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Primera reflexión: ¿Quién soy?


Enviado por   •  28 de Mayo de 2016  •  Ensayos  •  1.925 Palabras (8 Páginas)  •  297 Visitas

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ítulo I: Conociéndome a mí mismo

 

Primera reflexión: ¿Quién soy?

Soy Pavel Cuello, Coordinador de Ventas en Quala Dominicana y estudiante de mercadeo en UAPA. Tengo 40 años de edad, cinco hijos y una hermosa esposa. Disfruto compartir con mi familia y amigos, viajar y apreciar la naturaleza.

Para mi esposa soy una persona noble y admirable, según ella soy muy inteligente, súper-responsable, fiel y amoroso, aunque un poco desatento. Mis hermanos, a pesar que uno de ellos es mayor que yo, me ven como un líder, maduro y orientador. Para mis compañeros de trabajo, resulto un poco testarudo, sin embargo, para ellos soy una de las personas más colaboradoras y confiables que existe. Para mis amigos creo que soy un poco aburrido, mas soy un apoyo incondicional, siempre disponible cuando me necesitan, con quien se puede contar en las buenas y en las malas.

¿Quién soy yo realmente?

Soy un ciudadano del mundo, al que le molestan las injusticias y anhela el bienestar de la humanidad. Quien prefiere luchar por la elevación de la dignidad de la raza humana que por la defensa de fronteras geográficas y políticas, que por lo regular son realmente raciales, religiosas y económicas.

        Soy un ser consciente de mis limitaciones humanas, quien se esmera diariamente por ser mejor persona, mejor amigo, hijo, hermano, padre y esposo. Creo que el sacrificio y el esfuerzo le dan mejor sabor a cada logro.

        Reconozco que soy un poco idealista, pero creo que colgarse de brazos por entender que una golondrina no hace verano no es una actitud loable. Entiendo que el valor de nuestro paso por la humanidad dependerá del legado y no precisamente el económico.        Creo que aunque desigual, el mundo es hermoso, y también creo que puede ser mejor, lo cual sin duda es una responsabilidad de todos los que lo habitamos.

Capítulo II: Diálogo con mi entorno social.

Segunda reflexión: A ti que tanto te quejas.

 

En ocasiones creemos tener razones suficientes para quejarnos, yo me he quejado de malas decisiones del pasado, me he quejado de falta de tiempo para hacer las cosas, incluso me he quejado de lo que se me exige en el trabajo… en lugar de dar gracias a Dios por tener UN LUGAR A DONDE IR A TRABAJAR.

La vida no es color de rosas, no nos pone las cosas en bandeja de plata, todos los logros conllevan sacrificios, y si no fuese así… para que nos esforzáramos, nos sentaríamos a esperar que las cosas nos sucedan, a que todo nos llegue sin mover un dedo y de hecho no valoraríamos nada.

Soy de origen humilde, y aunque hoy disfruto de algunas cosas materiales, me sigo sintiendo el mismo, sigo siendo amigo de las mismas personas, y frecuento los mismos lugares.

Por la gracia de Dios, llevo unos quince años laborando en el área de ventas, a lo cual debo mucho de mi desarrollo económico, profesional, intelectual y emocional. Sin embargo me siento más realizado con las labores técnicas, me apasiona el hacer cosas con mis propias manos.

Quisiera ser propietario de negocio, aportar bienestar a la sociedad a través de crear plazas de trabajo y acompañar a mis colaboradores en su desarrollo. Quiero trabajar de manera incansable en la construcción de mis proyectos, sin dejar pasar la vida sin disfrutarla; compartiendo con mi familia y tomándome mis eventuales vacaciones.

Siempre me he identificado con los hombres de pensamientos liberales y revolucionarios, seres humanos admirables, capaces de dar su propia vida por el bienestar de otros que incluso desconocen o quizá no valoren sus sacrificios.

Como me he sentido valorado durante las diferentes etapas de mi vida:

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Entiendo que no existe una sola razón en mi vida por la cual pueda quejarme. Disfruto una vida maravillosa, cuento con un medio de sustento digno, tengo una esposa excepcional, unos hijos adorables, a mis hermanos y a mi madre. Y aunque mi padre ya partió físicamente, disfrutamos una relación de verdaderos amigos, y me dejó un legado moral invaluable.  

Capítulo III: El Impacto de la realidad.

 

Tercera reflexión: Las cosas no son siempre lo que parecen.

 

No soy amante de las noticias, aunque estoy consciente de que no podemos vivir de espaldas a la realidad,  me parece que están orientadas a resaltar lo negativo, de hecho es lamentable, pero su orientación se debe a que este es el tipo de información que demanda el público. Suceden miles de acontecimientos positivos, sin embargo estas noticias no venden.

Tanto en las noticias locales como en las internacionales veo con preocupación la pérdida de valores, la delincuencia cada día es mayor y pareciera que la vida cada vez vale menos. La descomposición social viene alejando cada vez más al ser humano de su naturaleza, convirtiéndolo en un agresor de sus propios semejantes. La ambición desmedida y el consumismo, incentivados por las guerras comerciales y publicitarias, así como los modelos transculturales, han dado al traste con una sociedad de seres humanos cada vez más deshumanizados.

 

Vivimos un mundo cada vez más desigual, producto de la ambición de los más poderosos, la demagogia de los políticos y la ignorancia de los pueblos. La mayoría somos indiferentes a esta realidad, el mundo es cada vez más individualista. Se requiere la comprensión de que somos iguales, parte de una misma especie y sociedad, y que los seres humanos debemos procurar el bienestar común.

 

Mi vida está orientada por valores que se forjan en mi desde mi infancia, de mi padre herede un alto sentido de responsabilidad, solidaridad, lealtad, humildad y respeto.

 

La mayor parte de mi día transcurre en el trabajo, en compañía de mis compañeros de trabajo, en un ambiente positivo, de mucha exigencia, respeto y colegaje. El resto de mi día transcurre en compañía de mi familia.

Oriento el uso de mis ingresos a proveer bienestar a mis familiares, procuro asegurarles todo lo necesario en la medida de mis posibilidades. Dentro de mis planes a corto plazo esta ayudar más a mi madre y en el mediano plazo participar en alguna actividad de bienestar social.

 

Mis amigos actuales lo son desde hace muchos años, y son  mis verdaderos amigos, quienes pueden contar conmigo y yo con ellos de manera incondicional.  

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