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Pedazos del mundo.


Enviado por   •  13 de Mayo de 2016  •  Biografías  •  2.245 Palabras (9 Páginas)  •  169 Visitas

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“Pedazos del mundo”

Fue difícil empezar a escribir porque solo conocía ese fragmento de la historia. Pero aun así quería narrar algo a mis lectores en base a lo que escuchaba. Me contó que era una chica que se llamaba igual que yo, la quería mucho; pero era una joven  prohibida, literalmente, porque otro era dueño de su corazón. Además me contó que el novio de la chica se enfermó y que ella usó algunos trucos para que los pusiesen juntos en el hospital, pero el destino había prescrito que no coincidieran. Pero por si fuera poco, también me relató, que él igualmente se enfermó y le tocó, por pura coincidencia, atenderla mientras se mejoraba.

-Curé con paciencia y ternura la salud de sus ojitos-continuó- mientras ella ni siquiera imaginaba quien era el que la acompañaba en su enfermedad. Ella se fue un día sin dejar rastro y sin saber nunca del “secreto de amor” que le guardaba, mientras que en mí quedó un laberinto de tristeza que nadie conoció nunca, pues aprendí a conservarlo con cuidado en mí corazón.-

Después de escuchar interminables historias mientras observaba el énfasis y el brillo en sus ojos  me doy cuenta de que es a él a quien quiero, al que esperaba hace tiempo: el príncipe azul que todas las chicas buscamos; pero también noté que era imposible estar a su lado por circunstancias que nunca entendí .    

 Le conté en una carta lo mucho que le quería y luego una larga despedida se apodera del momento. Me correspondió a mi sentimiento, sentí el mundo en mis manos y ni siquiera imaginé que algo malo nos pudiera suceder. Empecé a conocerle de verdad, coincidimos en algunos gustos, me dijo todas las cosas lindas que esperaba desde siempre y me sentí amando por primera vez.

Escribí su nombre junto al mío e intenté buscar todo en lo que se parezcan, sin darme cuenta de que eran exactamente iguales, camuflajeados con letras diferentes. Parece que le conocía de toda una vida y en poco tiempo, solo comunicándonos por teléfono, le extrañé y no encontré el momento para estar a su lado.

 Distancia, miedo, necesidad, ausencia.

Empecé a escribir y ni siquiera me di cuenta de que lo estaba haciendo, quería soltarlo todo de un golpe y me olvidaba de poner los puntos y las comas. Confié en que el papel sabría guardar el secreto, pero otra vez estaba ahí, su sombra bajo mi eterno insomnio. Lloré y canté, y me di cuenta de que no podía dormir porque aún seguía despierta en sus sueños. Quería dejarlo ir como el viento y sin embargo le amaba tanto que le dejé en mi vida como la playa al mar. La culpa no es mía aunque me empeñe en hacérmelo creer. Le conté en mi mente que le quería, que no creyera ninguna palabra que saliera luego de mi boca. Miré aquel dibujo lleno de lágrimas pero por mucho que lo intenté mi alma nunca quedó libre de la intensidad de sus ojos.

Ahí quedó todo, o al menos eso decidí. No aposté por experimentar, seguí los “consejos” de mi madre y me imaginé que algún día aparecería ese que ella siempre ha querido y olvidé que yo soy la que debe querer. Ya no hay vuelta atrás, aún  espero su llamada para decirle la mentira de que conocí a otro y al menos no quedar como una tonta.

Seguí andando por el mismo camino e intenté cosas absurdas que a veces llegaron a destruir mi alma; pero a pesar de todo, como quizás se dijo alguna vez, nunca más tendré la sensación de estar a tres metros sobre el cielo; por las caídas, las distancias y dificultades, la rutina diaria y la destrucción que causó en mi corazón la ausencia de una persona indispensable en mi vida.

Personas equivocadas, camino incorrecto, piedras grandes y solo un par de huellas en la arena. Pero a veces las personas equivocadas hacen amigos, los caminos incorrectos hacen que me dé cuenta cuánto he madurado, las piedras grandes me agigantan y quizás el par de huellas en la arena es de Dios que me lleva sobre sus hombros para que el dolor no queme mis pies cansados y abatidos.

Ya han sido dos meses de largas noches melancólicas, aun confío en el primer día y le llamo. Escucho su voz luego de tanto sufrimiento, solo quería oírle así que cuelgo y se convierte en mi hábito hacerlo cada vez que siento que no puedo más. Creo que soy valiente y un día, sin pensarlo, le hablo y le digo que soy yo, que todo era una farsa, que quiero intentarlo otra vez y que esta vez es para siempre…

El silencio invade cada espacio en el tiempo, él quizás me siga queriendo pero mi miedo se volvió realidad: otra persona descubrió lo increíble que es y se enamoró de él justo como un día lo hice.

Corrí, no quería parar nunca, empezó a llover, pensé en que podía resfriarme pero descubrí que amaba andar bajo la lluvia porque nadie notaba que estaba llorando.

 Le mostré al destino que la historia de mi paso por el mundo la escribía yo y que la vida es una obra de teatro que no permite ensayos y por lo tanto hay que sentirla a plenitud.  Creí incluso que mi alma era mi enemiga y sin embargo era la única que me quedaba cuando el amor ya no existía para mí.

Nunca pensé en llegar a decirlo, la única razón por la que mi corazoncito latía se había esfumado y seguía latiendo ya por costumbre.

¿En serio creo que me pueda levantar otra vez? ¿Pienso en verdad que pueda haber un nuevo comienzo o amor?

No, estoy segura, nunca podré levantarme de esa caída. Sí, habrá otro chico que me mueva el piso otra vez, nunca será igual, pero al menos me hará feliz.

Parece que el destino se empeñó en unirme con él, pero me preocupo y no sé lo que pueda pasar cuando me toque partir, no sé si seguir o cambiar lo que conservo en mi alma.

Tal vez dejé de amar las canciones que le hacía a la vida o me quedé a morir en la angustia de su adiós. Ante él no sé quién soy realmente y aun no me he marchado ni él tampoco se ha ido. Me doy cuenta que es un camino inevitable como si nuestros destinos quisieran obligarnos a ser alas que no vuelan lejos y trato y empiezo a devolverme un poco de vida y a pesar de estar con alguien quedé muriendo por dentro.

Me pregunto cómo hallarlo, tenerlo, conservarlo y besarlo si a los dos se nos acabó el tiempo, ¿cómo puedo amarlo? (…) Solo quiero calmar esta angustia que me lleva al fin y empezar a encontrarle pedazos al mundo. A pesar de él. A pesar de mí.

Fin.10/08/14

“Pedazos del mundo” 2

Un beso, una canción, un recuerdo y más que todo ello unas ganas inmensas de saber la verdad, de no quedar con la duda que atormenta mis noches y me hace perder el apetito…Ante todos finjo ser la persona más madura del mundo, como alguna vez me aconsejaron ser, y solo obtengo el resultado de  herir aún más mi corazón y no dejo cerrar desgarraduras antes causadas.

Intenté una y otra vez comenzar de cero, los fracasos no faltaron y las personas incorrectas fueron como el plato principal…Él ya no llama, quizás porque quiere que me dé cuenta de que es el único que puede sacarme una sonrisa de verdad, porque tiene miedo a mi respuesta o, en el peor de los casos, porque  ya no piensa en mí…

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