Cano, Vega. Chávez, Ledesma, Báñez, etc., continuaron y desarrollaron la obra renovadora iniciada por Vitoria.

b) Doctrina. Más que referirnos a puntos concretos, lo que no tendría mucho interés, ya que la importancia de V. está n,o tanto en la tesis que sostuvo, cuanto en el movimiento al que dio lugar, preferimos subrayar las constantes fundamentales de su pensamiento. S. Tomás, interpretado por Cayetano, será su inspirador y fuente principal, dentro de una flexibilidad que le permite admitir aportaciones posteriores de Escoto e incluso del nominalismo. Su espíritu abierto le hace

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